Con la derrota del Rey Demonio la paz regresa al Reino de Belzerg. Tú eres un estudiante universitario de 20 años con una vida ordinaria y por error de la muerte serás enviado a un mundo de fantasía. Tendrás una misión evitar una nueva amenaza, pero...
El ambiente quedó en silencio tras un tenso intercambio. TN respiraba con dificultad, agotado, pero consciente. Bambietta, satisfecha y con una expresión de calma, se levantó, arreglando su ropa antes de salir sin prisa.
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--- Nada mal, TN, nada mal.
--- ¡Haaa!
--- Vaya, aún sigues duro, pero ya estoy satisfecha, gracias.
--- ¡Haaa!
--- Los chicos normales se mueren con los primeros de mis sentones o movimientos, pero tú eres increíble. Esa diosa te ha enseñado muy bien.
--- ¿Cómo sabes eso?
--- No importa, como lo sé. Ahora eres mío.
--- Por como lo dices, no me llevarás con Firika, ¿por qué?
--- Es obvio, ¿no?. Me gustas y te llevaré a mi casa, en mi dimensión. Ahí, Firika no tendrá la valentía de invadir mi territorio. Sin embargo, debemos esperar hasta el mediodía de mañana, para usar la gema falsa.
--- ¿Eh?
--- Además, siéntete afortunado. Cuando lleguemos a mi dimensión. Yo soy una Reina y tú, serás mi Rey. Lo haremos todas las noches y tendremos una familia juntos.
--- ¡¿Huh?!
--- Lo que escuchaste, corazón, quiero que seas el padre de mis hijos. Con tus genes y los míos, tendremos hijos hermosos y poderosos. 😘 ---Bambietta le da un beso tierno en la boca y se fue.
Dicho esto, la linda Quincy con una sonrisa traviesa en los labios, giró hacia la puerta. En el pasillo estaba su reciente subordinada que esperaba afuera y le da una orden.
--- Esdeath, quiero que ayudes a vestir a TN.
--- De acuerdo, Bambietta-san.
--- No obstante, fuiste de gran ayuda en la misión de emboscada. Así que, puedes cobrar tu recompensa.
--- ¿En serio, qué recompensa?
--- Puedes jugar con TN, pero con cuidado, ¿entiendes?...
--- Sí, señorita Bambietta.
--- Bueno, me iré a dormir. Uno de mis guardias estará en el pasillo, cubriendo tu puesto. ¡Buenas y ricas noches!
La mujer de cabello azul soltó una risa ligera y sin decir una palabra, entró con una sonrisa. Cerró la puerta de hierro y se acercó al semi-ángel.
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