INICIO: 30 de Abril de 2021
Segundo libro de la saga MooreVerse. Precuela de Son Mis Hermanos.
ATENCIÓN: Esta historia se entrelaza de forma directa con "Son mis hermanos", pero no es necesario seguir un orden concreto para leerlas. Al igual que los...
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Antes del caos que voy a provocar estos últimos capítulos que quedan, he querido poner alguna escena tierna de hermanos mayores :)
Disfrutad mientras podáis hehe <3
JAMES
3 meses después. Marzo.
No se veía la luz al final del túnel.
Después de mi conversación con Brooke en la fiesta de Lydia, sentí que todo iba a volver a la normalidad. De hecho, la cena al día siguiente a la que fuimos los chicos, papá y yo a casa de mamá y Brooke no pudo ir más sobre ruedas. Era como si el tiempo jamás hubiese pasado. Todos nos comportábamos como lo que se suponía que éramos. Una familia.
En las Navidades, todo volvió a torcerse.
Mamá tuvo que trabajar la mayoría de las fiestas debido a la gran demanda de viajes que tenía la compañía aérea para la que trabajaba como azafata. En un principio, Brooke iba a quedarse con nosotros, pero tanto los chicos como yo hicimos planes por nuestra cuenta. Cuando papá avisó a Brooke de que la mayoría de tardes y noches íbamos a estar fuera, ella decidió "no molestar", según ella, y se fue a casa de su amiga Anne a pasar las fiestas.
Volvíamos a la sequedad y los vacíos. Nos veíamos mínimamente en los pasillos del instituto, pero no teníamos una conversación como tal. Alguna vez nos había llegado un mensaje de Brooke preguntando si podíamos quedar alguna tarde, pero la respuesta siempre solía ser la misma: tengo planes. Viniese de quién viniese. Le ofrecí venir conmigo y mis amigos alguna tarde, pero ella se negaba diciendo que no quería molestar y que prefería irse con Anne.
Esto era lo que temía que pasara en verano, cuando Brooke nos dijo que iba a vivir con mamá después del divorcio, pero no pensé que el que se alejaría de ella sería yo. Y eso era lo que sentía que estaba pasando. Ni si quiera habíamos pasado año nuevo juntos, y por ende, mi cumpleaños tampoco.
Quería ponerle solución, pero no sabía cómo sin dejar de lado a mis amigos.
—Recuerda que la semana que viene vamos a comer con las chicas —pausé la peli que estaba viendo ante la voz de papá—. Es el cumpleaños de tu madre.
—Sí, me acuerdo —respondí sin mucha energía—. Voy a ir mañana a mirar un regalo para ella. Me acompañará Alex después de clase así que no vendré a comer.
—Ajá —papá volvió a echar una ojeada rápida a su portátil—, ¿has hablado con tu hermana últimamente?
Sabe que no.
—El otro día le pregunté que le iba a regalar a mamá para no repetirme —quien dice el otro día dice hace once días. Aun así, papá asintió después de soltar un suspiro.
La puerta de casa se abrió y se escucharon las voces de Ethan y Jack entrando. Me había quedado en casa porque me había despertado con fiebre y no había ido a clase. Los chicos aparecieron en el salón hombro con hombro, como siempre, y hablando de las clases del día.
