El incidente en los establos dejó a todos en la hacienda tensos. Los trabajadores murmuraban entre ellos, preguntándose qué había desatado la furia de Jaehyun contra Ten, mientras Yeri observaba desde las sombras, tomando nota de cada detalle.
Doyoung, por su parte, estaba preocupado. Aunque apreciaba la protección de Jaehyun, sabía que los conflictos solo aumentarían si no encontraban una manera de mantener la calma.
Esa noche, mientras el viento soplaba suavemente a través de las ventanas abiertas, Jaehyun y Doyoung se encontraban en su habitación, ambos sentados en la cama.
—Jaehyun, no podemos seguir así —dijo Doyoung, rompiendo el silencio.
Jaehyun, que estaba revisando unos documentos, levantó la mirada.
—¿A qué te refieres?
Doyoung suspiró, jugando nerviosamente con los bordes de su camisa.
—A esta tensión. Ten, Yeri, todos... Esto no es bueno para nadie, especialmente para nuestro bebé.
Jaehyun dejó los papeles a un lado y se inclinó hacia él, tomando su mano.
—¿Qué propones? ¿Que nos escondamos? ¿Que dejemos que ellos ganen?
Doyoung negó con la cabeza.
—No estoy diciendo eso. Pero tampoco podemos resolver todo con violencia o enfrentamientos. Necesitamos un plan, algo que nos permita proteger lo que tenemos sin destruirnos en el proceso.
Jaehyun lo miró por un momento, su rostro suavizándose.
—Tienes razón. Tal vez me he dejado llevar demasiado. Pero, Doyoung, no puedo soportar la idea de que alguien intente separarnos.
Doyoung apretó su mano, sus ojos llenos de ternura.
—Nadie puede separarnos, Jaehyun.
Al día siguiente, Jaehyun decidió enfrentar las cosas de manera diferente. Convocó una reunión con Yeri y Ten en el salón principal de la hacienda.
Cuando todos estuvieron presentes, Jaehyun tomó una postura firme frente a ellos.
—Voy a ser claro —comenzó, su voz resonando con autoridad—. Sé que mi relación con Doyoung no les agrada a ambos, pero no voy a permitir que interfieran más.
Yeri levantó una ceja, cruzándose de brazos.
—¿Y qué piensas hacer si no estamos de acuerdo?
Jaehyun dio un paso hacia ella, su mirada fija en la de su hermana.
—No necesito tu aprobación, Yeri. Esta es mi vida, y Doyoung y nuestro hijo son mi prioridad.
Los ojos de Yeri se abrieron un poco ante la mención del bebé, pero rápidamente volvió a su expresión fría.
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Pasión de un Gavilán (Jaedo)
Fanfiction"-¿Sabes montar? -Jaehyun le preguntó de repente, inclinando la cabeza para captar su atención. Doyoung lo miró, confundido. -Sí, claro -respondió, sin entender a dónde iba con la pregunta."