Nuevos Lugares

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Después de estar por tres días y dos noches navegando por el océano, el barco, en donde había estado viajando Yami había llegado al puerto del sol. Una vez que esté ancla en aquel lugar, el tricolor baja de este, siendo recibido por los hombres lobo, los cuales habían conquistado el lugar y ahora les pertenecía.

- Si no se meten en nuestros asuntos, no los mataremos - dice el líder de las criaturas a los recién llegado.

- toma aire varias veces para mantener la calma y no cometer una locura-

Luego de aquello el guerrero camina por el pueblo buscando una salida pero sin resultados, por lo que, decide entrar a una posada para poder comer algo, dormir y ya mañana temprano pensaría en alguna solución.

Después de entrar en ese lugar, paga la tarifa, se sienta en una mesa y a los pocos minutos le sirven un plato de sopa, un pedazo de pan, arroz con pescado, ensalada, un vaso de jugo de naranja y un postre de frutas.

- suspira- ¿Como podré llegar al aldea de la luz? Sino puedo salir de este lugar.

- Creo que puedo ayudarte- dice un joven sentado a su lado.

- ¿Como? - confundido.

- He escuchado decir a los locatarios que  cuando anochece los hombres lobo pierden su parte humana y se transforman en bestias qué pelean entre ellas, de esa forma la puerta de la entrada queda sin custodia y sin que nadie la vigile, las personas pueden salir pero no lo hacen porque los caminos están llenos de monstruos.

- Ya veo, muchas gracias por la información - sonríe- ¿De que forma puedo pagarte por tu ayuda?

- No, necesito nada, solo lo hice de buena fe.

- asiente con su cabeza y vuelve a comer-

Al terminar sus alimentos, Yami va a la habitación a dormir hasta que sea de noche. Una vez que anochece, el tricolor se retira de la posada, camina por el poblado, llega a la puerta y sale al exterior.

Al tan solo dar un paso afuera es atacado por criaturas, por lo que, usa su espada para derrotarlos y así poder avanzar por la siguiente ruta: Norte, este, norte, oeste, norte, este y este nuevamente.

Al tomar ese camino, logra llegar a una caverna, la cual es el único camino que conduce hacia la aldea de la luz. El guerrero se acerca a la entrada de la cueva, da un paso pero una fuerza invisible lo empuja para atrás.

* Genial, alguien puso una barrera, ahora si es imposible llegar a donde quiero ir , será mejor que valla al muelle que esta al sur, para pasar la noche y mañana tartare de conseguir información para saber si hay otro método para poder llegar a mi destino.

Yami se regresa por donde vino pero esta vez toma el trayecto que lleva hacia el sur. Después de unos minutos,  este logra llegar al muelle, va a la posada, paga por un cuarto y se va a dormir.

El tricolor llevaba tres horas durmiendo, cuando de repente una fuerte y extraña luz, lo despierta.

* ¿Qué rayos era eso? Será mejor que lo siga *

El tricolor sale corriendo a toda velocidad por el camino, a la vez que lucha con monstruos y tratando se no poder de vista aquella extraña luz. La situación sigue igual hasta que ese resplandor baja al suelo al mismo tiempo que desaparece y deja ver a una hermosa hada.

De cabellos castaños, ojos azules, que vestía una clase de vestido blanco que le llegaba al comienzo de los muslos, no llevaba calzado y en su espalda cuatro alas de color dorado.

- ¡Vamos! No te rindas- dice Yami llegando a su lado.

- Gracias, ya estoy bien - le sonríe.

- ¿Qué eres? ¿Quien eres? Y ¿Qué quieres?

- Mi nombre es Mana, soy un hada qué proviene de la isla sagrada y he estado volando por días para llegar aquí, necesito hablar urgentemente con su santidad de la luz .

- Ya veo, mucho gusto Mana, yo soy Yami y también necesito hablar con el.

- En ese caso ¿Podemos ir juntos?

- le sonríe- Claro que si.

- Grandioso, disculpa Yami ¿Puedo descansar en tu mente?

- la ve muy agotada- Bueno- no muy convencido.

- Gracias- desaparece.

En eso se oye una gran explosión.

- ¿Qué fue eso? Vino desde el muelle.

- dentro de la cabeza del chico- Será mejor que vayas a ver.

- Tienes razón.

El tricolor regresa a ese lugar para encontrarse con el lugar todo destruido y desolado.

- Que terrible, esas bestias, lo pagan caro - furioso.

- No, hay tiempo para venganza, debemos ir con su santidad cuanto antes.

- De acuerdo, vamos.

Y así el guerrero y su nueva amiga Mana parten en dirección de aquella caverna.

El Guerrero y El Príncipe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora