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El principio del caos

Lee Felix caminaba por el pasillo del instituto con su mochila colgada del hombro, la sensación de una mañana normal envolviéndolo. El sol se filtraba a través de las ventanas del edificio, proyectando rayos dorados sobre el suelo pulido. Todo parecía en calma, pero Felix sabía que esa calma era solo una ilusión, como siempre lo era cuando Hwang Hyunjin estaba cerca.

Felix nunca imaginó que acabaría enamorado de un alfa tan poderoso como él. Hyunjin no solo era un alfa, sino un enigma, el "alfa de los alfa", una figura casi inalcanzable que pertenecía a la élite del mundo de la moda. Su familia, poderosa y reconocida en todo el mundo, le ofrecía una vida de lujos, fama y riqueza. Todo lo que Felix no tenía. Todo lo que nunca habría imaginado tener.

Pero a pesar de sus diferencias, algo en su interior había encendido una chispa. Desde el momento en que se conocieron, Felix sabía que estaban destinados a estar juntos. Hyunjin era su alfa, su compañero, el amor que había estado esperando sin saberlo. A pesar de que Felix era un omega de familia modesta, el vínculo que compartían era más fuerte que cualquier diferencia de estatus.

La campana que indicaba el receso sonó, y Felix se dirigió a la zona común donde normalmente se encontraría con Hyunjin. Cuando llegó, lo vio rodeado de estudiantes, pero, sobre todo, en conversación con Yeji, una chica conocida por su actitud coqueta y su innegable belleza. Felix sintió una punzada en el pecho al ver cómo la chica se acercaba a Hyunjin, tocándole el brazo con un gesto que podría parecer inocente, pero que Felix, de alguna forma, interpretó con celos.

Lo que ocurrió a continuación dejó a Felix completamente conmocionado. Mientras Yeji continuaba hablando con Hyunjin, sin que él mostrara una reacción negativa, ella pasó una mano por su rostro de manera casi provocativa, recorriéndolo lentamente, como si fuera algo cotidiano. Felix se quedó allí, mirando, sin poder apartar los ojos, cuando Yeji, con una sonrisa juguetona, pasó uno de sus dedos por el labio inferior de Hyunjin, como si estuviera provocándolo de forma deliberada.

Felix sintió cómo una oleada de incomodidad y celos lo invadía. Sus ojos se estrecharon mientras observaba cómo Hyunjin no hacía nada para detenerla. A pesar de la cercanía, de los gestos claros de Yeji, Hyunjin se mantenía tranquilo, sin mostrar ni un atisbo de incomodidad. Era como si ese tipo de cosas no le importaran en absoluto, o al menos, eso parecía.

Yeji finalmente se alejó, dejándole a Hyunjin un toque en el pecho y una sonrisa enigmática, como si hubiera hecho algo completamente normal. Felix, sin poder soportarlo más, caminó hacia ellos con rapidez, pero antes de que pudiera decir algo, la chica ya se había ido.

Hyunjin lo miró entonces, su rostro imperturbable, sin mostrar ninguna señal de incomodidad por lo ocurrido. Felix, sin poder disimular la confusión y la molestia que sentía, se acercó con una mezcla de frustración.

—¿Por qué no hiciste nada? —preguntó Felix, incapaz de ocultar el tono que traía consigo la duda y el celo.

Hyunjin lo miró, sorprendiéndolo con su calma. Sin inmutarse, respondió:

—No tenía por qué hacer nada. Si se siente cómoda, ¿por qué detenerla?

Felix lo miró en silencio, mordiéndose el labio con frustración y enojo. No podía creer lo que acababa de escuchar. Lo que para Hyunjin parecía algo insignificante, para Felix era una falta de respeto a su relación. Sin decir una palabra más, intentó darse la vuelta y alejarse.

Antes de que pudiera moverse, Hyunjin lo tomó rápidamente por la cintura y lo jaló hacia él, sosteniéndolo con firmeza para que no se fuera. Felix intentó soltarse, pero Hyunjin no lo dejó ir.

—Suéltame, Hyunjin —dijo Felix con frialdad, mirándolo a los ojos con determinación.

Pero Hyunjin no cedió. A pesar de la tensión en el aire, mantenía su agarre firme, sin intenciones de dejar que se fuera tan fácilmente. Felix lo miró unos segundos, su mente trabajando rápidamente hasta que se le ocurrió una manera de hacer que Hyunjin lo soltara.

—Si no me dejas ir… —dijo Felix, en tono amenazante—, le diré a tu madre lo que acabas de hacer.

Hyunjin parpadeó sorprendido, sus ojos mostrando una leve alarma que no pudo ocultar. Sabía muy bien que Felix no bromeaba. Desde el primer día en que su familia conoció a Felix, se habían quedado encantados con él. Su madre y el resto de su familia estaban fascinados por la dulzura y la sinceridad del omega, al punto de advertirle a Hyunjin en varias ocasiones que lo cuidara.

Hyunjin recordaba las palabras de su madre claramente: “Si lo lastimas, lo lamentarás”. Era una amenaza seria, y sabía que no se atrevería a retarla.

Con un suspiro resignado, Hyunjin lo soltó lentamente, bajando las manos de su cintura. Felix no perdió tiempo y, sin mirar atrás, se dio la vuelta y se alejó rápidamente, dejando a Hyunjin solo, observando cómo se iba.

Durante el resto del día, Felix se las arregló para evitar a Hyunjin. Ignoró cada una de sus miradas, evitó estar en el mismo pasillo que él, y si Hyunjin intentaba acercarse, Felix se movía en dirección contraria. La herida en su orgullo y en su corazón era profunda; no podía entender por qué Hyunjin había permitido que Yeji lo tocara de esa manera sin decir nada.

Al finalizar las clases, Hyunjin trató de acercarse de nuevo, esperándolo cerca de la puerta, pero Felix lo ignoró, pasando junto a él como si fuera un extraño. Fuera de la escuela, Hyunjin intentó seguirlo, pero Felix se fue apresurado, sin darle oportunidad de alcanzarlo.

Esa noche, el silencio entre ellos fue más fuerte que cualquier palabra. Para Felix, el día había sido una mezcla de emociones intensas, y estaba decidido a no ceder tan fácilmente. Hyunjin tendría que demostrarle que lo respetaba y que su relación significaba algo más.

POR CULPA DEL ENOJODonde viven las historias. Descúbrelo ahora