Al día siguiente, Sakura se despertó temprano. Se tomó un momento para desperezarse y luego se puso de pie, mentalizándose para el día que tenía por delante. Se arregló con precisión: se colocó la cinta sobre los ojos, la capa de Akatsuki, y debajo, la camisa que Itachi le había regalado. Alisó la tela con las manos, como si ese simple acto le diera un poco de la calma que tanto necesitaba.
Una vez lista, salió de su habitación y caminó hacia la entrada de la base. Allí, como siempre puntual y serio, Sasori la esperaba. Él le dio un vistazo rápido, notando su atuendo y la cinta sobre los ojos, pero sin hacer ningún comentario. Sakura percibió su evaluación en silencio.
—¿Lista, Ningyō? —preguntó él finalmente, con su tono habitual.
—Lista —respondió ella, manteniendo la compostura.
Sin más palabras, ambos comenzaron su viaje hacia Sunagakure, avanzando a un ritmo constante y silencioso. La distancia era considerable, pero ninguno de los dos se quejó. Durante el trayecto, Sakura mantenía sus ojos cerrados, concentrada en detectar su entorno a través del flujo de chakra, lo cual la ayudaba a ver en tonos de blanco y negro. Aunque el paisaje se desdibujaba de forma diferente, sus sentidos estaban alerta, y eso era suficiente.
Mientras avanzaban, un aire pesado los rodeaba, como si las decisiones y secretos que guardaban pesaran tanto como el desierto que se extendía ante ellos. Sasori caminaba en silencio, pero de vez en cuando echaba miradas a Sakura, quizás evaluando si estaba lista para lo que se encontrarían en Sunagakure.
Sakura, con la vista velada por la cinta y su percepción alterada, avanzaba con determinación, sabiendo que cada paso la llevaba más cerca de una misión que pondría a prueba no solo sus habilidades, sino también su lealtad a sí misma.
A medida que se acercaban a Sunagakure, el clima cálido del desierto comenzó a intensificarse. Sasori, con su expresión habitual de calma, observaba cada detalle del entorno. Sakura, por su parte, utilizaba su técnica de percepción con chakra para mantenerse al tanto de sus alrededores, sintiendo el movimiento de cualquier ser vivo en el área.
Al llegar a las afueras de la aldea, Sasori se detuvo y extendió su brazo para que Sakura hiciera lo mismo. Sabía que debían ser cuidadosos y discretos, pues cualquier movimiento en falso podría alertar a la aldea y comprometer la misión.
—Recuerda el plan —le susurró Sasori con voz firme—. Estamos aquí para obtener información, no para llamar la atención.
Sakura asintió, dejando claro que había entendido. Ambos activaron técnicas para ocultar su presencia y se deslizaron entre las sombras de los muros de Sunagakure, buscando una entrada adecuada. Sasori guiaba el camino, recordando sus conocimientos de la aldea de su infancia.
Finalmente, lograron entrar a una zona donde el acceso a documentos estratégicos sería más sencillo. Sakura seguía sus pasos en silencio, utilizando su percepción en blanco y negro para detectar cualquier amenaza. Sin embargo, en el interior del edificio que habían logrado infiltrarse, algo la sorprendió. Sintió un flujo de chakra que reconoció de inmediato, y su corazón dio un vuelco.
—¿Gaara? —murmuró, apenas audible.
Sasori se giró, frunciendo el ceño.
—Concéntrate, Ningyō. No estamos aquí para él. ¿Lo tienes claro?
Sakura apartó sus pensamientos de la presencia de su viejo amigo y asintió, decidida. No había margen para errores ni distracciones. Continuaron avanzando, y finalmente llegaron a una sala donde varios pergaminos estaban resguardados.
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Nᴇᴡ ᴅᴏʟʟ
Fanfic-𝐶𝑜𝑛𝑣𝑖𝑒𝑟𝑡𝑒𝑡𝑒 𝑒𝑛 𝑢𝑛𝑎 𝑚𝑢ñ𝑒𝑐𝑎 𝙎𝙞 𝙩𝙖𝙣 𝙨𝙤𝙡𝙤 𝙣𝙤 𝙝𝙪𝙗𝙞𝙚𝙧𝙖 𝙥𝙚𝙣𝙨𝙖𝙙𝙤 𝙚𝙣 𝙘𝙤𝙢𝙤 𝙨𝙖𝙡𝙫𝙖𝙧 𝙖 𝙡𝙖 𝙖𝙗𝙪𝙚𝙡𝙖 𝙘𝙝𝙞𝙮𝙤