Buen Equipo

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Narra Addison

Escapé de mis problemas y le prometí a Miranda que todo iba a estar bien, no quiero ser una carga para las personas que me rodean, soy una mujer adulta y debo lidiar con éstas cosas yo sola.

- Doctora Shepherd...-

- ¡Mierda, Meredith! ¿Acaso quieres matarme? - exclamé, dando un salto al oír su voz a mis espaldas.

- Lo lamento...sólo quería entregarte los informes y el historial médico de Julie - extendió los papeles hacia mí, mientras yo me recuperaba del torbellino de emociones que estaba sintiendo.

- Gracias, estoy algo tensa, lo siento - dije, tomando los registros e intentando disimular que estuve llorando por un largo rato.

- Sé que no debería preocuparme, pero algo raro está pasando y quiero que sepas que puedes hablar conmigo, como colega o como amiga - acarició mi brazo, aprovechando que no había nadie alrededor.

Ella es tan linda, me gustaría poder permitirle formar parte de mi vida, pero sé que es incorrecto.

- Grey, lo que pase en mi vida privada no es de tu incumbencia, tú misma lo dijiste, lo de anoche fué sólo sexo, ahora soy tu jefa - dije, apagando la luz que había en su mirada.

- Claro, lo entiendo, no pasó nada entre nosotras y no volverá a pasar - sentenció, como un lacayo bajo mis órdenes.

Mis hormonas me invitaban a abrazarla con todas mis fuerzas, pero mi razón sabe que no puedo seguir arruinando mi vida por un tonto encuentro casual. Sí, el sexo con ella es maravilloso, pero hay cosas más importantes que debo atender.

Narra Meredith

Ya me había presentado con la paciente y me encargué de hacerle las primeras revisiones bajo la tutela de Shepherd, quién revisaba detenidamente cada una de mis acciones. No mentiré, me sentí amenazada, pero a la vez tiene una forma de trabajar que me hace admirarla mucho.

- ¿Qué pronóstico tienes para la paciente, doctora Grey? - preguntó, mientras hacía sus anotaciones.

- Pues...sus pulsaciones son algo inestables, si operamos ahora tendrá más posibilidades de sobrevivir sin secuelas, pero eso nos obligaría a sacrificar la vida de uno de los fetos -

- ¿Tú qué crees que sea más conveniente? -

- Creo que no tiene sentido esperar a que ella empeore, el feto sano aún tiene posibilidades de supervivencia fuera del vientre, pero el otro es simplemente inviable -

- Entonces, sugieres que haga una cesárea a las 30 semanas para salvar a la madre y sólo a uno de sus bebés...-

- No digo que sea lo ideal, pero por el momento, es lo que me parece más seguro - estaba muy convencida de lo que estaba diciendo, incluso ella se sorprendió al escucharme.

- Bien, acertaste, te quiero presente cuando le dé la noticia a Julie, debes forjar un carácter fuerte para éstas situaciones - colocó sus notas en mis manos y caminó esperando que le siguiera el paso.

Tener que dar una noticia semejante fué muy duro, es difícil tener que arriesgar una vida para preservar el bienestar de otras dos vidas. Cuando el síndrome de transfusión feto-fetal se vuelve imposible de detener debido al término del embarazo, sólo queda intentar salvar al gemelo receptor, antes de que el gemelo donante sufra una falla cardíaca que pueda afectar el embarazo y a la madre.

El problema, es que Julie tiene apenas 30 semanas, está en el límite de viabilidad, aunque uno de los bebés nazca con vida, puede tener muchos riesgos y problemas, es algo realmente complicado.

Montgomery's AnatomyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora