Shoton de Konoha

Capítulo 39: Herederos del Namikaze

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Un largo gemido escapó de los labios de Kushina mientras se estiraba mientras paseaba por el pueblo. Tres misiones en el día, no es que se quejara dado el estado de las cosas. Pero en serio, su madre sabía cómo mantener a la gente ocupada. Una caída de suministro en uno de sus puestos de avanzada, dos horas de supervisión del mantenimiento en la pared del pueblo y, finalmente, una búsqueda conjunta con la ANBU a través de uno de los escondites de Danzo. Volver a casa, ducharse y convertirse en ropa civil nunca se sintió tan bien.

Sin embargo, habría sido mejor si Samenosuke no hubiera intentado echarle un vistazo mientras se bañaba. Perv siguió sonriendo a pesar de las patadas de culo justas que recibió.

Ese pequeño detalle fuera del camino, el ex capitán de ANBU vagó por el pueblo. Una era la razón para quemar el exceso de energía que tenía, la otra estaba buscando a su primo cazador de demonios que había sido escaso todo el día. Lyn por lo general venía a desayunar a su casa, pero no hoy. Dado lo que sucedió el otro día, no era que Lyn no tuviera una razón para estar sola. Y a pesar de la disputa y la pelea que tuvieron, Kushina estaba preocupada por ella.

Afortunadamente, un chunin la había dirigido a los campos de entrenamiento donde había visto que la pelirroja del buxom había estado allí durante la mitad del día. Un grito de batalla llamó su atención sobre un campo abierto donde Lyn estaba practicando katas con su naginata. Sus movimientos eran descuidados, demasiado llenos de ira, pero ella seguía atravesándolos. Pero más; "Te estás corriendo irregular Lyn." Kushina bromeó con las manos en las caderas.

¡"Oh mear a Kushi! Una chica puede desahogarse, ¿no puede!?"

Oh, Kushina era muy consciente de eso. Solía sacar sus frustraciones en el campo de entrenamiento pobre (más de una vez que necesitaba ser rehecho por el jutsu después de que terminó), pero no fue hasta que se vio obligada a tomar algunas clases de manejo de la ira (con resultados variados) que descubrió que tejer realmente le convenía para mantener su temperamento bajo control.

Había días en que podía tejer tanto como una tienda de circo a veces...

Pero dudaba de que algo más que imaginar que estaba matando algo ayudaría a Lyn en este momento. Bueno, Kushina había venido aquí por una razón, jurando mantener su ira bajo control y no dejar que nada de lo que Lyn diría llegar a ella, su primo realmente necesitaba un oído comprensivo en este momento.

"De verdad vas a dejar que las cosas terminen así entre ustedes dos?"

La naginata se detuvo, cortando el aire con un anillo metálico. Lyn cerró los ojos y respiró hondo, sus palabras salieron llenas de frustración, ira y tristeza. "No me queda mucho que pueda hacer, no cuando ya lo intenté tanto..."

Kushina honestamente no podía entender cómo Lyn y Kya se habían enamorado el uno del otro, los dos eran tan diferentes, y eso decía algo considerando su propia historia con Minato. "Lo que los llevó a estar juntos en primer lugar?"

"Escucha terquedad de mi parte por mi parte", dijo Lyn; plantando su naginata en el suelo, suspirando mientras el sudor goteaba de su frente. "Seguimos encontrándonos hasta que nos quedamos al lado del otro", dejó escapar una risa sin humor, "No tengo idea de lo que vio en mí.."

Kushina frunció los labios, "Y qué viste en ella?"

"Ahhh" Lyn dejó escapar un sonido agradable, tirando la cabeza hacia atrás como si disfrutara de una brisa refrescante. "Ella no lo muestra, pero es muy apasionada, ¿sabes? Sobre las cosas que son importantes para ella. Kya... Ella tiene un alma hermosa" Su sonrisa se encogió un poco, "Un alma herida que quería sanar"