¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝓛os cuerpos de los hombres se encontraban tirados y lastimados por todo el suelo. Los integrantes de la división de Takeomi solo reían al verlos de ese modo. No necesitaron más que eso, la división de Takeomi, para derrotarlos. Pues eran los únicos que lograron llegar a tiempo.
Benkei caminó directo hacia la chica al lograr divisarla entre todos. Estaba al puro fondo, probablemente si no fuera por su atura, no la hubiera logrado vislumbrar a esa distancia. La chica parecía estarse riendo de algún comentario tonto que probablemente Shinichiro hizo en el momento. Pues él más alto parecía avergonzado.
—Kei, ¿estás bien? —Habló el moreno tocándole el hombro levemente cuando logró llegar hasta ella.
—Ah, Benkei, eres tú. —Dijo la chica al mirarlo.
Shinichiro ya había perdido la atención en la conversación desde el momento en el que vió a su amigo llegar, y para darles privacidad decidió mejor alejarse uno cuantos pasos.
—Si... —Keizo se rascó la nuca algo nervioso—. Perdón por eso... Wakasa ya se había dado cuenta.
—No te preocupes. Fue mi culpa, no se me ocurrió nada más que decirle que me había caído de la cama. —Dijo Kei riéndose ligeramente.
—Yo creo que ni siquiera Shinichiro hubiera caído en tu mentira. —Bromeó el mayor.
—Eyy, sonaba creíble.
—Lo que digas.
Mientras ellos hablaban, Wakasa se encargó de mover los cuerpos de los mayores para agruparlos a todos en un mismo lugar y les lanzó sus cosas encima —que no eran muchas y menos algo necesario o importante— con una expresión de desagrado en su rostro.
Shinichiro simplemente miraba perdido hacia la luna sobre ellos, ignorando por completo la conversación de Kei y el moreno, al igual que lo que hacia Wakasa o incluso Takeomi y el resto de sus hombres. Vaya que la luna brillaba aquel día, aunque las nubes ya se habían encargado de cubrirla por completo, la luz aún se notaba tras de ellas.
