Cuenta la historia de dolor y sufrimiento de una hermosa joven, que perdió a su madre, quien murió dando a luz a su pequeña hermana y fue olvidada por su padre, que se enfrasco en un amor del pasado. Elena vivió un infierno al lado de su nueva famil...
Elena se dio la vuelta y quiso salir del lugar pero Darien la tomó por la muñeca y la jaló con fuerza hacia él y aprisionándola en sus brazos la besó.
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Elena quiso apartarse de él, pero el cuerpo grande y fuerte de Darien apenas y se movió con el empujón que Elena le dio y al darse cuenta que no era posible escapar de aquel hombre y sintiendo la lengua suave y húmeda invadiendo su boca, simplemente se dejó arrastrar por su propio deseo.
«Dios mío, me está besando! Sus labios son tan cálidos... se que esto no es bueno, pero no puedo resistirme, no quiero, Darien... te amo.»
El cuerpo de Elena se estremeció y dejó de luchar por alejar a Darien de ella, por el contrario acarició la lengua del chico con la suya, causándole una descarga en el corazón del hombre.
«Que linda reacción! Sabía que también lo querías, ay Elena, eres tan hermosa...»
Darien sonrió con satisfacción al darse cuenta que ella ya no se resistía, le acarició las nalgas y se éxito al sentirlas expuesta por su diminuta ropa interior y sin pensarlo le subió el vestido hasta sus caderas y luego la subió a un enorme mesón que había a un lado del área de cocina. Elena jadeaba desesperadamente, el deseo por Darien la hizo perder la cabeza y se olvidó de todo y de todos y se dejó arrastrar por las manos del hombre, que la acariciaban con desesperada ternura.
«Elena, eres preciosa... me tienes loco desde que te vi por primera vez... aunque no se cual fue la primera vez, solo sé que tus ojos y tu cuerpo en ciudad Vallard, me quitaron la tranquilidad desde entonces y tú rostro me robó la paz en aquel café cuando me aplastaste el helado encima... he deseado tenerte desde entonces, Dios santo, tu boca me está enloqueciendo, tus labios son tan suaves.»
Elena lo empujó sutilmente y Darien Entendió que quería bajar de la mesa y así lo hizo, Elena se bajó y se colocó de espaldas a él y él comprendiendo de inmediato, le bajó el cierre lentamente, prolongando el deseo de ambos. Al ver la espalda desnuda de Elena, el chico confirmó lo que ya sabía, Elena Fayed era su Sherezade de ciudad Vallard y besando el lunar en su espalda con delicadeza, fue deslizando el vestido de la chica hasta dejarla con solo el hilo dental se quedó si aliento al verla.
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