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-¿Cómo que te vas a tomar un tiempo?
-Bueno, creo que es obvio que no estoy en condiciones ni físicas ni mentales de trabajar completamente.
-Pero no puedes simplemente...
-Oh, si puedo. Claro que puedo. Casi me mato, idiota.
-¿Entonces para que vienes? Ahora tengo que volver a organizar las patrullas. ¿Solo has venido a reprocharme otra vez lo mal que lo hice o que?
-No, Mysterion. He venido a dejar mis cosas. El mundo no gira a tu alrededor. La gente tiene más problemas que no tienen que ver contigo, aunque este lo tenga. Así que deja de creerte el centro del universo, que luego haces gilipolleces para que se te preste atención y acaban mal.
-Pero...
-Si tienes más pegas, habla con Token y Nichole. Yo ya he dicho lo que tenía que decir.
-No me dejes con la palabra en la boca.
-Oh, ¿cómo tú me hiciste a mí? ¿Cómo cuando no me dejaste opinar de lo que iba a pasar con nosotros, y lo elegiste tú todo? No soy gilipollas, Kenneth. Quizás antes lo era porque pensé que no iba a encontrar a nadie que me quisiera ni se preocupase por mi como tú lo hacías. Pero me he dado cuenta de dos cosas. De que si que hay gente que me ama sinceramente, y de qué lo que tú hacías no era quererme de verdad. Era manipularme y jugar conmigo.
-Te avisé antes de que empezasemos de que solo quería experimentar.
-¿Empezar que? ¿De verdad vas a tener la poca vergüenza de llamar a eso relación? ¿A un chico asustado, desesperado por cariño, que estaba a tus pies y hacia lo que fuese por ti mientras tú solo "experimentabas"? ¿Me vas a decir que eso es una relación? Porque entonces tienes esa idea muy distorsionada.
-Ya no puedo hacer nada con respecto a lo que nos pasó, ¿Vale? Así que deja de reprocharmelo.
-Dios quiera que no vuelvas a tener pareja, porque pobre ingenuo o ingenua que sea esa persona.
-Estas exagerando. Tan mal no te traté.
-Oh, claro. No podía ni tocarte en publico. Íbamos a escondidas. Si te abrazaba delante de los chicos me apartabas y me decías rarito, maricón. ¿En serio no me trataste tan mal?
-Ugh...
-Eso es. Quédate pensado. Pero para cuando ya hayas aceptado tú error, yo no voy a estar aquí para ver cómo te pones la medallita por haberlo reconocido. Buenas noches y adiós, Kenneth.
-No, Tweek, espera.- Pero la puerta de la guarida se cerró ante sus narices.

El cielo estaba nublado, pero no parecía que fuese a llover.  Era una noche algo tranquila, y Tweek se alegraba de haberlo soltado todo. Ahora iba de vuelta a casa, por un parque, cuando oyó un grito. Thornberry estaba atacando a alguien... Mierda, era Super. Fue a ponerse su antifaz y el resto de accesorios de héroes, pero recordó que los había dejado en la guarida. Así que solo le quedaba huir o... No, no era un cobarde.
-¡Eh, ramitas! ¡Déjalo en paz!
-¿Uhm? Oh, pero si es un valiente ciudadano que quiere ayudar a los inútiles héroes. Que bonito.
-Te he dicho que lo sueltes, pedazo de mierda.
Craig sonrió un poco. Tweek no sabía que era él y... Eso se le hacía incluso aún más bonito. El rubio le tiró una piedra a la cara a la villana, que la esquivó con facilidad, pero se enfadó por el intento de un estúpido don nadie de atacarla. Se dirigió ferozmente al chico y le aprisionó entre ramas espinosas, creando una pequeña jaula.
-A ver si sigues haciendote tanto el chulo después de esto. ¡Ay!
En el tiempo en el que se había distraído, Super, con su fuerza sobrehumana, había roto las enredaderas que lo aprisionaban y había arrancado un banco del parque, lanzándose lo a la chica, que cayó al suelo, inconsciente. Super la tomó en brazos y la alejó de allí. Aunque se hizo daño con las espinas, abrió la prisión del rubio, que estaba rojo como un tomate.
-Gracias por intentar salvarme.
-N-no es nada. Solo me creí un héroe, tampoco es que haya hecho nada excepcional.
-Para mi has estado increíble. Gracias.
Tweek rió nervioso. ¿Por qué el héroe se tenía que ver tan guapo? Luego pensaba en Craig y... Pero no eran anda, ¿Verdad? Solo amigos... Que de vez en cuando... El pelinegro se le acercó y le dió un beso en la frente a modo de agradecimiento, haciendo que el rubio se derritiese en sus brazos.
-¿Quieres que te lleve a casa?
-Si... Gracias.
Los dos andaron en el silencio de la fría noche, Tweek dejado caer en Super, con algo de frío. El más alto le pasó una mano por los hombros, dándole calor. Al fin llegaron a la casa del más bajo. Antes de entrar, Super le paró y le dió un beso. Tweek estaba atónito. Super... El héroe Super lo había besado en la puerta de su casa, solo por haberle ayudado... Ni si quiera ayudado, intentado ayudar con una villana. Craig no sabía porqué el chico estaba tan nervioso... Y entonces se dió cuenta de que llevaba el traje de héroe puesto y él no sabía si identidad secreta.
-Oh, disculpa, no se que me...
-Está bien... No te preocupes.
El rubio se quedó mirándolo, le tomó la mano y lo besó otra vez, nervioso. El héroe lo notó y le devolvió el beso mientras le acariciaba el brazo para calmarlo. Cuando se dieron cuenta, se habían llevado quince minutos besándose en la puerta. Tweek paró tras un rato, sonrojado y se despidió entre balbuceos.
-Yo... Ehm... Esto... Adiós.
-Adios... Buenas noches.
-Igualmente.
Los dos se sonrieron dulcemente y el rubio entró a casa. Vaya... Su vida últimamente era un drama.

★Antihero★ AU Superhéroes South Park Donde viven las historias. Descúbrelo ahora