3.2: Presentaciones

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Escribiendo mucho por los poquitos capítulos que quedan :')

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Escribiendo mucho por los poquitos capítulos que quedan :')

Aquí os dejo uno bonito que tenía muchas ganas de escribir :) Luv u <3

ALEX

Había intentado evitar el momento a toda costa, pero papá me insistía cada vez más por un lado y Brooke por el otro, así que al final tuve que ceder. Y hoy, por fin, por suerte o por desgracia, Brooke iba a venir a cenar con mi familia. Y a conocer a mi padre.

Llevaba todo el día temblando. Cada vez que pensaba en el momento me daban escalofríos. Mamá intentaba tranquilizarme y papá simplemente actuaba despreocupado, como si la situación fuese normal. No era normal. Prometió que cambiaría, y no lo hizo. Quizá ya no pasaba tan seguido como antes, pero seguía pasando. A mamá no le parecía para tanto, y yo solo intentaba convencerla, siempre sin éxito, de dejarle. Aunque fuese lo mínimo.

Brooke me había mandado un mensaje hacía un rato diciéndome que se estaba secando el pelo después de salir de la ducha y que cuando acabase de prepararse, su madre la traería a mi casa. En unos veinte minutos más o menos, según dijo, estaría en mi casa.

Me puse un jersey de lana de color blanco para acabar de vestirme después de salir de la ducha y bajé a la cocina para ver si mamá necesitaba ayuda. Ella, al girarse, se me quedó mirando como si tuviese la piel amarilla, me hubiesen salido dos cabezas o tuviese un brazo extra.

—¿Qué? —pregunté mirando hacia abajo pensando que me había manchado el jersey. Mamá dejó los platos que llevaba en la mano encima de la encimera y vino a darme un golpe en la cabeza—. ¡Au!

—¿Tú te crees que estas son formas de recibir a tu novia? —preguntó totalmente escandalizada—. ¿Con el pelo revuelto de la ducha, el pantalón del pijama y las pantuflas de caminar por casa?

—Pero si cada vez que viene Brooke a estudiar estoy en pijama —mamá me dio otro golpe—. ¡Deja de hacer eso!

—¡Esto no es una sesión de estudio o una tutoría, Alexander! ¡Vas a presentarnos oficialmente a tu primera novia!

—Pero si ya la conoces —levanté los brazos cubriéndome la cabeza al verla levantar un brazo de nuevo, dispuesta a pegarme—. ¡Deja de hacer eso!

—Esa chica va a venir preciosa a cenar contigo y tu familia, Alexander. ¡No pienso dejar que la recibas hecho un cuadro! —se cruzó de brazos—. ¡Me encanta esta chica para ti! No pienso dejar que la espantes.

—Vaya, gracias, mamá —volví a cubrirme la cabeza viendo de nuevo sus intenciones—. Me visto si dejas de pegarme golpes en la cabeza.

Mamá sonrió y me pellizcó la mejilla como solía hacer mi abuela cuando tenía seis años diciéndome que era un buen chico. Sobándome la mejilla pellizcada con una mano y la zona de mi cabeza donde mamá me había dado los golpes con la otra subí de nuevo a mi habitación. Me vestí con un pantalón ancho vaquero y sustituí las pantuflas azul oscuro por mis deportivas habituales. Cambié de estancia, de la habitación al baño, y me arreglé el pelo. Ahí debía darle la razón a mamá, lo tenía hecho un desastre.

Es nuestra chica #MooreVerse2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora