Nuevos Horizontes

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La semana siguiente, Carmen decidió intentar algo diferente. Se levantó temprano, se puso una chaqueta colorida y decidió que intentaría enfrentar el día con una nueva actitud. Aunque aún sentía el peso de la ruptura, también sabía que debía comenzar a buscar maneras de llenar ese vacío. Cuando llegó al instituto, se encontró con Paula, quien la saludó con su típica sonrisa.

—Hoy tenemos una sorpresa —le dijo Paula con un brillo en los ojos.

Carmen, confundida, la miró mientras Paula sacaba de su mochila dos boletos para una obra de teatro local que presentaría la escuela. La invitación le tomó por sorpresa; no solía ir al teatro, pero algo en la idea la intrigaba. Tal vez, pensó, sería una manera de distraerse y encontrar algo nuevo en qué enfocarse.

Esa tarde, ambas amigas se dirigieron al pequeño teatro local, un lugar íntimo y acogedor, donde se respiraba una atmósfera especial. Carmen observaba con atención cada detalle, desde los decorados en el escenario hasta las expresiones intensas de los actores. Aunque al principio le costó concentrarse, pronto se vio inmersa en la historia, experimentando una especie de liberación emocional a través de las escenas que se desarrollaban ante ella.

Cuando terminó la función, Paula le propuso unirse al club de teatro de la escuela. Carmen sintió un cosquilleo de nervios, pero algo en la experiencia de esa tarde la impulsó a decir que sí. Aunque no estaba segura de si actuaría bien o si encajaría en el grupo, decidió darle una oportunidad.

Al día siguiente, se presentó al primer ensayo en el club de teatro. Carmen se sentía intimidada, pero a medida que participaba, algo dentro de ella comenzó a despertar. Cuando le dieron un guion y empezó a practicar sus líneas, sintió una especie de liberación, como si las palabras que pronunciaba fueran un canal para expresar sus propios sentimientos.

La profesora de teatro, una mujer de cabello rizado y voz fuerte, le observaba con interés. Al final del ensayo, se acercó a Carmen y le dio una pequeña palmadita en el hombro.

—Tienes potencial, Carmen. No dejes que el miedo te detenga. Aquí puedes ser quien quieras ser.

Las palabras de su profesora resonaron en ella. Por primera vez desde la ruptura, se sentía parte de algo nuevo, de un proyecto que le permitía explorar emociones profundas y expresar lo que llevaba dentro. Los ensayos se convirtieron en su escape, en una especie de terapia donde cada personaje que interpretaba le ayudaba a liberar un poco de la tristeza y la confusión que había acumulado.

Entre tú y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora