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Hoy era un dia importante, la empresa había enviado a Pavel, Pooh y algunos otros artistas emergentes para representarlos en la "Expo Japón en Tailandia",  ya habían tenido la oportunidad de conocer a varias celebridades japonesas. Sin embargo, había alguien en particular que había logrado poner a Pavel incómodo. Kota Miura, un conocido boxeador japonés, se encontraba cerca de Pavel en el evento, y aunque no destacaba por su tamaño (de hecho, era un poco más bajo que Pavel), su presencia era innegable. La manera en que observaba a Pooh no pasaba desapercibida.

—¿Cuántos años tiene?– le preguntó a Pavel, mirando a su compañero de forma directa.

Pavel, que ya sentía algo extraño en el aire, se lo pensó por un momento antes de responder.

—Tiene 21 años.

Kota asintió, pero la mirada que le dirigió a Pavel seguía siendo algo inquietante.

—¿Está en una relación?

Pavel frunció el ceño por la pregunta directa. —No. No tiene pareja— respondió rápidamente, tratando de no dejar que la incomodidad se notara.

Kota parecía pensativo, pero luego, sin apartar los ojos de Pooh, hizo otra pregunta.

—¿Lo conoces bien? ¿Cómo es como persona?

Pavel no estaba seguro de por qué todas esas preguntas parecían tan personales. Aún así, decidió mantener la calma.

—Sí, claro, trabajamos juntos. Es un buen tipo.

El boxeador no dejó de mirarlo, y Pavel comenzó a preguntarse si había algo más detrás de todo eso. No le gustaba la forma en que Kota estaba tan interesado en Pooh. —Está bien, pero me gustaría saber más sobre él, ¿sabes?—dijo Kota, como si lo estuviera evaluando, y la tensión en el ambiente aumentó.

Pavel intentó desviar la conversación, pero el incómodo silencio que siguió lo hizo sentir aún más fuera de lugar. Algo no cuadraba en la forma en que Kota lo estaba observando. No pudo evitar sentir que algo no iba bien, su instinto le decía que tenía razón.

Durante una pausa en el evento, Kota se acercó con una sonrisa amplia, saludando efusivamente a todos, especialmente a Pooh. Después, con la misma amabilidad, se dirigió a Max. La conversación entre ellos fue inmediata y cálida.

—¡Hace tiempo que no te veía, Kota!– dijo Max, alzando la mano en un saludo.

—¡Max! ¿Cómo estás, amigo?– respondió  con una sonrisa genuina, dándole un golpe amistoso en el hombro.

—Todo bien, todo bien. ¿Y tú? ¿Qué tal la vida?

—Todo en orden. De vuelta a Tailandia y parece que no me equivoqué al venir. El ambiente está genial aquí,–dijo mientras echaba una mirada rápida a los alrededores.

Mientras ambos continuaban con su conversación  Pavel observó discretamente. A lo lejos, los demás chicos decidieron ir por bocadillos, pero Pavel se quedó, atento a cada palabra que salía de los labios de Max y Kota.

—¿Y el chico nuevo, el de la empresa? Pooh, ¿verdad? ¿Qué me puedes contar de él?"

Max, como siempre, estaba más que dispuesto a hablar de sus amigos.

—¡Ah, Pooh! Es un gran chico. Tiene 21 años y es universitario. Es muy amable,está en todo esto con nosotros. Es un amigo de confianza...y no tiene pareja–le guiña al boxeador

Pavel, que había estado escuchando en silencio, decidió intervenir.

—No creo que sea tu tipo, Kota –dijo, sin perder la oportunidad de lanzar un pequeño comentario irónico.

Entre la Luz y la CorazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora