Secretos encriptados (En Revisión)

21~Todo ha terminado

Soo Ah estaba de pie en la entrada del bosque, su corazón palpitaba con fuerza mientras esperaba a sus amigos. Cuando finalmente vieron a Hyun Woo y Yoon Ash salir de la oscuridad, un torrente de alivio se apoderó de ella. Junto a Eun Byul, corrió hacia ellos y los abrazó con fuerza, como si el simple contacto pudiera borrar el horror de lo que acababan de vivir.

—¡Están a salvo! —exclamó Soo Ah, sintiendo que las lágrimas amenazaban con brotar de sus ojos.

Eun Byul, aún temblando por la adrenalina, se unió al abrazo. En ese instante, el grupo encontró consuelo en la cercanía del otro. Un destello brillante iluminó el cielo nocturno cuando el lugar donde todo había ocurrido estalló en llamas.

Soo Ah apartó la mirada del fuego y miró a sus amigos. Era un momento de celebración y tristeza; habían sobrevivido, pero a un costo devastador.

—¿Dónde está Min Hae? —preguntó Eun Byul con voz temblorosa.

Un silencio pesado se instaló entre ellos. Soo Ah tragó saliva, recordando el oscuro secreto que había compartido con Min Hae: la planificación meticulosa de la muerte de Eun Byul para evitar que Ah Young interfiriera en su vida. Habían creído que era la única forma de liberarla del control de la Élite. Pero ahora, con Min Hae perdida para siempre, esa decisión pesaba sobre su conciencia.

—No... no puedo creer que haya sucedido —susurró Soo Ah, sintiendo como el peso de sus acciones la aplastaba.

Mientras se alejaban del lugar, un brillo tenue en su teléfono llamó la atención de Yoon Ash. Era una notificación del blog de Lady Ash. Con un gesto rápido, abrió la entrada más reciente y comenzó a leer en voz alta:

—Yoon Ash y Min Hae planearon toda la destrucción de la Élite y así fue. Aunque el único que quedó fue Hwang Hyun Woo, todos los demás han muerto, incluyendo a Min Hae. Todo este tiempo, la Sakura en la escuela ha sido Yoon Ash, ya que esta se encontraba en un coma. Creo que esa es toda la verdad que deben saber. Aunque no fue la mejor venganza, al menos la mayoría de ustedes tendrán paz en sus vidas sin los de la Élite.

Att: Min Hae antes de morir.

La verdad que había permanecido oculta durante tanto tiempo ahora estaba expuesta, y con ella venía una mezcla de liberación y dolor.

—¿Qué hemos hecho? —preguntó Eun Byul, llena de incredulidad y angustia.

—Hicimos lo que creímos que era necesario —respondió Hyun Woo, su mirada se fijó en el horizonte donde las llamas seguían consumiendo lo que quedaba de su antiguo mundo—Pero no podemos cambiar el pasado.

A medida que se alejaban del caos, cada uno cargaba con su propio peso emocional. Soo Ah sabía que nunca podría deshacerse del remordimiento por lo que había planeado junto a Min Hae. Había buscado proteger a Eun Byul, pero en el proceso, había causado una destrucción inimaginable.

Las estrellas brillaban en el cielo, pero su luz parecía distante e inalcanzable. Sin embargo, a pesar del dolor y la pérdida, había una chispa de esperanza en sus corazones: la posibilidad de reconstruir sus vidas lejos del legado oscuro de la Élite.

Los meses habían pasado y Yoon Ash, con la mirada perdida en la distancia, respiró hondo antes de hablar.

—Chicos, necesito que cuiden de mi hermana Sakura —dijo. Sus ojos se encontraron con los de Soo Ah, Eun Byul y Hyun Woo, buscando en ellos una chispa de comprensión—Oyeron. Olvidemos todo lo ocurrido y comencemos de nuevo.

Soo Ah sintió una punzada en el corazón; la idea de dejar ir a Yoon Ash era dolorosa, pero sabía que era lo mejor para ella.

—Me voy a atender en un psiquiátrico. Lo necesito para reflexionar y pagar por lo que he hecho, ya que también los metí a ustedes en esto —continuó Yoon Ash.

—Se te extrañará —respondió Hyun Woo. Había una conexión profunda entre ellos, una amistad forjada en medio del caos.

—¡Siii! —exclamó Soo Ah, sintiendo cómo las lágrimas comenzaban a acumularse en sus ojos. La idea de estar lejos de su amiga la llenaba de tristeza, pero también sabía que era un paso necesario.

Sakura, que había estado observando desde un rincón, dio un paso adelante.

—No te vayas, hermana —dijo con voz temblorosa. La conexión entre ellas era mágica, un hilo invisible que las unía.

Yoon Ash sonrió débilmente, intentando infundir calma en su hermana.

—No va a ser para siempre, tranquila. Todo ha sido un desastre —respondió Yoon Ash. Sabía que debía ser fuerte por Sakura, aunque su propio corazón estuviera desgarrado.

Hyun Woo rompió el silencio con una ligera sonrisa, tratando de aligerar el ambiente tenso.

—No me acostumbro a que ustedes dos sean gemelas —señaló.

—Es verdad—asintió Eun Byul, riendo suavemente—Es confuso. Pero eso también es parte de nuestra historia.

Mientras el grupo compartía risas nerviosas, Hyun Woo se acercó a Eun Byul. Sus miradas se encontraron y, en ese instante, ambos entendieron que la vida continuaba a pesar de las heridas del pasado.

—Mira todo lo que ha pasado —dijo Hyun Woo con sinceridad—Todos merecemos oportunidades en la vida. La venganza no es la respuesta; solo trae más dolor. Te esperaré, Eun Byul. Siempre hay un nuevo comienzo si estamos dispuestos a buscarlo.

Eun Byul sintió que su corazón se llenaba de calidez ante sus palabras. Había algo reconfortante en saber que no estaba sola en esta travesía.

Finalmente, llegó el momento de despedirse. Yoon Ash se preparó para irse al psiquiátrico, y todos se acercaron para abrazarla. Era un abrazo lleno de emociones encontradas: tristeza por la separación, pero también esperanza por lo que vendría.

—Te queremos —susurró Soo Ah mientras se aferraba a ella con fuerza.

—Siempre estaré con ustedes en espíritu —respondió Yoon Ash, sintiendo cómo las lágrimas brotaban de sus ojos. Sabía que este era solo un capítulo más en su vida.

Con un último vistazo hacia sus amigos, Yoon Ash se alejó, su figura se desvanecía poco a poco. Aunque el camino por delante era incierto, había una luz tenue al final del túnel: la posibilidad de sanación.

Mientras se alejaba, el grupo permaneció unido, compartiendo risas y recuerdos que los atarían incluso en la distancia. La vida continuaría para ellos; los desafíos seguirían llegando, pero juntos podrían enfrentarlos.