Era temprano en la mañana y el área de entrenamiento estaba más animada que de costumbre. Los primeros rayos de sol iluminaban el patio, mientras Itadori estiraba los músculos, preparándose para lo que prometía ser un entrenamiento exigente. A su lado, Nobara miraba de reojo a Maki, quien, como siempre, se mantenía serena y concentrada.
Nobara: ¿Estás seguro de que puedes seguirle el ritmo, bobo? -le preguntó Nobara, con una sonrisa divertida-. Maki no tiene piedad.
Itadori: Ya lo se y no me digas asi -respondió él, con una mezcla de emoción y algo de nervios-. Pero no puedo quedarme atrás. Ahora soy el director, ¿no?
Nobara: ¡Hmph! Claro, señor director -dijo Nobara, burlona-. Pero será mejor que te prepares para unos buenos golpes.
Antes de que Itadori pudiera responder, Maki se acercó con los brazos cruzados y una sonrisa que prometía ser tan implacable como su fuerza.
Maki: ¿Estás listo, Itadori? -preguntó, sin dejar espacio para dudas.
Itadori: Listo -asintió él, adoptando una postura de combate.
Maki no se hizo esperar. En un parpadeo, ya estaba lanzando su primer golpe, rápido y preciso. Itadori apenas tuvo tiempo de esquivarlo, retrocediendo mientras sentía el aire cortarse a su lado.
Itadori: ¡Vaya! No te contuviste ni un poco -dijo Itadori, impresionado.
Maki: ¿Contenerme? -respondió Maki con una sonrisa irónica-. ¿Qué clase de entrenamiento sería ese?
Nobara, que observaba desde la línea lateral, no pudo evitar reír.
Nobara: ¡Vamos, Itadori! Muestra algo de esa fuerza que tanto presumes.
Itadori rió, recuperando la postura y lanzándose hacia Maki. Los golpes y las esquivas se sucedieron, cada uno demostrando su destreza. Aunque Maki era claramente la más experimentada, Itadori tenía la fuerza bruta a su favor. Cada movimiento era un juego de reflejos, una prueba de resistencia.
Después de varios intercambios, Maki retrocedió un poco, apenas respirando con dificultad.
Maki: Tienes algo de resistencia, Itadori. No esperaba menos del nuevo "hechicero más fuerte" -comentó ella, con un tono de ligera provocación.
Itadori sonrió, agradecido por el cumplido. Sabía que viniendo de Maki, eso era algo significativo.
Itadori: Bueno, todavía tengo mucho que aprender -admitió él-. Pero contigo entrenando a mi lado, creo que podré mejorar bastante.
Nobara, que había estado mirando atentamente, frunció el ceño. Había algo en la forma en que Maki miraba a Itadori que le provocaba una ligera incomodidad.
Nobara: ¿Y qué hay de mí? -interrumpió ella, colocándose entre ellos-. ¡Yo también soy fuerte, ¿saben?!
Itadori: Claro que sí, Nobara -le sonrió-. Pero tú ya sabes lo fuerte que eres. Además, tienes tu propio estilo.
Nobara: Hmm... -cruzó los brazos, claramente satisfecha con la respuesta-. Solo no te vayas a confiar, Itadori. A Maki le encanta ganar, ¿verdad, Maki?
Maki simplemente le lanzó una mirada que decía mucho sin palabras. Era evidente que ambas compartían una especie de rivalidad amistosa, pero Itadori también notó cierta tensión, algo más profundo que una simple competencia. Era como si ambas se esforzaran en mantener su lugar en su vida, cada una a su manera.
Sin embargo, la atmósfera cambió cuando una voz familiar se escuchó a sus espaldas.
Mei Mei: Ara, ara, parece que aquí alguien está robándose el tiempo de entrenamiento de las chicas -dijo Mei Mei, entrando al área con su calma característica.
Itadori dio un respingo y se giró, tratando de esconder su incomodidad.
Itadori: ¡Mei Mei! Eh... ¿qué estás haciendo aquí?
Mei Mei: Solo vine a ver cómo te manejas en esta "nueva posición de poder", Itadori -dijo ella con una sonrisa enigmática mientras se acercaba, observándolo con interés-. Pensé que necesitarías algo de ayuda.
Nobara y Maki intercambiaron una mirada de disgusto. Mei Mei siempre tenía ese aire de superioridad que podía molestar a cualquiera, y las bromas sutiles que lanzaba a Itadori eran cada vez más evidentes.
