Capítulo 1
El sol comenzaba a ocultarse tras los edificios de Musutafu, tiñendo el cielo de un naranja cálido. Izuku Midoriya, vestido con su único traje decente, apretaba entre sus manos un maletín desgastado. Caminaba hacia la dirección que le habían dado, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza. La mansión de los Bakugo era un lugar que nunca había imaginado visitar, mucho menos bajo circunstancias tan misteriosas.
Todo había comenzado con una llamada inesperada. Mitsuki Bakugo, la madre de Katsuki Bakugo, lo había citado en su residencia, asegurando que se trataba de una oferta que podría cambiar su vida. Izuku, quien trabajaba en un pequeño café para pagar sus deudas, no podía ignorar una oportunidad, aunque sonara demasiado buena para ser verdad.
—Tranquilo, Izuku. Solo escucha lo que tienen que decir —se dijo a sí mismo mientras pasaba los enormes portones de hierro forjado.
La mansión era imponente, una mezcla de lujo moderno y tradición. El camino de piedra lo llevó hasta una puerta de madera tallada, donde un mayordomo lo recibió con una ligera inclinación de cabeza.
—La señora Mitsuki lo espera en el salón principal. Por favor, sígame.
Izuku apenas tuvo tiempo de admirar los detalles de la casa, pues pronto se encontró en una sala decorada con muebles elegantes y cuadros antiguos. Allí estaba Mitsuki Bakugo, una mujer de presencia fuerte pero cálida, sentada en un sofá. A su lado, Katsuki Bakugo, el heredero de la compañía Bakugo Industries, parecía menos acogedor. Su rostro estaba marcado por una expresión de fastidio, con los brazos cruzados y los ojos entrecerrados como si quisiera intimidar a Izuku con solo mirarlo.
—Gracias por venir, Midoriya —dijo Mitsuki con una sonrisa, indicándole que tomara asiento.
Izuku se sentó con cuidado, sintiendo el peso de las miradas. Mitsuki comenzó a hablar directamente:
—Voy a ser franca. Mi padre, el fundador de Bakugo Industries, dejó una cláusula en su testamento que afecta directamente a Katsuki. Para que pueda heredar el control de la empresa, debe estar casado antes de que termine este año.
Izuku parpadeó, incapaz de procesar las palabras.
—¿C-Casado? —tartamudeó, mirando de reojo a Katsuki, quien bufó.
—Sí, casado —intervino Katsuki, con una voz cargada de sarcasmo—. Y por alguna razón, mi madre cree que tú eres una buena opción.
—¡Katsuki! —regañó Mitsuki antes de mirar a Izuku—. Verás, hemos investigado un poco sobre ti. Sabemos que eres honesto, trabajador y que, aunque no perteneces a nuestra clase social, no tienes intenciones ocultas como muchas otras personas que solo buscan aprovecharse de la fortuna de Katsuki.
Izuku se quedó boquiabierto. ¿Habían investigado su vida? ¿Desde cuándo su honestidad era un atributo para un matrimonio forzado?
—Esto debe ser una broma… —murmuró, incapaz de evitarlo.
—No lo es —continuó Mitsuki con seriedad—. Si aceptas casarte con Katsuki por un año, recibirás una compensación económica suficiente para pagar tus deudas y asegurar un futuro estable.
Izuku sintió que el aire abandonaba sus pulmones. La oferta era tan absurda como tentadora. Podría salir del agujero financiero en el que estaba atrapado desde que fue injustamente acusado de fraude en su antiguo empleo. Pero, al mirar a Katsuki, recordó sus años de escuela juntos: las burlas, los insultos y la frialdad con la que siempre lo trató.
—¿Y qué opina él? —preguntó finalmente, señalando a Katsuki.
—¿Qué crees que opino? —respondió Katsuki con un gruñido—. Esto es una estupidez. No necesito a nadie para conseguir lo que quiero, pero mi madre insiste en que cumplir esta maldita cláusula es la única manera de evitar problemas legales.
Izuku desvió la mirada, sintiendo la incomodidad crecer.
—Yo... no sé si puedo aceptar esto. No quiero obligar a nadie a algo que no desea.
Mitsuki lo interrumpió con suavidad:
—Midoriya, no es una obligación. Es un contrato. Ninguno de los dos tiene que fingir amor ni hacer algo que no quiera. Solo deben aparentar ser un matrimonio para cumplir con las condiciones del testamento. Después del año, ambos serán libres.
Izuku apretó las manos sobre sus rodillas, sintiendo el peso de la decisión. Sabía que su situación económica no le daba muchas opciones, pero también sabía que vivir con Katsuki sería un desafío emocional.
—Dame una noche para pensarlo —dijo finalmente.
Mitsuki asintió con comprensión, mientras Katsuki solo bufó nuevamente.
—Haz lo que quieras, pero no esperes que sea amable contigo si aceptas —dijo Katsuki antes de levantarse y salir de la habitación.
Izuku lo siguió con la mirada, sintiendo una mezcla de emociones: admiración por el hombre que siempre había considerado inalcanzable, pero también temor por su actitud hostil.
Cuando salió de la mansión esa noche, su mente estaba llena de preguntas. ¿Podría sobrevivir un año bajo el mismo techo que Katsuki? ¿Y qué pasaría si sus viejos sentimientos comenzaban a salir a la luz?
La propuesta era peligrosa en más de un sentido, pero también podía ser su única salvación
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El contrato
FanfictionIzuku Midoriya, un joven humilde que lucha por mantenerse a flote, recibe una oferta inesperada: casarse con Katsuki Bakugo, el arrogante heredero de una poderosa empresa, para que este pueda cumplir con una cláusula del testamento de su fallecido a...