Narra Irina
La mañana siguiente, después de la conversación tensa con los gemelos en el pasillo, sentí que el aire en Hogwarts estaba más pesado de lo normal. El sol apenas se filtraba entre las altas torres del castillo, y la sensación de estar atrapada entre dos mundos seguía rondando mi mente. La tensión de los últimos días parecía persistir, aunque, por suerte, esa mañana no encontré a los gemelos en el mismo estado de alerta constante. Fred, aunque igual de encantador que siempre, se había distanciado un poco, como si entendiera que yo necesitaba algo de espacio. George, por otro lado, seguía observándome, pero su actitud parecía más controlada.
A medida que caminaba hacia el Gran Comedor, mi mente divagaba entre los diferentes escenarios que podrían desarrollarse entre los tres. Pero no era el momento para obsesionarme con ello. Hoy tenía que concentrarme en mis amigos, en la vida fuera de las complicaciones emocionales que los gemelos me habían traído. Así que, cuando entré en el Gran Comedor, me dirigí directamente hacia la mesa de Slytherin, donde mis compañeros ya estaban conversando.
—¡Irina! —dijo Lorenzo al verme, levantando la vista de su plato con una sonrisa. Lorenzo era uno de los pocos con los que realmente podía hablar sin preocuparme de cómo me percibían los demás. Tenía una forma tranquila de ser, que a menudo me ofrecía el respiro que tanto necesitaba.
Me senté a su lado, aliviada de no tener que pensar en los gemelos por unos momentos. —Buenos días. ¿Qué tal el día? —pregunté, tomando un poco de jugo de calabaza.
—Lo mismo de siempre —respondió con una sonrisa irónica. —¿Y tú? ¿Ayer te vi hablando con Fred y George? ¿Ya empezamos con los enredos, Irina?
No pude evitar reírme. Lorenzo tenía esa forma de poner las cosas en perspectiva. —No es lo que piensas. Solo... estoy tratando de entender lo que está pasando entre nosotros. No es fácil.
Él levantó una ceja. —¿No es fácil? Con esos dos, jamás lo será. —dijo, con un tono que claramente indicaba que no estaba convencido. —¿De verdad crees que puedes salir ilesa de esto? ¿Esos dos? Vamos, Irina, tú sabes cómo son.
Suspiré, apoyando la cabeza en mi mano. —Lo sé. Pero no es tan simple. Ellos también están confusos, o eso quiero creer.
Lorenzo asintió, pero su expresión se mantenía seria. —Solo ten cuidado. No dejes que te metan en algo que no quieras. Sabes que en Slytherin no nos tomamos a la ligera esas cosas.
Eso era lo que más me preocupaba: la lealtad a mi casa. En Slytherin, las relaciones no eran solo emocionales. Había reglas no escritas, códigos que debían seguirse, y yo no estaba segura de si los gemelos Weasley y sus sentimientos hacia mí encajaban con eso.
—Lo tendré en cuenta —respondí, más para tranquilizarme que para convencer a Lorenzo. El silencio se instaló entre nosotros mientras los demás se reían y hablaban de cosas triviales. A pesar de todo lo que estaba ocurriendo en mi mente, un pequeño consuelo me llegaba de poder estar rodeada de mis amigos.
En medio del bullicio, me sorprendió ver a Blaise aparecer por detrás, poniéndose junto a mi mesa. Con su sonrisa encantadora, se dejó caer en la silla vacía a mi lado.
—Vaya, vaya, parece que estamos todos en el mismo barco. ¿Ya decidiste qué hacer, Irina? —preguntó con tono juguetón, como si todo fuera parte de una gran broma. Había algo en su forma de ser que me ayudaba a aligerar el peso de los pensamientos que me atormentaban.
Le lancé una mirada cansada. —Todavía estoy procesando todo esto. ¿Sabes lo complicado que es?
Blaise se recostó en su silla, sin perder esa postura relajada. —Lo sé, lo sé. Pero oye, si alguien puede manejar a esos gemelos, esa eres tú. No te veo como alguien que se deja arrastrar fácilmente, Irina.
