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Pooh estaba sentado en una esquina del cafe, pero su mente no estaba allí. En su lugar, flotaba en la oficina del director, las palabras aún resonando en su cabeza. La tranquilidad del lugar, con el murmullo suave de las conversaciones y el aroma del café recién hecho, contrastaba con el torrente de pensamientos que no podía evitar repasar.

Había sido una tarde divertida, para ser honesto. Todo había pasado tan rápido, y por alguna razón, él no sentía esa rabia que muchos habrían anticipado. No se sentía desilusionado ni triste, simplemente… había algo irónico en todo eso.

El director lo había llamado a su oficina poco después de la reconciliación con el mayor. Las palabras del hombre habían sido tan cuidadosas, como si tratara de evitar una explosión. "Pooh, sé que esto puede molestarte, pero quiero que lo entiendas..." La amabilidad en su tono había sido palpable, casi paternal. "Decidí que el papel que ibas a interpretar ahora lo tomará otro actor. Estaba pensando que, para alguien tan nuevo como tú en esta industria, ese papel podría ser… complicado."

Pooh había escuchado en silencio, observando los gestos del director, como si esperara que algo más sucediera. Pero no lo hizo. No se molestó. Tampoco se sintió especialmente sorprendido. Sabía que era un papel importante, sí, pero no sentía esa obsesión por conseguirlo o mantenerlo como otros en la industria.

En el fondo sabía que la actuación era solo un pasatiempo para él, algo que disfrutaba, sí, pero no era su vida. No como otros actores, como Pavel, que vivían para eso. A él le gustaba, claro, y el dinero que ganaba le ayudaba a cubrir lo que realmente le interesaba: su carrera universitaria. La actuación le daba lo suficiente para avanzar en sus estudios, y eso era lo que de verdad le importaba.

"¿Y si no continúo con esto más adelante?", pensó mientras una ligera sonrisa se formaba en sus labios. "No es como si mi vida girara en torno a la actuación." Y, en cierto modo, eso le tranquilizaba. Sabía que estaba haciendo lo suficiente, que el papel en la serie no iba a definirlo. Por ahora, estaba bien, aunque no sabía si seguiría por ese camino en el futuro.

Su mente regresó de la oficina del director y las palabras del hombre, eso ya no le importaba. Lo que importaba ahora era estar allí, en ese café, con sus amigos. Ellos ya sabían lo sucedido, y lo miraban con sonrisas tímidas, como si estuvieran esperando una reacción.

—Sabemos que querías ese papel– le dijo Max– pero el director tiene razón, los fans de Nut te comerían vivo.

—Tampoco exageres–intervino Joong–aunque de cierta forma es cierto, sería demasiado para tu primer protagónico

—No te preocupes Pooh, tendrás más oportunidades en el futuro—dijo un Dunk con mucha energía

Todos intentaban animarlo con palabras reconfortantes, temían que el chico se deprimiera.

Todos excepto un pelinegro que no había mencionado palabra alguna, solo escuchaba con la cabeza gacha y una mirada culpable.

En medio de la conversación animada Pooh notó una vibración en su teléfono. Miró rápidamente, asegurándose de que los demás no lo notaran. Era un mensaje de Pavel. Inmediatamente lo abrió:

Lo siento. Todo esto es mi culpa...

Pooh se quedó mirando la pantalla por un momento. Sabía lo que estaba pasando por la mente de mayor, pero en lugar de responder directamente al mensaje, decidió hacer lo que mejor sabía hacer: tranquilizar a los demás. Después de todo, eso era lo que le pedían en ese momento.

Guardó el teléfono y levantó la mirada. Sonrió suavemente y, con voz firme, respondió a todos:

—No se preocupen, chicos, de verdad no me molesta. De hecho, creo que está mejor así. Menos foco sobre mí, menos presión de los fans… tal vez sea para mejor, ¿no? Puedo seguir tranquilo, sin estar todo el tiempo bajo el ojo de la gente. Y lo que más quiero ahora es poder estudiar tranquilamente. La actuación es solo un hobby para mí.

Entre la Luz y la CorazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora