La noche había caído en la escuela de hechiceros de Tokio, y la luna brillaba alta en el cielo. El patio estaba en calma, iluminado suavemente por las luces dispersas del campus, y el aire fresco de la noche era el escape perfecto para quien buscaba un momento de tranquilidad. Itadori, después de un largo día de entrenamiento y discusiones entre Nobara, Maki y Mei Mei, decidió dar una vuelta por los jardines para despejarse.
Al pasar junto al edificio principal, una figura familiar llamó su atención. Utahime estaba de pie, observando el cielo con una expresión de introspección. La directora de la escuela de Kioto se había quedado en Tokio más de lo habitual debido a algunas reuniones administrativas, pero ver que aún estaba despierta tan tarde lo sorprendió.
Itadori: Utahime-sensei, ¿no es un poco tarde para estar aquí afuera? -preguntó Itadori, acercándose.
Utahime giró y, al verlo, sonrió con calidez.
Utahime: Podría decir lo mismo de ti, Itadori. Supongo que necesitabas un respiro.
Itadori: Sí... Ha sido un día un poco complicado -respondió con una risa nerviosa, recordando las rivalidades del equipo-. A veces, ser el líder del grupo no es tan fácil como pensé.
Utahime asintió, comprendiendo la carga que sentía.
Utahime: Entiendo lo que dices. Ser líder, aunque sea solo de una pequeña escuela como la mía, no es sencillo. Sientes que tienes que cuidar de todos, mantenerlos motivados y, sobre todo, darles un ejemplo. Es agotador.
Itadori la miró, sorprendido por la sinceridad en sus palabras. Utahime tenía una mirada llena de cansancio, pero también de determinación. Por primera vez, Itadori sintió que alguien lo entendía realmente.
Itadori: A veces siento que estoy muy lejos de ser como el hechicero más fuerte -confesó Itadori, bajando la mirada-. Me gustaría poder mantener a todos a salvo y llevarme bien con ellos... pero... me doy cuenta de que no siempre soy suficiente.
Utahime suspiró y apoyó su mano en su hombro, transmitiéndole una sensación de calma.
Utahime: Itadori, ser un líder no significa ser perfecto ni tener todas las respuestas. Tampoco es que todos esperen que seas Gojo o cualquier otro hechicero legendario. Ser tú mismo ya es suficiente para ellos. Con el tiempo, aprenderás a reconocer eso.
Sus palabras resonaron profundamente en él. Era algo que necesitaba escuchar, y no se lo esperaba de Utahime. Después de tantos días de estrés y responsabilidades, fue como un peso menos sobre sus hombros. La miró con un agradecimiento genuino.
Itadori: Gracias, Utahime-sensei. Realmente me hacía falta escuchar algo así.
Ella sonrió, y por un momento, ambos permanecieron en silencio, disfrutando de la serenidad de la noche. Itadori sintió que el ambiente cambiaba, se tornaba más íntimo y especial, como si compartieran un secreto que los demás no podrían entender.
Itadori: ¿Alguna vez pensaste en dejarlo? —preguntó de repente Itadori, con curiosidad.
Utahime se sorprendió, pero decidió responder con sinceridad.
Utahime: Hubo momentos en los que dudé. Ser hechicera no es fácil, y cuando sientes que no estás a la altura, puede ser desgastante. Especialmente cuando hay otros que te recuerdan tus... "fallas" -dijo, recordando las constantes críticas de Gojo-. Pero, por alguna razón, siempre vuelvo. Supongo que quiero demostrarles a todos, incluso a mí misma, que soy capaz de hacer una diferencia.
Itadori la observó con admiración. Pese a sus propios miedos y dudas, Utahime seguía adelante, enfrentando las críticas y asumiendo sus responsabilidades. Era alguien en quien podía confiar, y en ese momento, sintió que entendía su lucha en un nivel muy personal.
Itadori: Eres mucho más fuerte de lo que piensas, Utahime-sensei. De verdad -dijo, mirándola a los ojos con sinceridad.
