capítulo 15.

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POV LISA

En lo tocante a las mujeres, no conocía a nadie con más experiencia que mi hermana.

Aunque el hecho de incluirla en esto probablemente conllevaría una incesante molestia y un implacable interrogatorio, pero en este momento necesitaba de su ayuda y estaba dispuesta a aguantar su mofa con tal de tener la oportunidad de ganarme a Jennie. Los momentos desesperados requerían efectivamente medidas desesperadas.

Al día siguiente por la tarde le mandé un mensaje preguntándole si podía pasar por el bar más tarde y prácticamente de inmediato me respondió ya que estaba allí tomando algo. Puse los ojos en blanco y miré la hora. Aún faltaba mucho tiempo para la happy hour, pero, dado que tenía el ánimo por los suelos, decidí pasar por alto esa circunstancia.

- ¡Carajo, hermanita! ¿Qué ha pasado? - preguntó Rosé cuando llegué al bar media hora antes.

- ¿Tan obvio es? - pregunté con desgana, dejándome caer pesadamente en el asiento que había al otro lado de su mesa.

- Desde luego que si, estás hecha un asco.

Sabía que tenía razón. Llevaba la ropa arrugada y algunos detalles más, ojeras,etcétera. Dudo que hubiese tenido un aspecto tan descuidado en mi vida. Al pasarme las manos por la cara, me dí cuenta de que hasta había olvidado ponerme los lentes.

Ni siquiera me había dado cuenta de ello, pues la verdad que no me había hecho gran cosaen todo el día.

- ¿Quieres... tomar algo? - preguntó.

Asentí y de dirigió a la barra, no sin antes lanzarme otra mirada de preocupación. Me puse a pensar en cómo pedirle que me ayudara. No podía ponerme a contarle sin más los profundos sentimientos que albergaba hacia Jennie. Era mucho mejor hacerle creer que no se trataba más que de un rollo esporádico que se había ido al demonio por mi culpa, puesto que ese era el ámbito que ella dominaba. Rosé volvió ala mesa y me dió una copa llena de un líquido de color ámbar. Le dí un sorbo y tosí.

- Que asco - dije, atragantándome.

Rosé se rió desde el otro lado de la mesa.

- Es bourbon. Pensé que te vendría mejor algo un poco más fuerte que la cerveza. Bueno, ¿vas a contarme lo que pasa?

Levanté la cabeza para mirarla.

- Estoy enamorada - dejé escapar.

Oh, no. Asi no era el plan.

Rosé puso los ojos como platos y acto seguido sonrió de oreja a oreja.

- Vaya, ¡felicidades, hermana! - exclamó a voz en grito.

¿Se alegra por ello?

- Así que me figuro que la profesora, esa, ¿Julia?, se hicieron buenas amigas.

Oh. Cómo no iba a pensar eso.

- No, no se trata de... uh... Julia. -dije en voz baja, aportando la mirada.

- ¿Cómo que no es Julia? - le escuché preguntar.

Hubo una larga pausa hasta que unió los cables.

- ¡No me jodas!

Mi secreto era un secreto a voces.

- ¿Tu alumna?, ¿La chica inigualable?

Asentí y le dí otro sorbo a mi bebida.

- Jennie. - dije en un murmullo.

- Jennie. - repitió con aire pensativo - Bueno, ¿cuál es el problema? - la miré con gesto incrédulo - Digo, aparte de que sea alumna tuya, claro está - aclaró con una sonrisita.

Amor Absoluto. jenlisa g!p. (adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora