Eternas pt II

Capítulo VIII. Segundo aviso

26 de septiembre de 1828

La prensa sólo hablaba de la caída del rey Fernando VII, día tras día durante las últimas semanas. Hoy sería la coronación de Felipe. Finalmente se haría realidad su sueño. Finalmente sería el rey de España. Finalmente saldría a relucir su verdadero yo, aquel despiadado, despreciable, arrogante, imponente y humillante. El Felipe que sólo Victoria Isabel conoce, pero que por obvias razones prefirió mantener en silencio por tantos años. Ni la misma Elibeth sabe lo que le espera, pero estará en manos de Victoria protegerla de quien ahora es el rey de España. Victoria no quería que su padre dejará el reino, porque sabe que la verdadera maldad comenzaría con Felipe, pero también es cierto que Victoria odiaba a Fernando y claro que tomaría la primera oportunidad para destruirlo, la tomó y ahora España lamentablemente sufrirá las consecuencias o ¿tal vez no? Quien sabe.

Esa mañana Felipe estaba en total calma, pero el resto de los hombres que se encontraban a su alrededor, no mucho. Todos estaban eufóricos, aterrados y conmocionados, Felipe escuchaba cada opinión, cada propuesta y una le parecía peor que la otra ¿Qué va a pasar? Que él será el rey, eso es lo que va a pasar y nadie le quitará ese derecho por miedos patéticos, la única mujer que se encuentra en esa mesa es la princesa, quien sólo observa a todos esos hombres y reafirma que son estúpidos.

- ¿Tienes algo que decir Felipe? – pregunta el mayor de la sala –
- Que cada idea es patética – responde con sinceridad y mientras Elibeth sonríe el resto se asombra – ¿De verdad mi padre tenía que soportarlos? – pregunta y todos se mueven incómodos –
- ¿Puedo opinar? – pregunta Elibeth y todas las miradas recaen en ella, claro que nadie le diría que no, la mayoría están embelesados con la princesa –
- Di princesa – responde Felipe por el resto –
- Creo que se debe comenzar la ceremonia, que los nuevos reyes deben salir al balcón y luego preguntarnos ¿Qué pasará con España? Que claro, acotemos que serán cosas buenas – opina Elibeth y Felipe sonríe afirmando que se casó con la mejor –
- Es la mejor idea – responde el señor ya mayor y con lentes –
- Entonces que no se diga nada más – afirma Felipe quien se pone de pie y se marcha –

Elibeth a diferencia de Felipe, se despide y se pone de pie para también marcharse, en sus aposentos ya la estarían esperando para arreglarla, el día de hoy se ve especial y precioso, en el pasillo se tropieza con su sobrina y la abraza fuerte, Elibeth poco le importa el mundo desde la muerte de Ross Stanley, pero su familia es clase aparte incluso si volviese Luke ella haría todo para demostrarle que lo sucedido hace un siglo, ya quedó en el pasado… una parte de ella, perdonó de forma sincera a Luke el día que sintió la muerte de Ross Stanley.

…

- ¿Vienes a la coronación? – pregunta Sofía y Tamara voltea para verla –
- Venga tía vamos, que nunca esta demás ver a los nuevos reyes y a la duquesa de Alba – responde Pol con cara de enamorado –
- Sois un puerco – responde Tamara y Sofía se ríe – No me llama la atención ver a ese poco de gente sonriendo falsamente, haciéndoles creer al pueblo español que realmente les importa – responde Tamara seria –
- Venga que quiero conocer a la reina consorte, afirmar que sí es inglesa – pide Sofía mientras hace un puchero –
- Y yo ver a mi esposa, la duquesa de Alba – pide Pol y une sus manos en forma de ruego –

Tamara a diferencia de sus padres, es de las que piensa que no se debe tener una monarquía, es patético que un país tan grande sea gobernado solo por una familia, se rehúsa a seguirlos como borregos, lo que España necesita es un presidente que se cambie cada cierto tiempo, pero no la eternidad de un mismo apellido, Borbón. Pero, ese día sentía que debía aceptar y efectivamente así fue, la castaña ojos verdes esa mañana aceptó ir a la coronación de los nuevos reyes, todavía no sabe la razón, pero sonrió al ver a su colega saltando de la emoción y a su primo sonreír feliz, y sólo por eso sintió que estaba tomando la decisión correcta.