Universo Azul

- Pecado - Capítulo 23

Jungkook tomó la mano de Taehyung con suavidad, mientras lo guiaba hacia la habitación. La tenue luz de la cabaña hacía que el ambiente se sintiera más cálido e íntimo, y ambos sabían que este momento era solo para ellos, lejos de cualquier juicio. En el silencio de la cabaña, lo único que escuchaban eran sus respiraciones, que se volvían más profundas y entrecortadas.

Al llegar a la cama, Jungkook se sentó primero, guiando a Taehyung para que se acomodara en su regazo. Taehyung, un poco nervioso, se acercó lentamente, colocándose sobre él. Al mirarse a los ojos, ambos sentían que el mundo se desvanecía; nada más importaba en ese instante.

—Tae... —murmuró Jungkook, acariciando su rostro con ternura—. Quiero que este momento sea especial, no hay nada que desee más que estar a tu lado, en todos los sentidos.

Taehyung sonrió, sintiendo cómo sus nervios se disipaban un poco. Él también quería entregarse a este momento, perderse en el amor que sentía por Jungkook. Con un suspiro, se acercó y sus labios se encontraron en un beso suave, un roce apenas perceptible que poco a poco se intensificaba. Las manos de Jungkook recorrieron con delicadeza la espalda de Taehyung, atrayéndolo aún más hacia sí.

Cada beso que compartían era una promesa silenciosa, una entrega sin palabras. Jungkook rozó los labios de Taehyung y luego descendió, dejando suaves besos en su mandíbula, luego en su cuello, deteniéndose en aquellos puntos que sabía que hacían que Taehyung cerrara los ojos y suspirara. Sentía cómo el cuerpo de Taehyung reaccionaba, cómo sus manos temblorosas lo abrazaban con más fuerza, buscando más cercanía.

—¿Hoy llegaremos hasta el final? —le susurró Jungkook, con voz suave pero cargada de deseo, buscando su consentimiento.

Taehyung asintió, sus ojos llenos de una mezcla de amor y emoción. Con cuidado, Jungkook comenzó a quitarle la ropa, prenda por prenda, deteniéndose entre cada movimiento para besar su piel y mirarlo con admiración. Taehyung sentía una ligera vergüenza, pero la forma en que Jungkook lo miraba le daba la confianza que necesitaba. Su sonrisa tímida hacía que Jungkook también se sintiera especial, como si compartieran un secreto precioso.

Cuando Taehyung quedó expuesto ante él, Jungkook se detuvo un momento para admirarlo, sus ojos llenos de ternura.

—Eres perfecto... —le susurró, haciendo que Taehyung sonriera con una mezcla de emoción y timidez.

Sin dejar de mirarlo, Jungkook también comenzó a desvestirse, con movimientos lentos, saboreando el momento. Taehyung lo observaba, y aunque era su primera vez, sentía una paz y una emoción que nunca antes había experimentado.

Finalmente, ambos se acomodaron entre las mantas, sus cuerpos entrelazados mientras sus labios volvían a encontrarse. El contacto piel con piel hacía que cada caricia fuera más intensa. Jungkook se aseguraba de que Taehyung se sintiera amado en cada gesto; sus manos recorrían su espalda, sus labios dejaban un rastro de besos en sus hombros, clavícula, hasta llegar a su pecho, con cada caricia Taehyung suspiraba. Jungkook besaba, lamía y rozaba cada zona hasta que su boca llegó a la entrepierna. Cada suspiro, cada caricia, era un lenguaje propio que los unía más profundamente.

Taehyung sentía desfallecer cuando Jungkook comenzó a lamer el interior de sus piernas, las sensaciones, los temblores y electrizantes movimientos eran nuevos para él pero los disfrutaba a más no poder, Jungkook se deleitaba mientras lo probaba una y otra vez, su boca recibía a Taehyung con el mayor justo y deseo.

Luego del placer inexplicable recibido, Taehyung beso de manera profunda a Jungkook con deseo de más.

—¿Te gusta tu sabor? ¿Qué no es delicioso? Preguntó Jungkook mientras su respiración se cortaba por el beso.