4.

22 4 0
                                    

Al regresar a la base, Sakura se dirige rápidamente a la habitación de Nagato. Aún afectada por lo que dejó atrás en Konoha, se enfoca en preparar la medicina con las hierbas que consiguió. Sus manos trabajan de manera automática, mientras su mente trata de procesar la mezcla de emociones que lleva dentro. Tras unos minutos, termina el preparado y se lo entrega a Nagato, quien lo bebe en silencio, sintiendo un alivio inmediato en sus debilitados músculos.

—Esto ayudará a mantener tu fuerza estable por un tiempo más —explica Sakura con tono profesional, intentando enfocarse solo en su rol como médico.

Nagato asiente, impresionado por su habilidad y precisión, y, tras una pausa, le hace un nuevo encargo.

—Sakura, necesito que auxilies a Kisame. Fue herido en la última misión y aún no se ha recuperado del todo. Está en la sala de entrenamiento con Itachi.

Sakura asiente, sin hacer preguntas, y se dirige hacia la sala indicada. Al llegar, escucha las voces de Itachi y Kisame desde el pasillo, una conversación que parece relajada, aunque teñida con la dureza típica de los Akatsuki. Al entrar, sus ojos se posan en Kisame, quien se gira hacia ella con su característica sonrisa de tiburón. La impresión de verlo de cerca, con sus rasgos afilados y apariencia intimidante, le causa un ligero escalofrío.

—Ah, así que eres la nueva médica. Bienvenida, Sakura —dice Kisame con voz profunda y una sonrisa burlona, observándola con curiosidad.

Sakura se esfuerza por no mostrar su nerviosismo y avanza, tomando sus implementos de curación.

—Déjame ver tus heridas —responde, manteniéndose firme mientras se arrodilla frente a él.

Kisame ríe, notando su leve incomodidad, pero se queda en silencio, permitiéndole trabajar. Mientras Sakura examina las heridas en sus brazos y torso, Itachi observa desde un lado, sus ojos serenos y calculadores, siempre atento a su compañera y al tiburón humano que, aunque rudo, se comporta cooperativo.

Mientras ella cura las heridas de Kisame, él suelta un comentario en tono jocoso:

—No te asustes, no muerdo... muy fuerte.

Sakura mantiene la calma, respondiendo con una mirada desafiante que parece sorprender a Kisame.

—Tranquilo, puedo manejarlo. —Sus manos aplican la medicina con firmeza, asegurándose de que el tratamiento sea lo más eficiente posible—. Sólo intenta no moverte mucho.

Kisame sonríe satisfecho con su actitud.

—Es raro ver a alguien de Konoha por aquí —murmura Kisame, mirándola con interés mientras observa cómo cura su última herida.

Itachi interviene antes de que Sakura pueda responder, cambiando el tema sutilmente para quitarle el peso de tener que justificar su presencia.

— No es la única de Konoha—dice con voz firme—. Mide tus palabras Kisame

Terminando el tratamiento, Sakura se incorpora y guarda sus implementos. Con un último vistazo a Kisame y una ligera reverencia hacia Itachi, se da la vuelta para irse, sintiéndose levemente más cómoda en el ambiente hostil. A pesar de todo, algo en la mirada de Itachi le da cierta tranquilidad, aunque sabe que el camino que eligió será uno lleno de sombras y sacrificios.

Nᴇᴡ ᴅᴏʟʟDonde viven las historias. Descúbrelo ahora