Maki: Creo que lo está haciendo bien sin ayuda, ¿no crees, Mei Mei? -dijo Maki, entrecerrando los ojos con una leve sonrisa desafiante.
Mei Mei solo le devolvió la mirada, sin dejarse intimidar.
Mei Mei: Quizás. Pero siendo su superior, me parece importante supervisarlo, y... bueno, orientarlo en algunas cosas.
Itadori sintió el calor en sus mejillas. Sabía que Mei Mei estaba jugando con él, pero eso no hacía las cosas menos incómodas. Nobara, al ver su incomodidad, decidió intervenir.
Nobara: No te preocupes, Itadori. Seguro Mei Mei tiene mejores cosas que hacer que pasar el rato aquí con nosotros, ¿verdad? -dijo Nobara, con un tono ácido.
Mei Mei simplemente alzó una ceja, divertida.
Mei Mei: Quizás sí, o quizás no. Tal vez me divierta ver cómo te las arreglas siendo el centro de atención, Itadori.
La mirada de Mei Mei parecía desafiarlo, y aunque Itadori intentaba mantenerse serio, no podía evitar sentirse atrapado en su juego.
Itadori: Eh, bueno, gracias por... preocuparte -logró decir, intentando sonar diplomático.
Maki, que había observado toda la interacción, decidió terminar con la interrupción.
Maki: ¿Podemos volver al entrenamiento? -preguntó, cruzando los brazos con impaciencia-. No tenemos tiempo para distracciones innecesarias.
Itadori asintió rápidamente, agradecido de tener una excusa para escapar de la mirada intensa de Mei Mei.
Itadori: Sí, claro, volvamos al entrenamiento.
Mei Mei solo rió y dio un paso atrás, observando desde la distancia mientras continuaban. Pero Itadori no pudo evitar sentir su mirada sobre él, como si estuviera evaluándolo, probándolo de alguna manera.
El entrenamiento siguió por un tiempo más, y aunque todos intentaron concentrarse, la presencia de Mei Mei parecía añadir un toque de tensión. Maki y Nobara intentaban dar lo mejor de sí, y cada vez que Maki lanzaba un golpe o Nobara se burlaba, era como si intentaran demostrar algo, no solo a Itadori, sino también a Mei Mei.
Al finalizar, todos estaban exhaustos. Nobara se dejó caer en el suelo, respirando con dificultad, mientras Maki solo se apoyaba contra la pared, con los brazos cruzados y la mirada fija en Itadori.
Nobara: ¿Crees que sobrevivirás a esto, jefe? -preguntó Nobara, divertida.
Itadori soltó una risa cansada.
Itadori: Definitivamente necesitaré descansar después de esto.
Mei Mei: ¿Ya estas cansado, Itadori? -intervino Mei Mei, acercándose con su sonrisa burlona-. Creí que ser el hechicero más fuerte te daría una resistencia inquebrantable.
Él suspiró, resignado a que Mei Mei no le daría ni un segundo de respiro.
Itadori: Tal vez, pero hasta el hechicero más fuerte necesita un descanso de vez en cuando.
Mei Mei: Supongo que tienes razón -admitió ella, sin dejar de mirarlo intensamente-. Pero no olvides que todos están observándote ahora, Itadori. Más vale que no decepciones.
Con esas palabras, Mei Mei se alejó, dejando a Itadori y a las chicas en una extraña mezcla de alivio e incomodidad.
Nobara se incorporó y le dio una palmada en la espalda a Itadori.
Nobara: No te preocupes por Mei Mei. Nos tienes a nosotras para recordarte quién eres en realidad.
Maki asintió, mirándolo con algo parecido a una sonrisa.
Maki: Solo... asegúrate de mantenerte enfocado, Itadori. No todos los ojos que te miran son amistosos.
Itadori las miró, agradecido. A pesar de la tensión y las bromas, sabía que tanto Nobara como Maki estarían allí para apoyarlo, y eso le daba la confianza que necesitaba para seguir adelante.
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El hechicero mas fuerte. (Itadori x harem)
Fanfiction-Capitulos todos los dias- Luego de la derrota de Sukuna y la muerte de Gojo, Yuji Itadori toma el manto como el hechicero mas fuerte y asume el rol de director de la escuela de hechiceros de Tokio.