Violeta
Después de comer recojo el plato y limpio la mesa de la cocina, pensando en qué le voy a decir a Manu. Él es el director de la discográfica con la que tengo un contrato, que maneja todo el cotarro, y tengo una reunión para discutir futuros proyectos. Le he dejado caer en varias ocasiones que no sé si quiero seguir igual que hasta ahora; primero un disco, luego una gira, y entre conciertos de la gira tener que escribir canciones para el próximo disco, el cual también tendría una gira. Y así.
No me apetece seguir machacándome de esa forma, me encanta escribir canciones, y claro que me encanta el proceso creativo que supone eso. Pensar la letra, idear melodías que pueden ir bien con ella, mezclar sonidos de una forma única y darle forma a algo que termina siendo una canción... creo que es por lo que he nacido. También me encanta cantar mis canciones, y ver que no sólo yo las disfruto, sino que le llegan a muchísima gente que además decide compartir tiempo conmigo en los conciertos.
Pero no me gusta vivir eso sin poder disfrutarlo porque no tengo tiempo de nada más que no sea trabajar. Cuando escribo una canción tengo pendientes 3 llamadas porque tengo que pensar en cuántas canciones va a tener el disco. Tengo que tener claro el estilo que va a seguir porque el equipo tiene que organizar la estética del tour y el contenido multimedia. En la gira apenas disfruto de cantar las canciones porque tengo en mente otras nuevas para las que tengo que ir pensando una melodía. Hay siempre gente pendiente de mi y de lo que hago porque de eso depende todo lo que sigue.
Y para cuando termino un concierto, en vez de sentir euforia por compartir lo que tan feliz me hace, siento alivio porque ya he terminado. Y odio eso, porque no debería sentirse así. Y claro que quiero seguir en este mundo, pero no lo voy a hacer si el precio a pagar es empezar a odiarlo.
Así que eso es lo que le comunico a Manu en la llamada. No tengo miedo de lo que me pueda decir porque sé el tipo de relación que tenemos, y aunque a mucha gente le parece un borde y un prepotente siempre se ha preocupado por mí y por mis necesidades, al menos desde que salí del programa. El cariño que me transmitió entonces es lo que me empujó a firmar en su discográfica, y sé que no hay un sitio en el que me pudieran tratar mejor.
- Es normal, Violeta. Acabas de cumplir 22 años y no has hecho más que trabajar. Te metiste al programa nada más graduarte y desde que saliste has sacado disco tras disco. Me preguntaba cuándo ibas a explotar. - su tono es comprensivo y no me fuerza a tomar decisiones que sabe que no estoy preparada para tomar.
- Pero no quiero dejarlo. - es mi sueño, lo que he luchado por tener durante años. - No me veo preparada tampoco para abandonarlo así como así.
- Nadie ha dicho nada de dejarlo, Violeta. Mira, en la industria al principio el trabajo constante es muy importante. Nada más salir del concurso no tienes un sitio fijo, no tienes nada más que el foco que te ha dado el programa, y es importante demostrar lo que tienes para ofrecer porque es ahí cuando la gente te ve. Es ahí cuando tienes que trabajarte el camino porque nadie lo va a hacer por ti. - reconozco estas palabras, que nos repetían una y otra vez dentro de la academia. "Nadie os conoce".- Y trabajar en eso es lo que llevas haciendo desde entonces. La gente te quiere mucho, tienes ya un hueco en la industria. Claro que te van a echar de menos, pero eso solo va a hacer que tu vuelta, si la hay, sea más increíble.
- ¿Me estás diciendo que me tome un descanso? - quiero que lo diga claramente.
- Es una opción. No tienes por qué dejar de escribir o hacer música si te apetece, o puedes sacar una canción sin la obligación de recorrer españa para presentarla. Puedes pasar a un plano menos interactivo con la gente en ese sentido, si es lo que te agobia. - el timbre de mi casa le interrumpe. Miro el reloj, aunque no espero a nadie.
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The only one for me. - KIVI
FanfictionChiara decide acompañar a su hermana pequeña al concierto de su ídola. Violeta es una reconocida cantante que tiene una vida más difícil de lo que quiere aparentar. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.