Violeta
- ¡Quedan esta y la última, Vio! - escucho que me dice alguien del equipo cuando una chica se separa del abrazo porque su tiempo del meet and greet ya ha finalizado.
Asiento para que vea que le he escuchado sin apartar la mirada de la chica que se aleja llorando, intentando que se lleve un buen recuerdo. Me gusta mirar a los ojos a las personas que invierten su tiempo en conocerme, e intento que el breve momento que compartimos sea un recuerdo al que les guste aferrarse. En cuanto su cuerpo desaparece al girar la esquina, me dirijo a mi derecha esperando que se abra la cortina para que pase la penúltima persona.
La escena es muy similar a las otras; una chica de unos 17 años entra llorando emocionada y se dirige directamente a mis brazos, que la acogen sin pensar, mientras detrás suyo aparece una figura adulta, probablemente su madre, quien la acompaña.
- Hola, bonita. ¿Cómo te llamas? - le digo suavemente sin romper el abrazo. Siempre suelo esperar a que sean ellos los que se separen porque nunca sabes cuánta falta le puede hacer a esa persona un abrazo.
- Me llamo Martina. Te quiero much- muchísimo... muchas gracias por todo Violeta - hipa y solloza mientras se separa para mirarme a los ojos. Me entrega un papel, que por lo general puede contener un dibujo o una carta. Por la edad de la persona me decanto por el segundo y lo dejo en la mesa para seguidamente abrazarla de lado y secarle las lágrimas con mi otra mano.
- Muchas gracias Martina, lo aprecio mucho. ¿Tienes ganas del concierto? - señalo a la cámara que hay enfrente y dirijo mi mirada a la lente, al igual que ella, que nada más ver el flash se vuelve a girar a mirarme.
- ¡Sí! Llevo esperando muchísimo tiempo... no me lo puedo creer. Te sigo desde OT...- sonríe, aún con las mejillas llenas de lágrimas, y sonrío en aprecio.
- ¡Wow! Me llevas acompañando mucho. Espero que lo disfrutes, entonces. - Me giro a mirar a su madre, que ha permanecido en una esquina observando la escena algo emocionada. - Hola, ¿quieres una foto de las 3?
Su madre se acerca, alegre, y me coloco en medio de ellas, sonriendo para la cámara una vez más. Cuando Roberto, el hombre que hace las fotos, se acerca con las dos láminas no dudo en firmarlas y dedicar unas breves palabras a Martina. La entrega de fotos es la señal de que ha acabado el tiempo y tiene que pasar la siguiente persona, así que disimuladamente y con el arte que me otorga llevar años en la industria las dirijo sutilmente hacia la puerta, donde un hombre de seguridad se encarga de controlar que todo vaya sobre ruedas.
- ¡La última! - Dice la voz otra vez, y en cuanto Martina y su madre desaparecen me giro para encontrarme de frente con la última persona que voy a ver antes de la prueba de sonido.
- ¡Hola! - Me dirijo a la joven que se acerca, que calculo que tendrá unos 15 años. - ¿Qué tal? ¿Cómo te llamas? - le pregunto amable, mientras observo de reojo la figura de su acompañante.
- Jasmine, ¿puedo darte un abrazo? - dice con la voz baja, a punto de romperse.
- Claro que sí, corazón. - Corto la distancia que nos separa y la rodeo con mis brazos, que aprieto aún más contra ella justo cuando escucho que rompe a llorar.
- God, pensaba que no podríamos verte... casi no podemos entrar - creo que son las palabras que entre el apretado abrazo y los sollozos consigue liberar junto con alguna lágrima.
En ese momento, aún abrazando a Jasmine, dirijo mi mirada a la otra persona de la sala, buscando respuestas que sé que la joven entre mis brazos no va a ser capaz de vocalizar.
- ¿Ha habido algún probl- ¿Chiara? - la figura que encuentro en frente me devuelve una mirada tímida, casi intentando pasar desapercibida.
- Hola, Violeta. Ahora te veo algo menos amargada. - bromea mientras se acerca hacia nosotras. Creo que es la primera vez en la que rompo el código que yo misma impuse sobre los abrazos, pero me separo lentamente de Jasmine, que sigue llorando aunque ahora también me mira algo extrañada.
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The only one for me. - KIVI
FanficChiara decide acompañar a su hermana pequeña al concierto de su ídola. Violeta es una reconocida cantante que tiene una vida más difícil de lo que quiere aparentar. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.