Sonreí ligeramente, agradecida por sus palabras. —Tú no los has visto en acción. Son... impredecibles.
En ese momento, escuché una risa proveniente de la mesa de Gryffindor. Era Fred. Al levantar la vista, vi que me miraba desde el otro lado del salón, su mirada traviesa enfocada en mí. Aunque intentaba ignorarlo, había algo en la forma en que sus ojos brillaban que hacía difícil no sentirse atraída.
Lorenzo, que notó mi mirada, frunció el ceño. —¿Ese es Fred, verdad?
Asentí distraída. —Sí.
—Estás en problemas, Irina —dijo él, riendo entre dientes. —Pero te conozco. Vas a salir de esta sin dejarte atrapar, ¿verdad?
Miré a mi alrededor, buscando una forma de cambiar de tema y olvidarme por un momento de la tensión que se respiraba entre los tres. Y entonces, por suerte, encontré a alguien que me ofreció la oportunidad perfecta para ello.
Era Draco Malfoy, que, por alguna razón, había decidido unirse a nuestra mesa en lugar de quedarse con los suyos. No era común que él se mezclara con los de Slytherin de otras casas, pero hoy parecía estar en un humor diferente.
—¿Qué tal, Irina? —saludó con una sonrisa que no alcanzaba a ocultar cierta mofa. Sabía cómo era, pero me aliviaba verlo ahí. Algo en su presencia me daba una sensación de control sobre la situación, como si pudiera usar sus interacciones para distraerme de los gemelos.
—¿Qué te trae por aquí, Malfoy? —respondí, alzando una ceja mientras me recostaba en mi silla.
Él se acomodó y echó un vistazo al salón antes de responder. —Solo pensaba que sería divertido ver cómo sobrevives a todo esto. El gran triángulo amoroso entre tú, los gemelos y el resto de Hogwarts. —su tono era burlón, pero me hizo reír a pesar de la situación incómoda.
—¿Qué sabes tú de eso? —pregunté, sabiendo que Draco tenía más que suficiente información sobre todo lo que ocurría en el castillo, pero no esperaba que se metiera en mi vida personal.
—Soy de Slytherin, Irina. Y en Slytherin nos gusta estar al tanto de todo —dijo con una sonrisa astuta.
A pesar de la tensión que sentía en mi pecho, el ligero juego de palabras con Draco me hizo sentir un poco más ligera. En cierto modo, tener a alguien que no estuviera involucrado emocionalmente en mi situación era un respiro. Aunque sabíamos que la relación entre Draco y yo nunca fue sencilla, algo en su forma de ser siempre lograba captar mi atención, aunque no fuera algo que quisiera desarrollar más allá de una amistad ocasional.
Con la conversación ligera y las bromas de Lorenzo y Blaise, me sentí un poco más tranquila. Los gemelos no aparecieron por el resto del desayuno, y me permitió pensar con algo de claridad por primera vez en días.
El día transcurrió con normalidad. Entre clases y las reuniones de la Casa, logré mantener la mente ocupada, pero no pude evitar notar las miradas de Fred y George cuando pasaba por los pasillos. Pero hoy había algo diferente. Ninguno de los dos insistió en acercarse. La tensión que siempre había estado presente, aunque aún palpable, parecía haber bajado un poco. Al menos por el momento.
Sin embargo, sabía que esto no duraría mucho. La relación entre los tres no era algo que pudiera seguir siendo ignorado por mucho tiempo. El destino estaba claramente señalando que algo estaba a punto de cambiar, y no estaba segura de si estaba preparada para lo que viniera.
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You Are Very Sexy- Los gemelos Weasley +18
FanfictionIrina, una joven Slytherin, desafía las normas de Hogwarts cuando se enamora de los gemelos Weasley, Fred y George, dos Gryffindors conocidos por su encanto y travesuras. Atrapada en un poliamor lleno de emoción, celos y secretos, Irina navega entre...