A través de tú reflejo [Borrador]

Capítulo 14

“Encontrar lo divertido en las peores situaciones o en los lugares menos indicados es lo que los hace especiales”

—Parece que a la gatita le salieron garras, ¿pero sería capas de aruñar con ellas? —su voz esta cargada de veneno y no tengo ganas de seguir aguantandola

—Si ya terminaste con tu discurso, me retiro que tengo a alguien esperandome dentro— ignoro todo y hago el ademán de pasar por su lado pero se mueve interponiendose en mi camino y tengo que hacer uso de gran parte de mi autocontrol para no apartarla de mala manera.

—No tan rápido rosita...

—¡No me llames así! —el enojo sube a niveles incalculables dentro de mí y me tenso

—¿Te molesta?, no me importa lo que me interesa ahora es que te disculpes por lo que hiciste antes de huir como una cobarde de la escuela —sus palabras son como gasolina avivando la llama que crece dentro de mi derritiendo las cadenas que aguantaban mi autocontrol.

La tomo de la chaqueta y empujo contra la pared de ladrillos que esta un lado

—¿¡Acaso no tienes vergüenza!? ¿¡Con que cara vienes asta donde estoy yo a pedirme disculpas!? — siento como si pequeñas chispas brotaran de mi.

—¡No te hagas la inocente Sofía Rahola! Puedes engañar a todos pero no a mí— concentre mi mirada sobre la de ella, esos ojos que una vez vi como los de mi amiga ahora sólo podía ver en ellos un profundo rencor.

—¡No se que mierda te hice para que te empeñaras en joderme la vida! —la presiono aún más fuerte contra la pared— Pero no lo lograrás, porque no eres más que una alimaña envidiosa que se apega a todo aquello que la puede llevar a la cima y luego que lo hace apuñala por la espalda rejosijandose en el sufrimiento del que una vez de dió la mano. Estas destinada a vivir de lo que consigues quitandoselo a los demás.

   Me da un empellón haciéndome retroceder y se me viene encima propinándome una sonora cachetada que me pone a arder la mejilla.

«Me rompió el labio la hija de puta»

  Sabrina jadea irritada y se va contra las dos chicas que acompañan a mi verdugo, no se hiva a quedar mirando solamente eso es seguro.
    Instintivamente paso mi mano por rostro en el lugar donde propinó el golpe. La adrenalina comenzó a correr por mis venas como fuego. Lancé mi puño cerrado directamente a su rostro. Traspiquea llevándose las manos a la nariz.

—No te preocupes que te pago la cirugía para que te la arreglen —espeto tomándola del pelo y de un tirón le llevo la cabeza hacia atrás.