Santuario

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Kagami ajustó su capa, mirando a Félix con una mezcla de diversión. Aunque la situación había comenzado de manera tensa, el intercambio de bromas había aligerado el ambiente. A pesar de la naturaleza traviesa de Félix, había algo en su relación con Kagami que reflejaba una conexión más profunda.

En medio de la conversación los gigantes quieren la ayuda de las diminutas para recuperar a la madre de Adrien. Adrien, por otro lado, mantuvo su postura calmada, como siempre, pero con una mirada más seria.

Adrien: -Ahora que hemos tenido nuestra dosis de diversión, volvamos al trato-

Marinette y Kagami se miraron entre sí, intercambiando una mirada de complicidad antes de responder a Adrien.

Marinette: -Vamos al grano. ¿Cuál es el siguiente paso en este trato?-

Félix frunció el ceño, aparentemente molesto por el tono serio de Adrien, pero asintió con una actitud de compromiso.

Félix: -Claro, volvamos al trato. La primera parte de la búsqueda es encontrar el Santuario de la Niebla, un lugar antiguo que se oculta en el corazón del bosque. Es allí donde podríamos hallar respuestas para recuperar a tu madre, Adrien-

Marinette y Kagami intercambiaron miradas, conscientes de la magnitud del desafío que tenían por delante. Marinette tomó una respiración profunda y habló con determinación.

Marinette: -Entendido. ¿Qué necesitamos para llegar al Santuario de la Niebla?-

Félix: -El Santuario se oculta tras capas de ilusiones y trampas. Solo aquellos que poseen una llave especial pueden abrir su entrada, y esa llave… está fragmentada en tres partes, dispersas en diferentes rincones del bosque-

Kagami alzó una ceja, dejando que su capa revoloteara ligeramente con el viento.

Kagami: -¿Y cómo, exactamente, planean que nosotras, las diminutas, podamos ayudarlos? No es que tengamos la misma fuerza o presencia-

Félix sonrió de manera pícara, su mirada fija en Kagami.

Félix: -Ah, Kagami, no se trata de fuerza. Ustedes tienen algo que nosotros no tenemos: el sigilo y la astucia… ya saben porque ustedes son…-

Kagami: -…¡No tienes que explicarlo! Lo dejaste muy claro-

Félix: -Esta bien, lo siento-

Adrien se adelantó, su expresión más seria que nunca, aunque sus ojos mostraban un atisbo de esperanza, mientras procesaba la información.

Adrien: -Entonces, necesitamos encontrar las tres partes de la llave antes de que podamos acceder al Santuario… Recuperar a mi madre está tan cerca y tan lejos a la vez-

Félix: -Bueno, Adrien. Tampoco dije que será fácil. Solo necesitamos…-

Adrien: -…¡Paciencia, ya lo se!-

Kagami: -¿Y dónde encontramos esas partes de la llave? Este bosque es extenso y no tenemos mucho tiempo. No podemos deambular sin rumbo-

Félix: -Oh, mi querida reina, deambular sin rumbo es parte de la diversión, ¿no?-

Kagami rodó los ojos con una mezcla de exasperación y resignación ante la actitud juguetona de Félix. Félix continuó con su sonrisa, sin dejar de mirar a Kagami.

Félix: -Cada fragmento está custodiado en un lugar diferente, cada uno lleno de desafíos únicos. El primero está en una cueva oculta en la Montaña del Eco, donde el sonido puede jugar malas pasadas. El segundo fragmento se encuentra en el Jardín de las Sombras, un laberinto de plantas que cobran vida. Y el último está en el Lago Espejo, que reflejan las peores pesadillas-

Las Jovencitas Diminutas y MilagrosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora