Capítulo XXXIV. Sacerdotisa

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Polo Stuart. Quien seguía desaparecido después de dos semanas, muchas cosas se decían sobre su desaparición, pero Dorothea no podía rastrearlo aunque lo buscó de todas las formas posibles, excepto que no contaba con algo, Luke tiene el suficiente ingenio para lo que sea, sus sentidos aumentados y eso incluía el olfato, como también el oído y no se preocuparía en buscarlo hasta por debajo de la tierra, sin embargo, decidió no mover ni un dedo hasta que Dorothea se lo pidiese, más de una vez se ofreció y ella se negó.

Muchas cosas han cambiado en dos semanas.

Dorothea en la luna del 17 de agosto, finalmente se hizo Sacerdotisa, Esperanza estaba orgullosa de su hija, más el resto estaban asombradas que la más joven hoy en día fuese la más poderosa del clan, sin embargo, nadie se quejó, nadie reclamó, nadie dijo que no. Desde entonces Dorothea decidió mudarse a casa de su abuela, Esperanza lo entendió y lo aceptó.

Para Dorothea la muerte de su abuela no ha sido fácil, es como si que ella en los últimos días lo supiese, siempre estaba distraída, distante, ida, ahora que lo piensa, es difícil que a la sacerdotisa se le pasase ese detalle, su muerte. Conociendo a Catalina, parece irreal, ilógico, ella debía saber algo y por eso estaba adelantando tanto sus enseñanzas, Dorothea no tiene dudas de ello.

- ¿Puedo? - preguntan y Dorothea abre los ojos de golpe -
- Dime - susurra -
- ¿Quieres salir? - pregunta el castaño y Dorothea resopla -

A Dorothea le gusta como Luke se preocupa por ella, de hecho, agradece que él la visité gran parte de las veces, porque si no estaría volviéndose loca, pero ahora mismo no puede salir a ningún lado necesita encontrar a Polo, necesita enfrentarlo, todavía no puede creer que realmente sea él quien asesinó a su abuela, le parece totalmente caótico y aunque no se niega a creerlo, tampoco lo termina de aceptar.

- Será luego - susurra Luke y se acerca para darle un beso en la frente -
- No, está bien - susurra y el castaño niega -
- Tendremos tiempo - susurra agotado - vengo luego - susurra nuevamente y con su habilidad de velocidad se aleja hasta detenerse frente a la puerta de entrada -

Luke voltea la cara y baja los hombros cansado, abre la puerta y sale para entonces caminar hasta detenerse a mitad de la calle, se tensa cuando una ráfaga de viento lo abraza, echa la cabeza para atrás mientras un olor particular llega a sus fosas nasales, vuelve la vista al frente y se detiene para buscar analizar la situación, vuelve la mirada hacia la casa de Dorothea y aunque le gustaría decirle, prefiere acabar esto de raíz.

Así que sigue ese olor particular.

No parece ser el mismo con el que se topó el día que llegó, sin embargo, tiene una liga de Polo con perro, algo raro para su olfato, sigue ese olor y cuando se ve lo suficientemente lejos, usa la velocidad hasta que se detiene golpe cuando escucha un ruido, es como un gemido corto y lamentable, entonces camina con cautela hasta que se encuentra como en un bosque, alza la mirada y muchos arboles le rodea.

Reacciona cuando vuelve a escuchar un gemido seguido de un sollozo, el olor a perro es más profundo y le causa malestar, vuelve a usar su velocidad y seguir aquel olor tan extraño y peculiar, finalmente se detiene en un lugar totalmente solitario, ni arboles tiene y comienza a sentir que aunque lleva casi tres meses en este pueblo, no conoce nada realmente, al parecer la cantina, la posada, Dorothea y algunos lugares aburridos, pero al encontrarse en un lugar casi baldío, sabe que le falta por conocer.

Finalmente escucha un aullido y lo sigue hasta encontrarse a un lobo gigante, o sea, está seguro que podría con él, pero le parece extraordinario, no puede creer lo que tiene frente a él, es decir, sabe que existen los vampiros porque él es uno, sabe que existen las brujas porque las ha visto, incluso amó una y ahora está enamorado de otra, y ahora ve un lobo frente a él, había escuchado en Francia que esté tipo de sobrenaturales le llamaban licántropo, sin embargo, lo dudó porque jamás había visto uno y ahora tiene uno frente a él.

Eternas pt II Donde viven las historias. Descúbrelo ahora