You Are Very Sexy- Los gemelos Weasley +18

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Narra Irina

El primer mes en Hogwarts pasó con más rapidez de la que hubiera querido. Las clases, las obligaciones, las interacciones con mis compañeros... todo parecía pasar como una nube que no dejaba tiempo para respirar. Pero había algo que no dejaba de rondar mi mente, algo que surgió con la llegada de los gemelos Weasley al castillo: la compleja mezcla de sentimientos que despertaban en mí.

El primer encuentro que tuve con ellos fue simplemente casual. En una de las tantas reuniones del grupo que se formó alrededor de Blaise, Regulus y algunos otros, los gemelos llegaron tarde, con esas sonrisas traviesas que no podían ocultar su alegría por las nuevas bromas que estaban tramando. No había nada que no supiera sobre ellos: todos en Hogwarts conocían a los Weasley por su fama en Gryffindor, y más de una vez escuché rumores sobre sus hazañas. Pero conocerlos personalmente era otra cosa.

Al principio, Fred y George me parecieron como una curiosidad más en mi vida. Un par de chicos irreverentes que de alguna manera lograban colarse en los pasillos de Slytherin y en la sala común. Sin embargo, pronto noté que había algo más entre nosotros. Algo que no podía identificar, algo que me hacía sentir más viva cada vez que estaban cerca.

La dinámica de nuestro grupo cambió lentamente, casi sin darnos cuenta. Al principio era solo diversión, bromas y desafíos. Pero a medida que las semanas avanzaban, notaba cómo Fred me miraba de manera diferente, cómo sus comentarios se volvían más personales, más directos. George, siempre tan relajado, no se quedaba atrás, aunque su forma de actuar era más juguetona, menos intensa. Sin embargo, no podía ignorar la conexión que sentía con ambos, algo que iba más allá de la amistad.

Esa tarde, después de clases, estaba caminando por los pasillos cerca de la biblioteca cuando los encontré. Fred estaba en medio de una conversación con un par de estudiantes de Gryffindor, mientras George estaba más adelante, husmeando por los estantes de los libros.

—¿Irina? —me llamó Fred, levantando la vista de su charla.

Sonreí, un poco sorprendida por su atención. No me esperaba que me llamara, pero no pude evitar sentir un pequeño cosquilleo en el estómago.

—¿Qué pasa, Weasley? —respondí con una sonrisa tranquila, intentado ocultar la emoción que empezaba a subir.

Fred dio un paso hacia mí, interrumpiendo la conversación con sus compañeros. No podía evitar notar lo mucho más alto que era que yo, lo cerca que estaba. A pesar de que no era una situación incómoda, había algo en la manera en que se acercaba que comenzaba a hacer que mi corazón latiera más rápido.

—Nada, solo... ¿te gustaría unirte a nosotros esta noche? —dijo, su tono relajado, pero había algo en su mirada que indicaba que había más detrás de esa pregunta simple.

—¿A qué te refieres? —respondí, confundida pero intrigada.

—Tenemos un par de ideas para algunas bromas... Sabes, la diversión habitual. Pero... no sé, pensé que podrías unirte. —Fred sonrió con esa confianza que siempre lo caracterizaba, pero había un brillo en sus ojos que me decía que no era solo una invitación para hacer travesuras.

Antes de que pudiera responder, George apareció detrás de él, con una sonrisa burlona.

—Oh, no le hagas caso, Irina —dijo George, alzando una ceja—. Mi hermano está intentando convencerte para algo más que una broma. No es que no te guste, ¿verdad, Fred?

Fred frunció el ceño, pero su expresión se suavizó al ver mi sonrisa, que era una mezcla de incomodidad y diversión. George sabía cómo hacer que las cosas se sintieran más ligeras, más fáciles de manejar.