Capítulo XXX. Porque es mujer

37 8 0
                                    

20 de diciembre de 1835

Un año había transcurrido desde el asesinato de los duques y también de la muerte natural de Francisco Luca, la vida de muchas personas cambió desde entonces. Para Ricardo no hubo ni un día de descanso hasta encontrar a todos los que asesinaron a sus padres, el rubio todavía recuerda con rencor cuando acabó con cada uno, pero dejando al último sufriendo por varios días.

Aura vivió esos días y los recuerda como los más largos y tortuosos de su vida, no fue capaz de dejar a su marido solo y sabía que todo esto le mataba, por eso no juzgó la muerte de aquellos hombres, ella también sentía que ellos se lo merecían, pero no sale de su cabeza la risa infame y cínica del hombre blanco y alto, cabello castaño, no podría olvidar su nombre, Pablo Forump. Ese hombre supo sacar lo peor de Ricardo hasta el último aliento y Aura puede jurar que fue él al que más le dio placer de asesinar.

Después de todo ello, la vida en España siguió su curso, muchos recuerdan a la infanta y duquesa de Alba, pero ya no es algo tan seguido. El día 08 de noviembre de 1835 hubo un hermoso homenaje donde gran parte de Madrid pudo reunirse frente al Palacio real. Para el rey, fue un momento de soltar y lo agradeció. Y para la reina consorte fue una sonrisa al alma, por ver a su marido de regreso, el rubio ojos azules que siempre fue gentil, bueno y caballeroso, Aura pudo ver esa tarde a su marido de vuelta.

El resto de la realeza, siguió su camino. El Palacio de Lira estaba libre para otro duque, y Ricardo lo estaba discutiendo con el parlamento, no es porque Ricardo estuviese a favor, sino porque el parlamento piensa que ¡A rey muerto, rey puesto! Es doloroso decirlo de esa forma, pero Ricardo piensa que es la forma más elegante que Cuasimo consiguió para decirle que debe nombrar otro duque de Alba y ya que él es el rey, no puede usar ese título como herencia.

- Necesito estudiar las opciones - avisa Ricardo poniéndose de pie - ¿Algo más que discutir? - pregunta y todos los hombres en la mesa, yace mayores se voltean a ver -
- No, su majestad - responde Cuasimo -
- Hasta luego, caballeros - se despide Ricardo con un tono cansado y se da la vuelta para caminar hasta la entrada, abre las puertas y sale para con un gesto con la cabeza despedirse de la guardia real y entonces caminar un largo pasillo -

...

Para la familia Luca, todo era diferente, las risas no eran las mismas, los chistes no eran los mismos y ni siquiera las conversaciones eran las mismas. Para Lucía fue un golpe muy duro la muerte de su marido, tan duro como cuando supo la muerte de su madre y luego de su padre, habían sido solo dos meses de diferencia ambas muertes, no pudo recuperarse de una cuando llegó la otra, más con Francisco aun sabiendo sobre su enfermedad, jamás pudo aceptarlo y un año después de su muerte, sigue sin aceptarlo, sin entenderlo, sin querer admitir que su marido falleció.

Tamara ha aprendido a ser su muro y Elibeth estar al lado de la castaña para sostenerla, para ninguno es fácil y Elibeth todavía recuerda la tarde en que Javier Montes llegó a su casa para idear algo para subirle el ánimo a las Luca, Elibeth todavía recuerda el abrazo fuerte que le dio al tío de Tamara, era una mano que podía emerger a las mujeres Luca.

Y funcionó.

Así que todos los fines de semanas desde el mes de enero de 1835, todos se reúnen en casa de las Luca, Tamara agradece que ocurra y Javier usa todo a su favor para que su hermana poco a poco comience a aceptarlo, como también para que salga adelante, a Javier le duele ver a su hermana tan mal y también puede recordar como estuvo con la muerte de sus padres, por ello desde entonces se prometió nunca dejar sola a su hermana menor y menos tanto tiempo en el suelo, como ahora que todos saben que lo está.
Incluso ella.

- Viene Paula - chilla Javier mientras se pone de pie y se gira -
- ¿Cuándo? - pregunta Aurora acercándose -
- En unos días, si las cuentas me salen bien, puede ser el sábado - responde el castaño -
- Eso ayudará mucho a Lucía - susurra Aurora mientras abraza a su marido -
- Lo sé mujer, lo sé - susurra y sonríe con tranquilidad -

Eternas pt II Donde viven las historias. Descúbrelo ahora