𝐅𝐀𝐍𝐆𝐒 𝐀𝐍𝐃 𝐂𝐋𝐀𝐖𝐒 | ᴀʟɪᴄᴇ ᴄᴜʟʟᴇɴ

ꜰᴏᴜʀ

Capítulo 4
Cuarto día. Jueves

Gisele despertó con sueño en la mañana, si le preguntaban a la Quileute que era aquello que más odiaba, ella respondería: las mañanas, especialmente las mañanas de lunes. Hoy no era lunes, era jueves, pero de igual forma era de mañana, Gisele se quedó observando fijamente el techo mientras se preguntaba si de verdad era necesario ponerse de pie.

Muchas preguntas comenzaron a inundar su cabeza junto a esa, por algún motivo se volvió consiente de algunos cambios en su cuerpo y las preguntas comenzaron.

¿Por qué mi cuerpo comienza a temblar en ocasiones?

¿Por qué a veces tengo una temperatura alta si no estoy enferma?

¿Por qué me siento inquieta durante unos segundos cuando alguno de los Cullen que no sea Alice se me acerca?

Todas esas preguntas despertaron la curiosidad de Gisele, quería saber que pasa con su cuerpo, quizás tenía ansiedad social y por eso sus manos temblaban, pero descartó la idea al recordar lo sociable que es la reserva ¿Por qué sería diferente en Forks?

─¡Gisele, se hace tarde! ─la chica salió de sus pensamientos al escuchar el grito de Charlie.

─¡Ya voy!

Suspiró antes de ponerse de pie, tomó sus productos de aseo personal y se dirigió al baño de la casa Swan, quince minutos después salió con una toalla en su cabello y una bata de baño envolviendo su cuerpo.

Al mirarse en el espejo de su cuarto dejó caer la toalla de su cabello y se quitó la bata de baño, frunció el ceño al notar que su cuerpo se veía un poco más tonificado ¿Lo extraño? Gisele no hacía ejercicio, decidió ignorar ese detalle pensando en que quizás su cuerpo cambiaba por su edad, pronto cumpliría diecisiete y consideraba que era tiempo perfecto para que su cuerpo comenzará a cambiar de forma más notoria.

Se vistió ignorando todos sus pensamientos y salió de su habitación luego de ponerse un pantalón de mezclilla y un suéter de lana blanco.

Al bajar se dio cuenta de la ausencia de Charlie, quien se había ido hace unos minutos.

Gisele sujetó sus llaves, salió de casa cerrando la puerta y se arrepintió de no haber salido antes e irse con Charlie.

Su motocicleta no estaba.

Habían olvidado su motocicleta en casa de los Cullen.

─Esto no puede estar pasando ─susurró con fastidio.

Tendría que caminar hasta la escuela, no tenía el número de Alice o algún otro Cullen y suponía que Charlie ya estaba trabajando.

A los pocos metros de alejarse de su casa, un convertible rojo se acercó a la chica que se sorprendió al ver quién conducía.

─¿La llevo a la escuela, señorita Uley? ─Alice la miraba con una sonrisa de labios cerrados.

Gisele se sonrojó y se puso ligeramente nerviosa al notar lo atractiva que se veía Alice con lentes oscuros. Algo que no pasó desapercibido para ninguno, en especial para Jasper que iba en los asientos traseros junto a Mahali.