Desconocidas

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Narra Meredith

Ví a Addison llegar al trabajo junto a su cuñada ésta mañana, habló con Richard por varios minutos que casi se convierten en una hora entera. No la estoy espiando, sólo me interesa saber si ella está bien, eso es todo, no quiero nada más, ni sexo, mi amistad, ni nada que se le parezca.

- Bienvenida a casa, doctora Montgomery - dijo Richard, cuando salieron de su oficina, felicitándola con un fuerte abrazo.

¿Montgomery? Creí que su apellido era Shepherd...oh...claro, el apellido de su esposo ¿Cómo no me dí cuenta antes de que ella seguía casada? Me siento como una idiota.

- Grey, hoy trabajarás con Webber, cuando termine su reunión, irás con él - dijo Bailey a mis espaldas, entregándome el cronograma de citas y cirugías programadas del jefe.

- Bien, creo que ya terminó de hablar - dije, mirando fijamente a Addison, quién volvía a colocarse su bata con mucho orgullo, sin siquiera notar mi presencia.

Fueron tres semanas sin saber nada de ella y ahora mágicamente vuelve a ser mi jefa como el primer día. Al menos ya no trabajaré a su lado, puedo evitarla y fingir que somos dos desconocidas que trabajan juntas.

Narra Addison

Extrañé tanto mi trabajo que por poco empecé a dar saltos de felicidad una vez que tuve mi credencial de regreso, ni siquiera la visita inesperada de Mark pudo arruinar ésto.

Estar de regreso es un triunfo para mí, a pesar de los rumores que van de un lado a otro cada vez que cruzo los pasillos. Intento ignorar eso y concentrarme en mí, en mis amigos, mis pacientes y en mi hermana que lleva una semana ejerciendo como cirujana en éste lugar ¡Se ve tan linda con su uniforme quirúrgico! Me siento como una madre orgullosa viendo triunfar a su bebé.

Pasé una mañana grandiosa, retomando la rutina y evitando tener cualquier tipo de contacto con Meredith Grey. No nos vimos ni una sola vez, puede que sea lo mejor, puede que la distancia nos ayude a pensar y poder resolver las cosas como personas adultas.

- Hey, sexy ¿Cómo va tu primer día de regreso? - preguntó la susodicha, rodeandome con su brazo desde atrás, con esa confianza que siempre compartimos.

- He visto vaginas toda la mañana y le detecté un tumor a una paciente ¡Me siento viva! - exclamé, sin poder dejar de sonreír.

- Okey...¡Bien por tí, preciosa! - dijo, abrazándome para celebrar conmigo.

- Ahora debo atender algunas citas de rutina y un embarazo ectópico - dije, anotando mentalmente mi itinerario médico.

- Deberías buscar a un interno, alguno tiene que ser igual de bueno que Meredith - sugirió, borrando mi sonrisa de inmediato, estaba mejor sin oír su nombre.

- Lo haré...de hecho no había pensado en Meredith, seguramente no quiere verme - dije, añorando el excelente trabajo que hacíamos juntas, no puedo negar que nos complementamos como dos piezas de un rompecabezas.

- Descuida, cariño, ya encontrarás a alguien, te deseo suerte - besó mi mejilla y se marchó al ver llegar una ambulancia con pacientes nuevos y varios paramédicos.

Creo que debí ir tras ella, pero yo también tenía casos importantes que atender fuera de urgencias. Debía encontrar a alguien para que me asista y también debía intentar recuperar a la Addison que se consagraba como la reina del quirófano. Debo volver a ser esa mujer.

Me acerqué a la recepción al ver a un pequeño grupo de internos conversando y revisando sus apuntes. Claramente, todos huyeron al verme, dejando sólo a Alex Karev como mi próxima víctima. Le entregué mi agenda de hoy mientras él me observaba atónito.

Montgomery's AnatomyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora