12. Sin tu amor

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•Minho•

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•Minho•

Pasaron semanas desde que Hyunjin y yo empezamos a salir "como amigos". Puras mamadas, estoy segurísimo de que también me trae ganas, aparte, ¿Quién podría resistirse a este dios griego?

He andado chambeando un chingo para poder pagar todo lo que gasto cuando me voy de roll con el Hyunjin. El también quiere pagar, pero nunca lo dejo. Todo por mi princeso.

Y si, ya teníamos apodos nuevos, según él, eran apodos de "amigos", nah, de ahuevo que son de pareja. Él es "Hynnie" y yo soy "Honnie". Se le ocurren unas cosas bien raras a este wey, pero bonitas, así como él.

Pero hay algo que ya no puedo aguantar.

Siempre que salimos, el Hyunjin se termina agachando por equis razón, he llegado a pensar que lo hace a propósito... Pero no creo, él es un pan de dios. Me saqué la lotería con este morro.

Vale verga, el chiste es, que siempre que se agacha, yo le agradezco al de arriba, y en mi interior me retuerzo de felicidad y agonía, ¿Porqué de agonía? Porque el morro no jala a que le aviente un piropo. Puras mamadas, se fresea el wey.

Hoy será mi próxima gran movida.

•Hyunjin•

Minho me llamó en la tarde, quería que fuéramos a la inauguración de las quesadillas del papá de Changbin.

Minho ya me había presentado a todos sus amigos, eran buenas personas.

Acepté su invitación, iríamos en una hora.

Había un problema.

Últimamente estaba muy indeciso en qué ponerme cada que salía con Minho, al principio no era así, pero poco a poco este sentimiento extraño se ha ido alojando en mi, es un poco desesperante.

Me cambié de ropa como 5 veces y nada me gustaba. Ya casi era la hora en que Minho pasaría por mi, ay, quiero chillar.

Alguien tocó la puerta.

Ay, no.

- Hynnie, ya llegué. -

Le abri la puerta a Minho, se pasó como Juan por su casa, pero no importa, él ya había estado muchas veces aquí.

- ¿Qué tranza, pimpollo? ¿Nos vamos? -

- Sólo dame 5 minutos más y estoy listo. -

•Minho•

El solecito andaba otra vez con que no sabía qué ponerse, si supera que se ve bien pinche hermoso con todo lo que se pone, sobretodo con esos pantalones ajustados de cuero que me robé del tianguis para regalárselos...

Lo veía ir y venir con ropa diferente a cada rato, mientras tanto, yo todo apendejado soñando en puras cochinadas con él.

Pero al chile ya se andaba haciendo tarde a la verga y teníamos que llegar rápido al puesto de quesadillas de don Dong seok o se iban a llenar las mesas, no por nada ganó el premio a las mejores quesadillas de la colonia.

Mi Hyunjin estaba a punto de entrar otra vez a su pinche cuarto a cambiarse y en putiza que lo agarro como costal de papas y me lo llevé así hasta que bajamos del edificio. Le di unos cuántos putazos en la cabeza por accidente, pero creo que está bien.

Lo bajé y me míró emputado, ni modo, al rato lo contento.

- Iríamos en el mamalón pero Don Seok queda a unas 4 cuadras de aquí, y no hay pedo si te cansas, ya sabes que yo te cargo. - le dije pero ni caso me hizo.

El culero no me quería hablar, llevábamos caminando como dos pinches minutos y ni pio había dicho.

Usé mi arma secreta, puse cara de perrito regañado. Me wachó pero no hizo nada, nomás se me quedó viendo. De rato terminó riéndose y se puso chido otra vez conmigo.

Este wey me hace hacer cosas muy culeras y pendejas, pero todo lo vale, él lo vale.

Llegamos al puesto de las quesadillas y gracias a mi virgencita de Guadalupe no había tanta gente. El Changbin nos atendió, se veía todo puñetas con su mandil y tomando la orden.

- Pendejete, yo me voy a chingar 3 quesadillas, con todo. ¿Y tú, Hynnie? -

- Yo sólo quiero una quesadilla. -

- ¿Cómo que nomás una? Te me vas a desnutrir, traele 4. -

El drogadicto se fue con su jefe a entregarle el pedido.

- Y DOS COCAS DE VIDRIO... Y SI NO ESTÁN BIEN FRÍAS TE PARTO TU MADRE. - Su jefe me volteó a ver feo, pinche viejo mamón.

Los refrescos andaban en una tina con un chingo de hielos, al final, mi Hyunjin terminó llendo por ellos porque él es un alma caritativa y hermosa.

Delante de nosostros había una mesa, y ahí andaban unos weyes de la pandilla enemiga. Su líder, el Yeonjun, se le había quedado viendo a mi Hyunjin. Si sigue así, ME LO VOY A MADREAR

Hyunjin regresó con los refrescos y me detuvo de cometer una barbaridad.

- Quién fuera mecánico para meterle mano a esa máquina. - DIJO EL PENDEJETE DE YEONJUN, AHORA SI YA VALIÓ PA' PURA RIATA.

Me le dejé ir con todo, bien emputado, tanto que no me di cuenta de que el culero cabrón, pendejo, wey, del Changbin venía con las perras quesadillas.

Aventé al Changbin, las quesadillas salieron volando y le cayeron a mi bebé. Al chile si me quería reír, se veía bien tierno con las quesadillas ahí en la maceta, pero me detuve al ver su mirada de enojo. Ya valió.

Hyunjin se salió del local casi chillando, me quedé apendejado ahí en mi lugar y luego fui a corretearlo.

- Iiiiiiiii, te chingué. - DIJO EL PERRO, PUTO, CABRÓN, MALNACIDO, HIJO DE LA CHINGADA DE YEONJUN.

- CHINGAS PERO A TU MADRE, PUTO. Don seok, ahi me apunta las quesadillas a la cuenta. - Y me fui de ahí, a perseguir a mi fresitas.

 - Y me fui de ahí, a perseguir a mi fresitas

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EL NIÑO FRESA NO QUIERE CON MINHODonde viven las historias. Descúbrelo ahora