La luz de la mañana se filtraba por las grietas de las viejas ventanas enrejadas, proyectando largas sombras sobre Fox River. Emily caminaba de un lado a otro en la enfermería, con la mente acelerada mientras trataba de darle sentido a lo que acababa de suceder. La prisión estaba agitada, tanto los reclusos como los guardias susurraban sobre la fuga de Michael. Los rumores se extendieron rápidamente: Michael Scofield se había fugado con la ayuda de Lincoln Burrows y su aliado de confianza, Fernando Sucre.
El sonido de los sistemas de alarma de la prisión se habían desvanecido cuando regresó a la enfermería, pero las repercusiones de lo que había sucedido apenas estaban comenzando. Emily había escuchado los susurros, había visto el pánico en los ojos de los guardias. Michael lo había hecho. Era libre y su hermano también. La pregunta ahora era cuánto tiempo más podría mantener en secreto su papel en su fuga.
Se apoyó contra el mostrador, mirando la nota que Michael le había dejado. —Soy libre y volveré por ti. Espérame.— Las palabras eran una promesa, pero también un peso que pesaba sobre su corazón. Había hecho su parte, pero la fuga era solo el comienzo de algo mucho más grande. Las consecuencias serían devastadoras de enterarse que la hija menor de el gobernador Tancredi había ayudado a escapar a reclusos, en especial a Lincoln Burrows quién no tenía una vista favorable por parte de los medios que lo pintaban como un asesino de sangre fría.
Pero Emily no pudo evitar sentir un destello de esperanza. Michael lo había logrado. Había prometido volver por ella. Ella le creía. Y esa creencia la mantenía unida tras el caos que había envuelto a la prisión.
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Afuera de Fox River, Michael, Lincoln y Sucre habían logrado escapar, eludiendo a los guardias y entrando en los túneles que los llevaron a la libertad. La noche estaba tranquila y sus corazones latían aceleradamente con la euforia de su nueva libertad, el peso de su audaz fuga de la prisión se apoderaba de ellos.
—Lo logramos, Papi— dijo Sucre, con la voz cargada de incredulidad mientras miraba el paisaje desierto a su alrededor—. Somos libres.
Michael miró a su hermano, Lincoln, que miraba al horizonte con una mirada atormentada en sus ojos. El momento de libertad se sintió agridulce, sabiendo cuánto habían arriesgado para llegar allí. Ya no había vuelta atrás. Eran fugitivos y el mundo los estaría buscando.
Lincoln le dió una palmada en la espalda a Michael. “Lo lograste, Mike. Me salvaste. Nos salvaste”.
Michael se encontró con la mirada de su hermano, su mente ya estaba corriendo hacia adelante. No había tiempo para demorarse. Tenían que seguir avanzando. “Tenemos que salir de la zona, mantenernos ocultos por un tiempo y conseguir comunicación con Verónica, ella aun sigue trabajando en tu caso Linc, la última vez que hablé con ella estaba manteniendo un ojo sobre L.J”, dijo Michael, con voz firme pero teñida de urgencia. “Cuanto más tiempo nos quedemos, más peligroso se vuelve”.
Sucre asintió con la cabeza. “Y no creo que nadie vaya a dejar de buscarnos pronto, Papi, somos los más buscados de américa ahora”.
Mientras avanzaban por las calles oscuras, los pensamientos de Michael volvieron a Emily. Le había prometido que volvería por ella, pero el plan estaba lejos de ser perfecto. Aún había muchas cosas que podían salir mal. Sabía que la prisión estaría en alerta máxima y eso le preocupaba por la seguridad de Emily. El camino que tenía por delante era incierto, pero una cosa estaba clara: tenía que cumplir con su palabra.
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𝐂𝐀𝐏𝐓𝐈𝐕𝐄 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓| 𝐌𝐈𝐂𝐇𝐀𝐄𝐋 𝐒𝐂𝐎𝐅𝐈𝐄𝐋𝐃
FanfictionEmily Tancredi, hermana menor de la Dra. Sara Tancredi y hija de el gobernador del estado, siempre sintió que tenía que llenar unos zapatos muy grandes. Siguiendo los pasos de su hermana, aceptó un puesto de enfermera en la penitenciaría de Fox Rive...