Capítulo 9 - Ha respondido a tu historia

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2 meses más tarde.

Chiara

El sol de Menorca se cuela por la ventana de la cafetería, dibujando patrones de luz sobre mis libros de música. En mi mesa de siempre, rodeada de partituras y apuntes desordenados, y en compañía de un café frío a mi lado, comienza otra semana de estudio intenso. Hoy es uno de esos días en los que siento que el tiempo se me escapa entre los dedos. Las pruebas de acceso a la ESMUC cada vez están más cerca, y el nerviosismo se convierte en una constante en mi vida.

Las últimas mañanas de noviembre dan paso a un ambiente frío que invita a quedarse en casa, pero no puedo permitirme todas las distracciones que hay en mi habitación. El teclado, las guitarras... sé que con los instrumentos a la vista no podría dirigir mi atención a más de 2 párrafos seguidos. Pero para esos momentos de inspiración tengo mi libreta conmigo, donde apunto ideas, frases o letras que se me ocurren a lo largo del día.

La única distracción que encuentro en la cafetería se hace llamar Ruslana, que a veces merodea alrededor de mi mesa observando lo que hago.

- ¿Qué estudias? - dice curiosa a la vez que se lleva mi taza de café, ya vacía, y me deja en frente un donuts de crema.

Levanto la mirada de mis apuntes, de los cuales ya me había distanciado hace un rato, y miro a mi amiga. - Gracias. Y estudiar, lo que se dice estudiar, poca cosa... estoy bastante agobiada. - verbalizo cómo me llevo sintiendo ya un par de semanas, y es que el constante estudio de nueva materia mientras me dedico a repasar incansablemente la ya aprendida me agota como nunca nada me ha agotado antes. - No puedo más.

Ruslana me abraza de lado, aún sujetando la taza vacía en una mano. - Mi amor... claro que puedes. Es muy duro pero si alguien puede conseguir esa plaza, esa eres tú. Aunque ahora sientas que todo se te viene encima yo sé que eres capaz, y que en el fondo tú también lo sabes. - me aprieta suavemente contra ella, brindándome apoyo y unas fuerzas que solo yo sé cuánto necesito, pero que de cierta forma ella sabe hacerme llegar. - Y si no sacas la plaza, eso no significa que valgas menos como música, y mucho menos que pierdas valor como persona. Ya sabes que es una escuela muy exigente, pero repito, en cuanto entres se te va a quedar pequeña. Vales mucho, Keeks. - deja un beso en mi cabeza y antes de que pueda separarse de mí para dejarme seguir estudiando, agarro su mano y la atraigo de vuelta a mi sitio.

- Muchas gracias, Rus. - le digo con los ojos encharcados en lágrimas, producto de lo agobiada que estoy y las palabras que me dedica mi amiga. Sé que no podría estar tan entera si no fuera por la alegría que me da compartir mis mañanas con ella. - No sé cómo agradecerte lo que haces por mi...

- Cuando saques tu primer disco, me lo dedicas. Así ya me sentiré más que pagada. - elevo las comisuras de mis labios suavemente, porque no soy capaz de decirle nada más, e intento volver a adentrarme en lo que los apuntes frente a mi tienen para ofrecerme. Pero no consigo concentrarme, y subo una historia a Instagram, y me termino el donuts, y miro la pintura de la pared... y cuando llega la hora en la que considero que merezco un descanso, me levanto al baño.

Al salir, me choco con una chica que pasaba por la puerta. Mientras me disculpo con ella, un recuerdo vívido de una cabellera rubia se cuela en mi mente, haciéndome sonreír cuando recuerdo todo lo que sucedió al día siguiente. Fue una experiencia en la que aún pienso de vez en cuando, por lo surrealista que me pareció todo.

Desde entonces, aunque entre las sombras, he stalkeado en ocasiones a la artista en sus redes sociales. Se está tomando bastante en serio eso del descanso post-tour, porque no sube muchas cosas, pero encontré el perfil de Denna, y ella sí comparte algo de contenido en el que de vez en cuando una cabellera pelirroja también hace acto de presencia.

The only one for me. - KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora