-Viniste antes de tiempo.
Fue toda la bienvenida que recibí aquella noche. La luna estaba clara, iluminándolo todo.
Sus ojos grises me miraban, como expectantes. No lo sé. Desde siempre había sido difícil descifrar todo lo que pensaba.
Las veces en las que me lo encontraba, siempre era así. Ilegible. Intentendible incluso. Un misterio y ya.
-¿Por qué estoy aquí?
-Yo te llamé.
Puso las manos en los bolsillos, bastante tranquilo.
Llevaba una camisa negra, más bien, estaba vestido completamente de negro.
El silencio se apoderó momentáneamente del lugar. Una ligera brisa se dio a conocer, haciendo que me estremeciera por el frío.
Al instante, me cubrió con su sobretodo haciendo me diera cuenta de que también estaba vestida del mismo color que él.
-¿Me llamaste?
-Sí, te llamé. Quiero hablar de algo contigo.
Estaba de mal humor o algo así. No entendía nada.
Recordaba haberme visto en medio de las sombras, con una advertencia, pero las voces no coincidían. No era él el que me advirtió. No era él el que declaró su amor para luego decirme que no lo olvidara.
Por supuesto que no sería él. Jamás sería él, por supuesto.
-Tienes suerte de que mi hijo hizo ese trato, si no, ya te hubiera devuelto lo que mereces.
-¿De qué estás hablando?
-Yo haré las preguntas.-Dijo, tomándome del mentón.- Sabía que estaba enamorado, pero no pensé que sentirías lo mismo. De haberlo sabido, yo...
Me soltó de pronto, apretando los puños y caminando por el pasillo blanco entre las sombras de una noche que parecía hacerse eterna cada vez más.
-No te odio, apellido de ángel y nombre de demonio. Pero no es posible para mí que estén juntos. Eres demasiado pura, inocente y él es todo lo contrario. Es sanguinario, nos trata mal incluso a nosotros, sus padres. Siempre he intentado que él no se ablandara como yo lo hice, pero cometí un error grave aquel 3 de Noviembre...
-¿Qué pasó ese día?
-¿No lo recuerdas? Entonces funcionó. Hace trece años, un 3 de Noviembre, conociste a mi hijo. Se conocieron y, podría decirse, jamás te olvidó.
Toqué el sobretodo que llevaba puesto. Algo me impedía dejar de mirarlo a los ojos, por más de que quisiera apartar la mirada.
Él tenía razón. No su padre, si no, el chico que estaba enamorado de mí. Me pidió que no lo olvidara, y por algo fue.
Lo olvidé una vez, le tuve miedo. Quise evitar pensar en él, con un poco de éxito.
Pero tarde o temprano, volvería a verlo.-Quiero saberlo. Gren, necesito saber qué fue lo que pasó. Quiero entenderlo todo. Si ya lo conocía, ¿por qué lo olvidé? Tu hijo afirmó que fue el destino, aunque algo dentro de mí dice otra cosa. Dice que tuviste algo que ver, porque no lo veo capaz a Oliver de hacer algo así.
-Es por eso que te convoqué. Probablemente, creas que estamos en Mayo, pero no. Estamos en Junio. El 22 de Junio, para ser exactos. Después de tu idilio, jamás despertaste y ya ha pasado un mes.
Me detuve en ese momento. Era como si todo se hubiera congelado.
No recordaba nada de lo que había pasado luego de hablar con Erik. Todo se había vuelto oscuridad, una oscuridad que me dejó atrapada. Una oscuridad que no me permitía ser liberada.
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Por amor a ti
Ciencia FicciónEn un mundo dividido entre héroes y villanos, una joven pasando por el duelo de la muerte de su tío, terminará enamorándose del héroe que le salvó la vida. Perseguida y secuestrada, se verá enredada entre secretos del pasado que pondrán a prueba su...