Gingerpelt se fue hacia la parte trasera del gran grupo, caminando al lado de Orangepaw. Orgullo por su hijo chispeó en sus ojos verdes. El lugarteniente de largo pelaje blanco se acercó al guerrero atigrado crema. 

  -Sabes que ella hará de él un buen aprendiz -observó con esperanza al recién nombrado pre-aprendiz-. ¿Hay algo más en tu mente, jovencito?

    -¿Qué ocurrirá en esta asamblea? Mucho ha cambiado... -añadió con inseguridad-. Flowerfur fue exiliado... ¿Cómo explicará Rainstar el exilio de su curandero? ¿Y si el Clan del Viento nos acusa de cruzar sus fronteras? O peor aún, de la muerte de Nightpaw. ¡Todos querrán romper la tregua!

   -No sabemos lo que debe pasar. El Clan Estelar mantendrá a los clanes libres de peligro todo lo que puedan. Debemos confiar en que Rainstar dirigirá la asamblea con calma -sonó calmado, hasta que escuchó un grito de rabia más adelante.

    -¡El Clan del Viento pagará esto! 

    -Rainstar, debemos mantener una asamblea normal. Si actuamos primero, perderemos toda la razón -se fue hacia el frente, parando al líder gris.

    -¡Deben pagar!

    El lugarteniente blanco volvió a la punta de atrás, su cola rozando el suelo y sus orejas gachas. 

    -Será una reunión complicada -le comentó a Gingerpelt, decaído.

     Los guerreros y aprendices llegaron a la hondonada que llevaba a los Cuatro Árboles. Gingerpelt observó los cuatro robles, impresionado por todos los gatos en el claro. Cuando el líder dio la señal, los del Clan del Río bajaron con rapidez la hondonada, tomando un puesto entre el Clan de la Sombra y el del Trueno. Ningún gato de su clan fue a hablar con los del Viento; parecían evitarlos a toda costa. "Normal" pensó, intentando calmarse.

    Notó que Orangepaw estaba dispuesto a explorar, aunque temblaba con miedo. Gingerpelt lo siguió, pegándose a él para quitarle el temor. Para él, esto era normal, pero era la primera asamblea a la que asistía su hijo.

    -Iré por mi cuenta -se giró hacia él, y se mezcló con un grupo de gatos del Clan del Trueno.

    Gingerpelt, aún no seguro de las reacciones que el antiguo clan de su hijo tendría, se colocó a una esquina, hablando con Lightstream.

   -Un gusto volver a verte -la gata ragdoll dijo suavemente.

    -¿Qué tal todo en el Clan del Trueno? 

    -Bastante bien, los típicos pequeños problemas de la estación sin hojas.

    El guerrero del Clan del Río observó que la caza no debía de andar muy bien en su clan, actualmente. A la mayoría de sus compañeros de clan se les veían las costillas bajo sus pelajes. Miró a Lightstream y notó que ella parecía estar perfectamente.

    -¿Has estado cazando muchos ratones, eh? -intentó bromear, pero la gata se sintió un poco insegura.

    -Sabes, mi pelaje es muy espeso. Será eso -y cortó el tema con rapidez.

    Se despidió de ella con una sacudida de su cola y se fue a ver cómo le iba a su hijo. Pasó entre varios gatos del Clan del Trueno y lo encontró, bufando y extendiendo sus garras.

    -¡Orangepaw, déjalo! -gritó y lo tomó por el pescuezo. El pequeño preaprendiz se soltó tras sacudirse de su padre adoptivo. 

    -¡Quita! -le dio un leve zarpazo y se lanzó en un gato grisáceo, clavando sus garras en su costado. 

    -Stonefeet, deja al pobre aprendiz -una gata atigrada de pelaje crema espeso avanzó hacia el guerrero, dándole un zarpazo en la oreja, que empezó a sangrar levemente. Tomó a Orangepaw y lo protegió con su cola, bufando.

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☆Los Gatos Guerreros: Una Unión Estelar 2//Pasos Ambiciosos☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora