cap 8

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La noche anterior ambos durmieron plácidamente sin interrupción de ningún tipo a su sueño teniendo por fin su necesitado descanso. Al día siguiente Silco se levanto temprano pero sin despertar a Jinx, le parecía tierno ver como ella estaba tan cómodamente dormía, hace mucho tiempo no la veía tan tranquila y quieta ya q se había acostumbrado a su gran energía q no le permitía quedarse quieta. Se levanto y se fue a bañar para prepararse para su trabajo diario, el tener q hacer papeleo todos los días era agotador pero necesario para poder lograr su objetivo además de tener q ir a concretar algunos tratos en persona para q se realizaran correctamente.Estando listo salió en silencio de la habitación dispuesto a ir a trabajar, paso todo el recorrido de vuelta para llegar a su oficina, el elevador, los túneles, callejones y caminos oscuros ya q salió apenas se asomaban los rayos de sol mañaneros. Al llegar a la ultima gota, saludo a Sevika como todos los días y subió a su oficina. 

Jinx se removió entre las sábanas cuando la luz de la mañana empezó a colarse por la ventana. Parpadeó un par de veces, ajustándose a la claridad que rompía la quietud de la habitación. Por un momento, no supo dónde estaba, pero al sentir el aroma en el aire y notar la camisa de Silco cubriéndola, una sonrisa inconsciente se dibujó en su rostro. Recordó la noche anterior, el abrazo seguro de Silco, y cómo había dormido como nunca, sin interrupciones ni sombras.

Se estiró, desperezándose lentamente, disfrutando de la suavidad de la cama y del silencio de la habitación. "Debe haberse ido temprano," pensó, sintiendo un pequeño cosquilleo al saber que él la había dejado descansar allí, sin despertarla. Jinx soltó un suspiro satisfecho y se sentó, dejando que sus pies descalzos tocaran el suelo frío mientras miraba la habitación con ojos aún somnolientos.

Jinx: Sonrió, hablando para sí misma Anoche... fue increíble. No sé cómo logras que las pesadillas se vayan, pero lo haces.

Se puso de pie, abrazándose a la camisa, y respiró profundamente, como si el aroma de él aún flotara en el aire. Sabía que Silco estaría trabajando, inmerso en sus planes y papeles, y la idea de verlo de nuevo le dibujó una pequeña sonrisa traviesa. Se dirigió al baño, enjuagándose el rostro y echando una mirada rápida al espejo. Su cabello estaba tan alborotado como siempre, y eso solo la hacía reír.

Jinx se arreglo un poco el cabello antes de salir del baño y se estiro un poco mas, sintiendo una energía renovada después de una noche de paz. Se giró, mirando alrededor de la habitación con una mezcla de curiosidad y entusiasmo. "Creo que no he explorado demasiado este lugar..." pensó, mordiéndose el labio con una sonrisa traviesa. Con las manos en los bolsillos de la camisa de Silco, comenzó a recorrer el cuarto, observando los detalles que no había notado antes.

Al pasar junto a una estantería, su mirada se detuvo en un par de objetos. Había piezas de maquinaria y algunas herramientas olvidadas en una esquina, tal vez por el propio Silco. Sus ojos brillaron al ver una caja con partes de relojería y pequeñas piezas mecánicas, tal vez de algún artefacto que él no había tenido tiempo de arreglar.

Jinx: Podría ser algo... para él. Un pequeño arreglo, como agradecimiento. *murmurando para sí misma, mientras examinaba los componentes*

Motivada por la idea, salió de la habitación y comenzó a explorar más del lugar, moviéndose con agilidad y sigilo por los pasillos y recovecos que se abrían ante ella. Cada puerta entreabierta era una oportunidad para descubrir algo más de Silco, para conocer mejor los detalles de su mundo. Finalmente, encontró una pequeña sala de estar con una lámpara de mesa antigua y el reloj de pared, cuya maquinaria parecía fallar cada pocos minutos.

Jinx: *sonriendo con una chispa de diversión* Este reloj necesita un arreglo... y justo tengo las piezas. Esto será divertido.

Se arrodilló, sacando algunas herramientas improvisadas de su cinturón q llevaba puesto la noche anterior, otras encontradas en el lugar y un par de piezas de la caja que había encontrado en el cuarto de Silco. Mientras trabajaba, una suave emoción la acompañaba; en el silencio de la casa, era como si le estuviera devolviendo algo de la tranquilidad que él le había dado la noche anterior.

Sailing Into The Light.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora