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Los días pasaron sin que Pavel y Pooh se encontraran cara a cara. La distancia entre ellos, aunque corta físicamente, parecía infinita en el fondo del dolor y la incomodidad que los separaba.

Pooh se mantenía cerca de la empresa. Aunque no estaba trabajando en ningún proyecto en ese momento, su presencia era una constante silenciosa. Cada vez que veía a Pavel en los ensayos desde lejos, algo dentro de él se removía. Le dolía todavía, una herida que aunque había pasado poco tiempo, parecía arraigarse profundamente, recordándole que los sentimientos que tenía no desaparecían tan fácilmente.

Observaba cómo Pavel era regañado constantemente durante los ensayos, especialmente por el instructor, quien no dejaba de señalar su falta de concentración y su actuación que, ese día, carecía de la fuerza habitual. Pavel parecía distraído, y el instructor no dudaba en llamarle la atención, visiblemente frustrado por su actitud en las prácticas.

“Pavel, ¡concéntrate!” se escuchaba una y otra vez. El tono del instructor se hacía cada vez más severo, pero Pavel apenas reaccionaba, como si su mente estuviera muy lejos de ese lugar. Pooh notaba la mirada perdida de Pavel, sus movimientos mecánicos y esa falta de entusiasmo que siempre había caracterizado su presencia en los ensayos. Era como si la esencia de Pavel se hubiera desvanecido, y eso lo inquietaba profundamente.

A pesar de todo el dolor que le había causado, no podía evitar que su corazón se encogiera al verlo así. La herida aún estaba fresca, pero la preocupación por Pavel era más fuerte que su propio orgullo. No podía evitar mirarlo y desear que las cosas fueran diferentes.

Mientras Pooh observaba a Pavel desde su lugar en el ensayo, Joong y Dunk, en un rincón cercano, no podían evitar intercambiar miradas cargadas de tristeza. Ambos sabían que algo no iba bien, no solo con el actor mayor, sino también con el más joven, que parecía no darse cuenta del cambio que estaba atravesando. El ambiente en la empresa parecía el mismo para cualquier observador casual: Pooh seguían con sus rutinas, cumpliendo con sus responsabilidades. Sin embargo, para aquellos que realmente conocían a Pooh, la diferencia era evidente.

Pooh continuaba su ritmo agitado, y aunque iba de la universidad a la empresa como siempre, demostraba un esfuerzo por mantener la fachada. Era difícil no notar que su energía había disminuido. Ya no era el joven brillante y lleno de vida que todos solían conocer; su brillo interior se había desvanecido, y aunque seguía interactuando con las personas, su sonrisa ya no era sincera. Había algo en su actitud, una frialdad detrás de sus ojos, que delataba lo que estaba sucediendo. Era como si su alegría y su chispa de siempre se hubieran apagado, y aunque hablaba y actuaba como siempre, su comportamiento ya no era el mismo.

Dunk había intentado hablar con Pooh varias veces, acercándose con la esperanza de que finalmente le contara qué estaba sucediendo, pero cada vez Pooh se cerraba más, sin decir nada, evadiendo sus preguntas. Era frustrante ver cómo su amigo se alejaba, más aún cuando él sentía que algo no iba bien, pero Pooh se mantenía en silencio. Y de no ser por Joong, jamás habría descubierto la verdadera razón detrás de la tristeza de Pooh. Al principio, le dolía un poco que su amigo no confiara en él lo suficiente para hablar sobre lo que sentía, pero sabía que no podía molestarse. La situación no solo involucraba a Pooh, sino también a Pavel, quien parecía estar sumido en una depresión silenciosa.

La pareja compartía miradas cargadas de incertidumbre, sabiendo que la situación era mucho más grave de lo que pensaban. Querían ayudar a sus amigos, pero no sabían como. Sabían que algo debía cambiar, pero no imaginaban que las cosas podrían empeorar aún más.

Fue entonces cuando algo inesperado sucedió.Un día, un video de Pavel comenzó a circular en las redes sociales. Mostraba un ensayo reciente en el que Pavel estaba luchando para actuar como antes. Durante una escena crucial, el director lo reprendió duramente por no estar concentrado y por no haber dado lo mejor de sí. En un momento de frustración, Pavel, visiblemente agotado y afectado, soltó: "Quizás debería dejar de actuar". Estas palabras, dichas en un impulso, fueron grabadas por alguien en el ensayo y subidas a Internet.

El video se viralizó rápidamente, y lo que comenzó como un simple momento de debilidad, se convirtió en un torrente de críticas. En los comentarios de las redes sociales, muchos "fans" comenzaron a atacarlo ferozmente.

"Pavel no es el mismo de antes"

"¿Realmente va a rendirse?

Tal vez lo mejor sea que deje la actuación",

"Si no tiene la energía para continuar, mejor que lo deje, hay otros más jóvenes que merecen su lugar".

El odio en los comentarios aumentó cada minuto, con la gente pidiendo que se le dejara de dar trabajo a Pavel y que, en su lugar, se le ofrecieran oportunidades a actores más jóvenes y talentosos. Se mencionaba a Pooh y otros actores que  "tenían más talento" y podrían llenar el vacío dejado por Pavel. Algunos incluso afirmaban que era hora de que nuevos rostros ocuparan los espacios que Pavel ya no podía llenar.

Lo que parecía ser una simple crítica por un error momentáneo de Pavel se convirtió en un ataque masivo, empañado por comentarios crueles sobre su habilidad y su futuro como actor. Este tipo de reacción en las redes sociales no era algo que sorprendiera a quienes conocían a Pavel. Sin embargo, la magnitud del odio y la falta de comprensión sobre el dolor que él estaba viviendo en privado dejaron una marca profunda. Poco a poco, los comentarios de odio se fueron acumulando, alimentando el vacío emocional que Pavel ya estaba experimentando.

Este incidente no solo afectó a Pavel, sino también a Pooh, que observaba con impotencia cómo el mayor era destrozado públicamente, mientras él mismo luchaba con sus propios sentimientos.A pesar de todo, Pooh sentía una necesidad irremediable de apoyar a Pavel, como si, a pesar de la distancia, algo en su interior le decía que debía estar allí.

Pooh comenzó a llamarlo repetidamente, esperando al menos escuchar su voz o recibir alguna respuesta, pero nada. Las llamadas iban directamente al buzón de voz. La preocupación empezó a calar hondo en él. No podía quedarse de brazos cruzados, así que decidió ir al departamento de Pavel.

Al llegar, tocó la puerta varias veces, llamando con fuerza, pero no obtuvo respuesta. Sabía que Pavel podía estar dentro, pero aún así, la puerta seguía cerrada, como una barrera entre ambos. Un suspiro de frustración escapó de sus labios mientras sacaba la llave que todavía guardaba, aquella que nunca le había devuelto, y la giraba en la cerradura. Un sentimiento de incertidumbre le envolvía, pero ya no podía dar marcha atrás. Si algo le ocurría a Pavel, se arrepentiría de no haber hecho nada

Entró al departamento con cautela, llamando al mayor en voz baja, pero la casa estaba en silencio. Se dirigió a la habitación de Pavel, y ahí estaba él.

Pavel descansaba suavemente sobre la cama, tan hermoso como siempre, con el rostro sereno y tranquilo. Pooh se quedó ahí parado, observando esa pequeña escena. Era como si el mayor estuviera en paz, ajeno a todo lo que sucedía en el mundo exterior. La visión de Pavel, tan apacible, dibujó una pequeña sonrisa en los labios de Pooh, como si en ese instante pudiera olvidar por completo las tensiones que los habían separado.

Sin embargo, a medida que se acercó para asegurarse de que estaba bien, comenzó a llamarlo en voz baja, pero Pavel no respondió. Pooh frunció el ceño, sintiendo que algo no estaba bien. Su sonrisa desapareció cuando vio que el mayor seguía inmóvil. Un sentimiento de pavor comenzó a apoderarse de él, y con rapidez, empezó a moverlo suavemente, pero Pavel no reaccionaba.

Fue entonces cuando su mirada cayó sobre la mesita de noche. Un frasco de pastillas vacío descansaba allí, y como un rayo, la alarma se encendió en su mente. Su corazón dio un vuelco, y una gota de sudor frío recorrió su sien. La ansiedad lo invadió, y su pulso se aceleró al instante. No, no podía ser posible. Pavel no podía haberse tomado todas esas pastillas, no , no.

Con el corazón en un torbellino de miedo, sacó su teléfono y marcó el número de emergencia, llamando rápidamente a la ambulancia. Mientras esperaba, su mente estaba llena de pensamientos caóticos, sin saber si podría hacer algo más. Pero no podía quedarse ahí parado, así que también llamó a Joong, sabiendo que debía estar informado de lo que estaba pasando.

Entre la Luz y la CorazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora