Gala y Karime llegaron a un pequeño bar fuera del bullicio del evento, un lugar discreto que Gala solía visitar cuando quería relajarse. La atmósfera era tranquila, y una suave música de fondo llenaba el espacio. Karime observó el lugar, tomando nota de cada detalle con una ligera sonrisa.
—Me sorprende tu elección. —Karime levantó una ceja, observando el bar sin rastros de sarcasmo— No es lo que esperaba de alguien tan... visible en las pistas.
Gala soltó una risa leve.
—¿Esperabas algo más glamuroso? —respondió, manteniendo un tono neutral.
Karime la miró directamente a los ojos, estudiándola con una intensidad que parecía desafiar su resistencia a la apertura.
—Supongo que esperaba algo que se pareciera más a ti, aunque... supongo que eso es justo lo que estamos descubriendo, ¿no?
—¿Descubriendo? —Gala arqueó una ceja— ¿En serio crees que hay algo que descubrir? Ya viste lo que soy: alguien centrada en su carrera, y lo demás no importa demasiado. No soy tan complicada.
Karime sonrió, tomando un sorbo de su bebida antes de responder.
—¿Ah, no? —dijo con tono provocador— Entonces, ¿por qué siento que la Gala que todos ven en público no tiene nada que ver con la persona que estoy viendo ahora?
Gala apartó la mirada, incómoda ante el comentario. Por alguna razón, Karime lograba hacerla sentir expuesta, como si sus palabras pudieran deshacer todas las defensas que tanto esfuerzo le había costado construir.
—No eres la primera que intenta descubrir "algo más". —Gala puso énfasis en las últimas palabras, con una leve sonrisa que sugería que Karime podría decepcionarse.
Karime dejó escapar una risa despreocupada.
—No tengo intención de descubrir nada que no quieras mostrarme. Estoy aquí por curiosidad... nada más.
Gala observó la confianza en Karime y sintió una mezcla de incomodidad y atracción. La seguridad de Karime era algo a lo que no estaba acostumbrada. Normalmente, la gente buscaba impresionarla, pero Karime parecía estar más interesada en cuestionarla.
—¿Curiosidad, eh? —replicó Gala, inclinándose un poco hacia ella— Cuéntame entonces, ¿Qué tanto quieres saber?
Karime se encogió de hombros, con una sonrisa juguetona en los labios.
—¿Qué te hizo enamorarte de la velocidad? ¿Por qué te lanzas a las pistas como si no hubiera nada más importante? Porque... si me preguntas a mí, creo que tienes una relación de amor y odio con esto.
Gala la miró en silencio, sorprendida de que Karime hubiera notado algo que pocos se atrevían a mencionar.
—Es complicado. —Suspiró, desviando la mirada hacia el fondo del bar— La velocidad... es lo único que no me pide nada. No me pide abrirme, ni sonreír, ni fingir que estoy bien cuando no lo estoy. Solo existe el momento, la adrenalina y yo. No tengo que rendirle cuentas a nadie.
Karime la miró, asintiendo sin interrumpirla.
—Eso tiene sentido. Pero, ¿no te parece un poco solitario? Quiero decir, tener algo tan importante en tu vida que te separa de todos los demás...
Gala hizo una pausa, sorprendida por la percepción de Karime. La frialdad de su mirada parecía quebrarse por un segundo, dejando entrever una vulnerabilidad que rara vez mostraba.
—¿Solitaria? Quizá. —Gala sonrió sin mucho humor— Pero la soledad es segura. Y, hasta ahora, no he encontrado a nadie que me haga querer correr el riesgo de cambiar eso.
Karime soltó una risa suave y le dio un sorbo a su bebida.
—¿Sabes? Creo que, en el fondo, te atrae la idea de que alguien rompa esas barreras. Pero no quieres admitirlo.
Gala soltó una carcajada sarcástica.
—¿Y tú crees que podrías hacerlo? —preguntó, dejando ver un desafío en su tono— No me conoces lo suficiente.
Karime levantó la vista y sonrió.
—No estoy aquí para demostrar nada, Gala. Estoy aquí porque me divierte tu resistencia, y creo que, a pesar de tu fachada, tú también disfrutas de este pequeño juego de preguntas y respuestas. Solo sé que mientras más quieras evitarlo, más divertida se pone la situación.
Gala se quedó en silencio. No podía negar que, de alguna forma, la presencia de Karime la hacía sentirse inquieta, pero también curiosa. Por primera vez en mucho tiempo, alguien lograba despertarle un interés genuino, aunque también una buena dosis de desconfianza.
En ese instante, una alerta en el teléfono de Gala llamó su atención. Era un mensaje de la Beba, informándole que los patrocinadores estaban interesados en unas reuniones adicionales en las próximas semanas. Gala suspiró, tratando de enfocarse en el mensaje.
Karime la observó, captando su cambio de humor.
—¿Algo malo?
—No, solo cosas de la agenda. —Gala apagó la pantalla, guardándose cualquier explicación adicional— Es parte del trabajo.
—¿Y estás segura de que solo es trabajo? —Karime le lanzó una mirada directa— Porque pareciera que necesitas algo que te saque de toda esa presión. Solo me pregunto si alguna vez te permites realmente divertirte.
Gala la miró con una mezcla de incomodidad y curiosidad, sintiendo que, de alguna forma, la presencia de Karime podría convertirse en esa distracción que tanto necesitaba... y tanto temía.
—Quizá algún día. Aunque, como dijiste, no soy fácil de impresionar. —Gala esbozó una sonrisa, decidida a no bajar la guardia.
Karime le devolvió la sonrisa, inclinándose hacia adelante, dispuesta a aceptar el desafío que Gala planteaba.
—Ah, no necesito impresionarte, Gala. Solo necesito hacerte disfrutar el momento.
Gala rió suavemente, sin responder. Pero en su mente, supo que esa noche, aunque breve, marcaba el inicio de algo que, hasta ahora, había evitado: alguien que estuviera dispuesta a empujar los límites que ella misma se había impuesto.
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Revoluciones del Corazón
FanfictionEn el corazón de México, dos mujeres de mundos diferentes se encuentran en un evento que cambiará sus vidas para siempre. Gala Montes, una piloto de Fórmula 1 de 24 años, ha estado lidiando con las secuelas de una ruptura dolorosa con su expareja, B...