El día siguiente amaneció con una claridad deslumbrante que Gala encontró casi irritante. Se encontraba sumida en una tormenta de pensamientos, su mente seguía atrapada en los recuerdos del beso con Karime, un momento que había sido tan intenso y revelador que no podía dejar de cuestionarse qué significaba realmente. La mezcla de felicidad y miedo que sentía era abrumadora. Algo en sus sentimientos por Karime la inquietaba, despertando un temor que prefería mantener enterrado. Recordaba cómo su ex, Bárbara, le había roto el corazón, y una duda constante le carcomía: ¿y si todo volvía a repetirse?
Esa misma tarde, su hermana Beba, notando la inquietud en el rostro de Gala, se acercó a ella con cautela.
—Oye, hermanita, ¿Cómo estás? Te noto... no sé, rara desde la mañana —comentó, con una mirada preocupada.
Gala suspiró, sabiendo que no tenía mucho sentido ocultarle nada a Beba. Su hermana siempre sabía cuándo algo no estaba bien.
—Es Karime —admitió finalmente Gala— Creo que... me estoy involucrando más de lo que debería. Y no sé si estoy lista para eso.
Beba le lanzó una mirada comprensiva, aunque con un toque de curiosidad.
—¿Por qué no estarías lista? —preguntó— Ella parece realmente interesada en ti, Gala. No veo cuál es el problema.
Gala dudó, pero al final se sinceró.
—Me da miedo. No quiero pasar por lo mismo que con Bárbara. Sé cómo se siente cuando alguien te promete todo y luego te destroza. Y Karime... es parte del mismo mundo, Beba. El mundo del entretenimiento, la farándula, la superficialidad. No puedo volver a pasar por lo mismo que pase con Bárbara otra vez.
Beba suspiró y tomó la mano de Gala.
—Pero no puedes asumir que todas las personas de ese mundo son como Islas. Quizás te estás perdiendo de algo bueno por un miedo que deberías enfrentar.
Gala guardó silencio, pero sus dudas siguieron martillando en su mente. Su teléfono vibró en el bolsillo de su chaqueta, rompiendo el silencio. Era un mensaje de Karime. La había estado evitando. No respondía a sus llamadas, y cada vez que veía su nombre en la pantalla, sentía un nudo en el estómago.
"Hola, campeona. ¿Cómo te va? Estuve pensando en ti y me preguntaba si nos vemos después de tus entrenamientos. Podríamos salir a cenar. ¿Qué dices?"
Gala observó el mensaje durante varios segundos, luchando contra el impulso de dejarlo sin respuesta. Finalmente, decidió responder, pero no sin antes endurecer su actitud, poniendo una barrera que le permitiera sentirse a salvo.
"Estoy muy ocupada con los entrenamientos, Karime. Hoy no voy a poder, ya sabes cómo es esto. Nos vemos después, ¿ok?"
La respuesta fue breve, casi automática, y, en el fondo, Gala sabía que estaba siendo injusta, pero no podía dejar de hacerlo. El miedo la mantenía cautiva, y cada vez que pensaba en Karime, su corazón se retorcía de ansiedad.
Poco después, un nuevo mensaje de Karime apareció en su pantalla preguntándole si todo estaba bien. Gala decidió no responder. No quería complicarse. Siguió ignorando sus mensajes, marcando una distancia evidente.
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Era ya tarde cuando Karime decidió enfrentarse a la tormenta de dudas que la atormentaban desde hacía días. Después de varios mensajes ignorados y respuestas cortantes, la confusión se le había vuelto una carga insoportable. Había algo entre ella y Gala, algo real, algo que sentía en cada fibra de su ser. No podía simplemente dejar que la distancia y el silencio mataran lo que apenas estaba empezando. Esa noche, después de pensarlo una y otra vez, Karime decidió ir a buscar a Gala.
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Revoluciones del Corazón
FanficEn el corazón de México, dos mujeres de mundos diferentes se encuentran en un evento que cambiará sus vidas para siempre. Gala Montes, una piloto de Fórmula 1 de 24 años, ha estado lidiando con las secuelas de una ruptura dolorosa con su expareja, B...