Los días en la escuela de hechicería parecían haberse vuelto más complicados para Itadori. Aunque no lo expresaba en palabras, comenzaba a notar cómo las interacciones entre él y sus compañeras cambiaban. Había una extraña tensión en el aire, algo que lo confundía y a veces lo hacía sentir como si estuviera caminando en la cuerda floja.
Esa tarde, mientras descansaba en los jardines después de un largo entrenamiento, Itadori observaba cómo Nobara y Maki, en vez de discutir como era costumbre, evitaban cruzarse en su presencia. Utahime también parecía más distante, como si intentara mantener una formalidad estricta que antes no existía. Incluso Miwa, quien siempre se mostraba efusiva y encantada de verlo, había comenzado a actuar de manera más reservada.
Mientras meditaba sobre esto, Maki se acercó y se sentó a su lado en la hierba, en silencio.
Itadori: Oye, Maki, ¿todo está bien? -preguntó Itadori, intentando romper el hielo. No recordaba la última vez que ella había estado tan callada en su presencia.
Maki suspiró y cruzó los brazos, mirando hacia el horizonte.
Maki: Sí, todo bien. Solo que... he estado pensando en algunas cosas, y necesito concentrarme más en mis objetivos -respondió, como si hablara más consigo misma que con él-. A veces, Itadori, las distracciones pueden ser peligrosas.
Él arqueó las cejas, tratando de descifrar sus palabras.
Itadori: ¿Te refieres al entrenamiento o a otra cosa? Porque, bueno, si hay algo en lo que pueda ayudarte...
Maki lo miró, y por un momento, sus ojos reflejaron una mezcla de cariño y frustración.
Maki: Es solo que... -hizo una pausa y luego sonrió, con una mezcla de resignación y afecto-. Eres demasiado bueno, Itadori. Es fácil olvidar lo que uno realmente necesita hacer cuando está contigo.
Antes de que él pudiera responder, Maki se levantó, sacudiéndose la ropa y poniéndose en pie.
Maki: Deberías descansar. Nos vemos en el entrenamiento de mañana.
Lo dejó ahí, perplejo, preguntándose si había hecho algo para molestarla. Sin embargo, su reflexión fue interrumpida cuando Nobara apareció a lo lejos, cruzando los brazos y observándolo con una expresión indescifrable. Ella también parecía diferente, más seria.
Itadori: Nobara, ¿tienes un momento? Quiero preguntarte si has notado algo raro últimamente... -dijo Itadori, intentando sonar casual.
Nobara se acercó y se sentó frente a él, manteniendo cierta distancia.
Nobara: ¿Raro? ¿Te refieres a cómo algunas personas no pueden ser directas y decir lo que sienten? -respondió, con un tono mordaz que no era usual en ella.
Itadori parpadeó, sintiéndose aún más confundido.
Itadori: ¿Dices... que he hecho algo mal? Porque últimamente siento que todos están algo distantes.
Ella suspiró y cruzó los brazos, desviando la mirada. La situación parecía estar pesándole más de lo que quería admitir.
Nobara: No, Itadori, no has hecho nada malo... al menos, no intencionalmente. -Luego lo miró directamente a los ojos, y él pudo notar una chispa de emoción en su mirada-. Pero a veces eres tan despistado que terminas lastimando a la gente sin darte cuenta.
Él inclinó la cabeza, sintiéndose perdido.
Itadori: ¿A qué te refieres? De verdad, Nobara, dime si he hecho algo que te haya molestado. Prometo no repetirlo.
La seriedad en sus palabras pareció ablandar un poco la expresión de Nobara, quien se permitió una sonrisa leve.
Nobara: Solo intenta ser un poco más consciente, ¿sí? No eres solo el chico simpático y fuerte de la escuela. Para algunas de nosotras... significas más que eso -confesó, bajando la voz en la última parte.
Antes de que Itadori pudiera responder, Nobara se levantó, imitando el gesto de Maki y alejándose rápidamente.
De nuevo solo, Itadori suspiró, pasándose la mano por el cabello. Era la segunda vez en una sola tarde que una de sus amigas lo dejaba con más preguntas que respuestas. Justo cuando estaba considerando dejar de pensar en ello y concentrarse en su entrenamiento, Utahime apareció en la distancia, observándolo con cierta cautela.
Utahime: ¿Puedo sentarme? -preguntó, con una voz calmada.
Itadori asintió, aliviado de tener a alguien más con quien hablar.
Itadori: Claro, Utahime. Me alegra que estés aquí. Parece que hoy todo el mundo está... extraño.
Utahime suspiró, sentándose junto a él, aunque manteniendo cierta distancia. A diferencia de su comportamiento en encuentros anteriores, esta vez parecía más reservada.
Utahime: A veces, Itadori-kun, es necesario dar un paso atrás para ver las cosas con claridad -comentó, en tono enigmático-. Todos aquí llevamos nuestras propias luchas, y aunque no lo parezca, no siempre es fácil mantener la calma.
Itadori asintió, aunque no estaba seguro de entender del todo. Sentía una gran admiración por Utahime y siempre valoraba su sinceridad, pero esta vez sus palabras sonaban un tanto... ambiguas.
Itadori: Entiendo que todos tenemos problemas... pero, ¿eso incluye mantener distancia entre nosotros? Porque siento que hay algo que me estoy perdiendo -admitió, con una sonrisa algo triste.
Utahime lo miró, y su expresión suavizó un poco.
Utahime: A veces, acercarse demasiado puede ser complicado. Y no porque alguien haya hecho algo mal... simplemente porque uno necesita entender qué está sintiendo -explicó, sin entrar en más detalles.
En ese momento, Itadori empezó a sospechar que, tal vez, las chicas estaban manteniendo esa distancia para lidiar con sus propios sentimientos hacia él. No obstante, era una idea que le resultaba difícil de aceptar por completo. Para él, Utahime, Maki, Nobara y Miwa eran sus amigas, personas a quienes respetaba y con quienes compartía una conexión única. ¿Podía realmente ser que hubiera algo más profundo detrás de sus actitudes?
Con un suspiro, Itadori miró al cielo, intentando despejar su mente.
Itadori: Aprecio que siempre estés dispuesta a escucharme, Utahime. Eres alguien en quien sé que puedo confiar.
La confesión hizo que Utahime sonriera levemente, pero también que mantuviera la distancia, recordándose a sí misma que ese respeto era lo más importante para ella en ese momento.
Finalmente, después de que Utahime se despidiera, Itadori se levantó, determinado a tratar de entender esta nueva dinámica entre él y sus compañeras. Decidió ser más consciente de sus palabras y acciones, esperando no hacerlas sentir incómodas.
Sin embargo, en su intento por mantener la paz y la armonía, no notó que, aunque cada una de ellas intentaba establecer límites para protegerse, la cercanía que compartían con él solo hacía más difícil para ellas controlar sus propios sentimientos. Para Nobara, Maki, Utahime y Miwa, la distancia que intentaban crear solo les hacía darse cuenta de cuánto significaba Itadori para ellas... y cómo, sin importar cuánto intentaran proteger sus corazones, el lazo que compartían con él era más fuerte de lo que esperaban.
(N/A: Gracias por leer y no se olviden de dejar su estrellita :3)
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El hechicero mas fuerte. (Itadori x harem)
FanfictionLuego de la derrota de Sukuna y la muerte de Gojo, Yuji Itadori toma el manto como el hechicero mas fuerte y asume el rol de director de la escuela de hechiceros de Tokio.