INICIO: 30 de Abril de 2021
Segundo libro de la saga MooreVerse. Precuela de Son Mis Hermanos.
ATENCIÓN: Esta historia se entrelaza de forma directa con "Son mis hermanos", pero no es necesario seguir un orden concreto para leerlas. Al igual que los...
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Un nuevo miércoles con ración de Alex. Y un poquito de Brooke. Disfrutad antes de que todo estalle :)
ALEX
Brooke era una artista.
Casi cada día descubría algo de ella que me dejaba más fascinado sobre cómo era ella como persona. Su talento para las matemáticas, siendo yo un negado hasta que empezó a ayudarme, ya me había dejado anonadado, porque me parecía increíble que en un cerebro así cupiese tanta información.
Pero verla competir ayer en gimnasia fue otro nivel. El control que tenía sobre su cuerpo, lo bonito que se movía la cinta rosa que usaba, la sonrisa que ponía, la perfección de los movimientos... Perfección desde mi punto de vista, de persona que no tiene ni idea del deporte, pero también desde el punto de vista de los profesionales de la mesa que la valoraban.
Porque quedó primera.
Recuerdo que nada más bajarse del podio vino corriendo hacia a mí con una sonrisa y me abrazó cuando dejó el trofeo dorado en el suelo. Su madre nos miraba con una sonrisa y estaba seguro que su padre, al que no vi porque se quedó en la distancia porque el tema del divorcio se seguía sintiendo reciente, estaba sonriendo y orgulloso de su hija.
No había vivido nunca un momento así. Era un momento precioso.
Hasta que mi novia se separó de mí y preguntó a su madre por sus hermanos y ella le contestó que no habían venido.
La cara de felicidad y orgullo de Brooke cambiaron de repente a uno de los semblantes más tristes que había visto nunca. Las cejas le bajaron de golpe y cerró la boca, haciendo que la sonrisa abandonase su cara. Ni siquiera cuando su entrenadora se acercó a felicitarla y abrazarla pudo sonreír de nuevo de forma genuina.
No había sabido nada de Brooke desde entonces, y en el fondo no la culpaba. Me había dicho que sus hermanos le habían prometido que irían a verla. Le había dejado varios mensajes, pero no había contestado a ninguno en todo el día.
—¿Sigues sin saber nada de ella? —preguntó mamá dejando mi plato de comida delante de mí. Negué con la cabeza— Ya te llamará, cielo. Deja que se aclare la cabeza.
—Estoy preocupado, mamá —le confesé—. Estaba muy afectada.
—Cualquiera estaría afectado si se incumple una promesa, Alex —me dijo papá apoyando los codos en la mesa. Suspiré—. En algún momento necesitará distraerse para sentirse mejor. Y estoy seguro que te llamará a ti.
—Claro que le llamará a él —mamá alargó el brazo y me acarició la mano. Sonreí un poco y me dispuse a comer.
No fue hasta que estuve en mi cama, tirado boca arriba viendo vídeos en el móvil, cuando me llegó un mensaje de Brooke, lo que me hizo incorporarme de golpe abriendo el chat casi con emergencia.