Utahime sintió cómo su corazón latía un poco más rápido al escuchar esas palabras. La mirada de Itadori, tan genuina y llena de aprecio, la hizo sentirse reconocida como nunca antes. No era común que alguien la mirara de esa forma, y en esos momentos de silencio, empezó a percibir algo más en él: una cercanía especial que la hacía sentirse en paz.
Utahime: Gracias, Itadori -respondió, con una suave sonrisa-. A veces, simplemente necesitamos a alguien que nos diga esas cosas.
Ambos compartieron una risa ligera, como si fueran dos amigos que se comprendían en un nivel más profundo. La conversación había aliviado sus cargas, y por primera vez, Utahime se sintió cómoda hablando de sus sentimientos. Itadori tenía un don para hacer que las personas a su alrededor se sintieran bien, y ese don estaba comenzando a tocar su propio corazón.
Itadori miró la luna llena, y con una expresión soñadora, agregó:
Itadori: Sabes, Utahime-sensei, siempre admiré tu dedicación. No importa cuántas veces Gojo o cualquier otro te haya hecho dudar, tú sigues siendo una de las hechiceras más valientes que conozco.
Las palabras hicieron que los ojos de Utahime brillaran. Era raro que alguien la elogiara de esa manera, y saber que era Itadori quien lo hacía la llenaba de una calidez inexplicable.
Utahime: Es curioso... -dijo ella, con una sonrisa tímida-. A veces pienso que eres el único que realmente entiende lo difícil que es ser hechicero en este mundo. Tal vez porque ambos llevamos el peso de proteger a los demás.
Itadori asintió, sintiendo que sus palabras eran completamente ciertas.
Itadori: Sí... a veces siento que tú y yo compartimos más de lo que parece. Gracias por estar aquí, Utahime. Sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites.
Utahime le devolvió la mirada, sintiendo un suave calor en su pecho. Había algo en la sinceridad de Itadori, en su honestidad y en la forma en que la miraba, que la hacía sentirse especial. Por primera vez en mucho tiempo, sintió que su papel en el mundo de los hechiceros tenía sentido.
Utahime: Lo mismo va para ti, Itadori-kun. Si alguna vez necesitas a alguien con quien hablar o simplemente un respiro de todo esto, aquí estaré.
Ambos se quedaron en silencio por un instante, pero era un silencio lleno de comprensión y calidez. Itadori sintió una conexión profunda con Utahime, como si ella realmente lo entendiera en todos los aspectos. Era una conexión que iba más allá de las palabras, una especie de alianza silenciosa entre dos personas que compartían una misma lucha.
Después de unos minutos, Itadori sonrió y dijo:
Itadori: Creo que deberíamos irnos antes de que alguien piense que estamos tramando algo.
Utahime rió suavemente, dándose cuenta de que se sentía extrañamente cómoda con él, algo que no había experimentado antes.
Utahime: Tienes razón. Pero, Itadori-kun... -dijo antes de girarse-. Gracias por esta noche. Realmente significó mucho para mí.
Itadori le sonrió, mostrándole una vez más esa mirada genuina y confiada que la había hecho sentirse comprendida.
Itadori: Gracias a ti, Utahime. Nos vemos mañana.
Mientras se despedían, Utahime sintió que algo en ella había cambiado. La cercanía que había compartido con Itadori le dejó una sensación de paz y gratitud, algo que no había sentido en mucho tiempo. Tal vez, pensó, había encontrado a alguien con quien compartir un poco de su carga, alguien que realmente la entendía.
Mientras regresaba a su habitación, Utahime sintió una leve sonrisa en sus labios, una que no lograba contener. Por primera vez, la idea de enfrentar el día siguiente no se sentía tan pesada. Tenía la sensación de que, con Itadori a su lado, podría superar cualquier obstáculo que se le presentara.
(N/A: Gracias por leer y no se olviden de dejar su estrellita :3)
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El hechicero mas fuerte. (Itadori x harem)
Fanfiction-Capitulos todos los dias- Luego de la derrota de Sukuna y la muerte de Gojo, Yuji Itadori toma el manto como el hechicero mas fuerte y asume el rol de director de la escuela de hechiceros de Tokio.