POR CULPA DEL ENOJO

17

EN LA NOCHE.

La luna llena iluminaba la habitación con su luz plateada, proyectando sombras suaves que danzaban en las paredes. En el silencio de la madrugada, una tensión palpable llenaba el aire. Hyunjin, recostado junto a Felix, sentía cómo la presión en su pecho aumentaba. El lobo dentro de él se despertaba, ansioso, pidiendo ser liberado. La necesidad de estar cerca de su omega, de reclamarlo, era apabullante. No era solo deseo, era una demanda profunda, instintiva, que lo obligaba a actuar.

Felix dormía plácidamente a su lado, ajeno a la tormenta interna de su alfa. Su respiración tranquila, sus movimientos suaves, hacían que Hyunjin se sintiera aún más dividido. Cada vez que su omega respiraba cerca de él, una oleada de protectividad y deseo lo invadía, pero también el respeto por Felix lo mantenía cuerdo. No quería que el lobo tomara el control, no quería arrastrarlo a algo que no estuviera dispuesto a compartir con él de una manera consensuada.

Pero el lobo era fuerte, y cada vez más difícil de controlar. Con un suspiro, Hyunjin se inclinó hacia Felix, su mano buscando el contacto con su cuello. El lobo dentro de él respondía con un rugido bajo, exigiendo más, presionando para actuar. Pero algo dentro de Hyunjin le hizo detenerse. Lo miró, con los ojos reflejando la lucha interna, y vio en el rostro de Felix una calma que lo tranquilizó. Felix lo sentía, podía percibir la tormenta emocional de su alfa, pero no estaba asustado. En lugar de eso, su mirada era serena, llena de comprensión.

Felix despertó lentamente, sintiendo el peso de la mirada de Hyunjin sobre él. Sus ojos se encontraron, y en ese instante, Hyunjin supo que no estaba solo en su lucha. Felix le sonrió suavemente, sin miedo, sin juicio. "Hyunjin", dijo en voz baja, su tono cálido. "Sé lo que estás sintiendo. Sé lo que necesitas, pero quiero que esto sea algo que ambos deseemos."

Las palabras de Felix calaron profundo en el alma de Hyunjin. Su alfa sentía la presión del lobo, pero también entendía que la relación que compartían debía basarse en la confianza, en el respeto mutuo, y no en el control de los instintos. "Felix...", dijo Hyunjin, su voz quebrada, "no quiero perder el control, no quiero que esto se convierta en algo que no quieras."

Felix le acarició el rostro, suavemente, como si tratara de calmar a un animal asustado. "Lo sé, Hyunjin", respondió, "pero no tienes que hacerlo solo. Estoy aquí contigo. Y no importa lo que pase, lo importante es que confiemos el uno en el otro."

Las palabras de Felix fueron como un ancla para Hyunjin, una cuerda que lo mantenía conectado a la realidad. Aunque el lobo seguía dentro de él, gruñendo con desesperación, Hyunjin pudo escuchar la voz de su omega por encima de todo. Estaba allí, a su lado, no solo como su pareja, sino como alguien que entendía y aceptaba todo lo que él era.

Felix se acomodó más cerca de Hyunjin, rodeando su cuerpo con sus brazos. "Te amo", susurró. "Lo que compartimos es más grande que cualquier impulso momentáneo. Si tienes miedo, estoy aquí para enfrentarlo contigo."

Hyunjin, tocado por la sinceridad de Felix, dejó que su cuerpo relajara la tensión que había estado acumulando. Cerró los ojos por un momento, respirando profundamente. El lobo, aunque presente, comenzó a calmarse. No era fácil, pero sabía que podía manejarlo, que con Felix a su lado, podría encontrar el equilibrio entre sus dos naturalezas.

"Te amo, Felix", susurró, su voz llena de gratitud y amor. "Gracias por estar aquí, por ayudarme a encontrar el control, por amarme así."

Felix le sonrió, sus ojos brillando con amor. "Siempre, Hyunjin. Siempre te apoyaré, sin importar lo que pase. Juntos podemos enfrentar todo."

Y en ese momento, Hyunjin supo que el vínculo que compartían no solo se trataba de deseos físicos o instintos animales. Era un amor más profundo, algo que los unía de manera irrompible. En la quietud de la noche, con el lobo de Hyunjin finalmente en calma, ambos se quedaron abrazados, sintiendo que, sin importar los desafíos que pudieran enfrentar, siempre estarían juntos.