Capítulo 6

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Agatha se había encerrado en su ostentosa mansión, la odiaba, odiaba esa casa mas que a nada, cada pared, habitación o simple rincón le traía malos recuerdos.

Creyó que era imposible, las posibilidades de que el bebé que dió en adopción llegará a su internado y fuera no solo un alumno sino hijo de una profesora eran imposibles, solo a ella le pasaban esas cosas.

Demasiadas coincidencias para que no fuera verdad, la primer prueba era la manta, la conocia demasiado bien, ella misma la había tejido y bordado su nombre incuso había hecho pequeños dibujos y lo último, la canción, era completamente imposible que alguien más la supiera, esa canción le cantaba su abuela cada noche antes de dormir, ella misma la escribió en un cuaderno y lo entrego con el bebé.

Se había arrepentido cada día, era lo mejor para el pero eso no impedía que se arrepintiera, su bebé no merecía la vida que ella había tenido y deseo desesperadamente que le tocase una que lo amara y cuidara.

No debía involucrarse, no debía acercarse pero ¿Rio era buena madre? Le daba de cenar Doritos, lo llevaba al trabajo, era demasiado torpe y sobre todo joven ¿Cómo una joven terminó criando a su hijo?

Había pasado tres días desde que Nicholas fue internado y estaba desesperada por saber cómo estaba o si algo había salido mal, se sentia como un fantasma deambulando por su casa, cuando el lunes llegó volvió a su rutina, se vistió de la forma mas elegante posible, sin un mínimo defecto, tomo su bolso y se dirigió a su oficina.

Por primera vez en años se tomó el tiempo de observar a su alrededor buscando a Nicholas en alguna parte ¿Faltará ese día? ¿Rio lo llevará al trabajo? Sus preguntas desaparecieron cuando lo vio conversando con los hijos de Wanda y Natasha.

-Nicholas

Billy y Tommy la miraron con los ojos abiertos temerosos de haberse metido en problemas, la mala reputación de la malvada directora Harkness había llegado incluso a los niños de primaria quienes fueron advertídos de no molestarla, en cuanto lo dejaron a solas hablo.

-¿Cómo te sientes?

-Hola señora Harkness se ve muy bonita este día... Estoy bien

-Gracias... Me alegro que estes bien ¿No hay dolor?

-No... Aunque si fingió dolor mi mamá me da helado

-Un truco que te traerá dolor de estómago- señaló- Tengo algo para ti

Agatha rebuscó en su cartera hasta tomar una barra de su chocolate favorito, El pequeño lo tomo son una amplia sonrisa

-Gracias lo guardaré para que mamá no lo vea

-¿No te permite recibir dulces de extraños?

-Peor para cuidar mi salud se come la mitad de mis dulces

Agatha intento sonreír, sería demasiado brusco si preguntaba cuántos dulces podía comer en un día o cuánto helado consiguió fingiendo sentirse adolorido.

-Ten un buen día Nicholas y si necesitas algo no dudes en buscarme

-Gracias señora Harkness usted también tenga un buen día

Se había esforzado al maximo por no salir en la hora del descanso y observar a Nicholas, el temor a que sufriera algún daño comenzaba a abrumarla, ¿Rio lo cuidaba bien? ¿Tenía todas sus vacunas? ¿Era gentil todo el tiempo? ¿Le daba severos castigos?, cuando el atardecer resplandecía en su ventana decidió volver a su recidencia, esperando consultar el sueño esa noche. Había olvidado cuando fue que durmió una noche entera, por lo general dormia menos de cinco horas antes de despertar atormentada por los malos sueños.

En cuanto llegó a su residencia se sintió ahogada, los recuerdos, los muebles, las imágenes en su cabeza comenzaron a rondar en su cabeza, miro su cama, la misma cama en la que Nicholas fue concebido y había nacido ¿Sería feliz si ella lo hubiera criado? No sabía que clase de madre era Río pero Nicholas se la pasaba sonriendo, los reportes y descripción es de sus maestros hablaban de un joven parlanchín y feliz no lo sería si tuviera una mala madre.

Su día había ido bastante bien, creyó que terminaría igual y podría ir a casa hasta que un profesor informo sobre una pelea de alumnos de primaria, su día empero aún más al ver qué uno de esos niños era Nicholas el cual tenía un enorme golpe en su pómulo, junto a el estaban Billy y Tommy algo extraño, jamás se metían en problemas, no tardó en saber quien inició la pelea, había otros tres niños allí, nunca habían llegado a dirección pero eran conocidos por intimidar niños pequeños.

-¿Dirán por qué comenzó la pelea?- pregunto con firmeza- O debo llamar a sus padres y arreglar esto de otra forma

-Llamo ramera a mi madre- acuso Nicholas

-Lo oímos- apoyo Billy- No es correcto insultar a las chicas

-Todos lo dicen- respondió uno de los niños-  todos los que saben contar se dan cuenta mi hermano dice que seguro fue una ramera que se revolcaba con todos

Nicholas salto de su asiento y se lanzo sobre el otro niño, para ser tres años menor que su agresor lo estaba golpeando bastante fuerte, le tomo un enojón separar a ambos y media hora de regaños y un castigo ejemplar para que la pelea terminara.

Cuando los niños estaban saliendo de la oficina entro Río la cual miro asustada el rostro de su hijo.

-¿Que paso?- pregunto sosteniendo su rostro- Espero que los otros esten peor

-Gane- respondió Nicky- Gane una suspensión y un castigo

-Asombroso jamás había estado tan orgullosa Nicholas Vidal ¿Cómo se te ocurre pelear de esa forma?

-Te estaban insultado

-Nicky no tienes que defenderme ¿Cuánto tiempo de castigo?

-Al ser su primer advertencia será un castigo menor- hablo Agatha- Una semana de detención y una redacción de porque golpear está mal

-Que mala suerte que ya hayas aprendido a escribir- bromeó Río- Tendrá el informe y esto no volverá a suceder

-Eso espero

Salvando a Agatha HarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora