Capítulo 21 Ni príncipe ni caballero

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«Ya tuve un caballero, Wesley Benson y también tuve un príncipe Sadir Borkan y ninguno de ellos pudo vencer a la muerte... Darien Taylor, tú ya me has visto y no me recuerdas... y aunque así fuera jamás serás ni príncipe ni caballero para mí... la muerte a manos de Hamed, no podrías vencerla... y tampoco quiero que lo intentes, porque no soportaría si tú también murieras por mi culpa y la de ese demonio.»

La joven sonrió con tristeza sabiendo en su corazón que un chico como él, jamás sentiría adoración por una mujer, al menos no por una sola y menos si sospechara la vida que ella estaba viviendo y el posible final que podría sufrir.

Miel, al ver a Elena cuya alegría se iba desinflando como un globo, se acercó y la jaló hacia ella, cuando Elena se inclinó, la pequeña le acarició el rostro y trató de animarla.

- Mami, no etés triste, el hemano Hamed ya no me hace cosas feas

- ...! Lo sé cariño...

Al ver la tierna carita de Miel, Elena se sintió mal de que la niña estuviese experimentando cosas tan terribles a una edad tan temprana y para aliviar un poco esa carga tan pesada para una bebé tan pequeña, decidió llevarla a dar una vuelta.

- Mi linda y dulce muñequita de azúcar, que te parece si vamos a dar una vuelta y comer un helado?

- Al jaldin den café?

- Jejeje sipi

- Siii quiero un helado de pintache

- Pistache?

- Sipi

- Jajajaja me encanta que siempre pides uno distinto

- Es que todos se ven ricos y me usta pobrarlos todos, pero no se puede de una vez

- ...! Eso es verdad... pero como sabes del pistache, si nunca lo has probado?

- Le pegrunté al chico den café, que sabor era el helado vende y me dijo que se llamaba pintache

- Y eso cuando fue?

- El día que fuimos con Any

- Ya veo. Entonces vámonos al café a comer helado de pistache

- Siii vamos mami

Las dos chicas salieron muy contentas rumbo a la cafetería y al llegar, Miel se fue directo al jardín lateral del lugar y de inmediato se fijo en un par de señoritas sentadas en una de las mesas de piedras y dirigiéndose a su madre, hizo un comentario que a Elena le causo mucha ternura.

- Mami mila un agel... pero donde rejó sus alas?

- ...?

- ...!

- Miel, deja de señalar a las persona, es de mala educación, bebé

- Lo tiento mamá

- No te disculpes conmigo , hazlo con la señorita

- Eh... esta bien, no es necesario

- Lo tiento señolita

- No te preocupes linda, no me molestó, además fue muy lindo de tu parte creer que soy un ángel

- No lo eles?

- Jejeje no. Soy humana como tú. Aunque tú también pareces un ángel, eres muy linda, te pareces a tu mamá

Elena Fayed, la viuda virgen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora