Capítulo 26: Fuiste tu

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José dejó los papeles con una monja y ella me los dio a mí; los papeles decían que Jack había robado millones de dólares a distintos países, entre ellos China, Japón y México.

Estaba escondiendo los papeles cuando Karl entró.

Juliana: Karl, qué haces aquí.

Karl: Ya espere mucho por ti.

Juliana: Que.

No entendía lo que Karl me quería decir. Este agarró mi mano fuertemente y me tiró a la cama. Por la fuerza con la que caí, una varilla de la cama se desplomó.

Karl: Todas estas monjas han sido mías; todas caen a la semana y las que no las tengo que tener a la fuerza, tú eres la siguiente.

Haciendo fuerza para soltarme de él le grité.

Juliana: Las violastes a todas; por eso actúan así contigo.

Karl empezó a reír mientras con una mano sostenía mis dos manos; con sus piernas agarraba las mías y me trataba de bajar la camisa.

Juliana: Eres un asqueroso de mierda.

Karl: Desde que te vi en la escuela supe que serías mía. Julianita, no te esfuerces; déjate llevar si te acostaste con Daniel, por qué no conmigo.

Juliana: Por qué eres un viejo rabo verde.

Karl: Jajaja.

Con toda mi fuerza logré tirarlo al suelo y me levanté con la camisa rota y lágrimas en los ojos. Vi la varilla de la cama que se había caído y la agarré.

Juliana: Alégate de mí; no sabes de los que soy capaz.

Karl: Por favor, Juliana, deja de jugar y acuéstate en la cama y desnúdate, perra.

Sonreí y dije.

Juliana: Sabes que sí soy una perra; una perra que tiene sangre en sus manos.

Agarré bien la varilla y empecé a pegarle con toda mi fuerza a Karl. Viendo como toda su sangre caía en mi cara, me reía como nunca. Todas las chicas podían escuchar mi risa y a Karl gritando del dolor. Me acerqué a este y le escupí la cara y metí la varilla en su boca y con toda mi fuerza se la clave hasta que este muriera.

—Narrador—

Presente:

Detective:Asi que tú mataste al director y a Sofia y a los demás.

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