𝐅𝐀𝐍𝐆𝐒 𝐀𝐍𝐃 𝐂𝐋𝐀𝐖𝐒 | ᴀʟɪᴄᴇ ᴄᴜʟʟᴇɴ

12

Capítulo 12
Descubriendo emociones

La tarde junto a Paul y Sam fue simplemente magnífica para Gisele, los extrañaba demasiado y estar nuevamente con ellos la hizo sentir en paz. Pasaron toda la tarde en el acantilado y en la playa de la reservación, regresaron a casa de Sam cuando el atardecer los alcanzo, Paul no pudo quedarse a ver películas junto a ellos pues debía llegar a su casa temprano.

Los primos Uley disfrutaban de un maratón de sus películas favoritas mientras comían helado de vainilla y limón, los favoritos de Gisele, pasaron la noche entre risas hasta que Sam decidió hablar.

—¿Cómo estuvo tu semana, Gis? —Sam la miró— No hemos hablado mucho en los últimos días —él sonrió—¿Algo interesante que contar?

Gisele bajó su mirada hacia el helado, si que habían muchas cosas que contar, entre ellas como casi besaba a su amiga la noche anterior y todos los cambios que había notado en su cuerpo.

—La verdad es que hay muchas cosas que necesitaba contarte —Gisele lo miró—. Por eso quería regresar.

—Entonces cuéntame, tenemos mucho tiempo para hablar.

Gisele río levemente antes de suspirar y comenzar a relatar todo lo nuevo en su vida.

—Tengo un grupo de amigos, todos son hermanos —Sam frunció el ceño—. Lo sé, es raro, pero todos van en mi escuela y se llevan muy bien entre ellos, ese no es el punto —Sam río—. El punto es que con ellos es diferente a grupos de amistades que he tenido en años anteriores y con una de ellas todo es muy diferente.

—¿En qué sentido?

La menor estaba dudando en si seguir hablando era buena opción, comenzaba a sentirse nerviosa por admitir lo que sentía y venía sospechando desde hace unos días, pero sentía que ya no podía ocultarlo más tiempo.

Necesitaba hablar con alguien.

Necesitaba hablar con su primo.

—Desde el primer día y el primer momento en que la vi sentí algo diferente, algo especial —Ella relató mirándolo fijamente, mientras la calidez de sus recuerdos comenzaba a invadirla—. Trataba de buscarla cuando no la veía y quería estar a su lado, sigo queriéndolo, a veces cuando mi cuerpo temblaba y comenzaba a sentirme nerviosa sin explicación solo bastaba que ella sostuviera mi mano y todo mi cuerpo se tranquilizaba.

Sam estaba sorprendido por todo lo que Gisele le contaba, a él no le resultaba extraño pensar que quizás a su prima le gustaban las mujeres pues ella nunca había demostrado un interés hacia los chicos de la reserva.

—Gisele te voy a preguntar algo y quiero que seas honesta —ella asintió— ¿Has pensado que quizás puedan gustarte las mujeres?

Ella se sintió nerviosa y una sensación extraña la invadió mientras agachaba la cabeza.

—¿Sería raro si dijera que sí?

Sam la abrazó al instante de notar como su semblante cambiaba.

—No, para nada, no sería raro y no habría problema —Gisele se aferró a los brazos de su primo—. No cambiaría nada si te gustara alguna chica y no sería raro o extraño.