Anastasia
—Ya está todo—digo cerrando mis maletas.
Hoy es el día.
Al fin.He sido admitida en Rochford: Una de las academias de ballet más prestigiosas en Nueva York.
Papá asiente y me da una sonrisa aún más grande ante la vista de la maleta
cerrada y preparada.—Vamos para que te despidas. Mamá tiene lista toda la documentación también.
Avanzo a la cocina solo para encontrar a mamá con los ojos llorosos y a mi hermano Elían a su lado.
El corazón se me apretuja tan solo recordar. Sé qué es exactamente lo que la tiene mal.
Lo sabe y no quiere que vuelva a repetirse.
Todavía recuerdo esa noche: ver a papá llegar al hospital.
Sus manos y ropa llenas de sangre y la impotencia rebasando su mirada.Termino de acercarme para poder sentarme en el sofá justo a su lado. Sus ojos buscan los míos. Abrazándolos con ese verde precioso que los acompaña.
—Mamá...está bien, estaré bien—le digo con dulzura.
Ella se aleja de Elían y extiende sus brazos para tomarme entre ellos con fuerza mientras aprieta sus ojos.
—Solo...por favor, cariño, prométeme que estarás bien.
—Voy a estar bien. Lo juro—me aferro a su calor con todas mis fuerzas.
Probablemente no podré abrazarla en meses.
Mamá suelta un suspiro, aún abrazando fuertemente mi cuerpo contra el suyo.
—Así será, mi pequeña Anastasia. Vas a estar bien y serás increíble—sus dedos acarician mi cabello antes de inclinarse para besar mi frente—.Te amo.
—Y yo a ti—sonrío y el corazón se me inunda de una calidez inexplicable.
Entonces, Elían habla unos segundos después de simplemente observar la escena en silencio.
—Todavía me gustaría romperle la cara al bastardo de tu antiguo profesor—dice con desprecio.
Lo entiendo por completo.
Cuando sucedió todo, hace dos años, tuve que detener a papá para evitar que lo matara. Aún así, sabía que no podía restarle importancia, por lo que terminó en la carcel.
—Ya está en la carcel—le digo a Elían. Él pone sus ojos en blanco y bufa, claramente molesto solo por la mención del desgraciado.
Maldito profesor.
—Lo sé, pero aún así...
Mamá sacude la cabeza y suelta otro suspiro.
—Ya pasó—interrumpe—. Y no pasará de nuevo.
—Exacto. Voy a estar segura. Ya no tengo dieciséis y sé defenderme de cualquier imbécil.
Mamá suelta una risita y me acaricia la mejilla con su mano
—No sé. El tiempo parece ir más rápido cada día, pero sigues siendo nuestra pequeña princesa.
Sonrío mirándola con dulzura y ella me devuelve el gesto. Poco después me dirijo a Elían.
—Voy a echarte de menos, pecas—mis ojos comienzan a humedecerse.
No voy a poder estar con Elían por quién sabe cuánto tiempo. Y, realmente voy a echarlo de menos.
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Forgive Us
RomanceAnastasia Romanov ha entregado su vida al ballet, sin distracciones ni romances. Al mudarse a la prestigiosa academia Rochford, su ambición por alcanzar la cima se intensifica. Sin embargo, su camino se entrelaza con el de Bastian Fox, un profesor t...